Capítulo 1.

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 I

Derek y sus amigos están sentados en los sillones oscuros enfrente de la recepción. En lugar de paredes, la pequeña habitación está separada del resto por unas cristaleras que permiten ver quién circula por la puerta de entrada de la residencia. Para no perderse nada, han dejado la puerta, también de cristal, abierta, y así pueden escuchar las conversaciones de aquellos que se acercan a la recepción para recibir la llave de su nueva habitación. El curso está a punto de comenzar, y los estudiantes ya han empezado a llegar para asentarse en la que será su nueva vivienda durante al menos un año.

-Como no vengan mejores tías que las del año pasado me pego un tiro –Spike, con los pies apoyados en una mesa de café del centro de la habitación, hace una mueca.

-Es imposible que sea peor, eso seguro –su amigo Owen abre y cierra distraídamente el imán de su cartera.

-Tú cuidadito –Derek lanza una mirada de advertencia a Owen.

-Relájate, sabes que tu hermana está en buenas manos –el interpelado pone los ojos en blanco-. Pero alegrarse un poco la vista nunca viene mal.

Derek gruñe, expresando su descontento, pero lo deja estar; no tiene indicios de que Owen haya tratado mal a su hermana alguna vez.

-Mirad.

El cuarto de los chicos, Axel, es el más callado y observador. Lleva un año menos que los demás en la residencia, pero es sin duda el que ha conseguido que salieran ilesos de casi todos los problemas en los que se habían metido. Axel señala con la cabeza en dirección a la puerta del edificio, que los jóvenes ven a través del cristal. Por la puerta está cruzando una chica que debe tener dieciocho años. Su pelo, castaño rojizo, le cae en ondas hasta más de la mitad de la espalda, donde sus caderas dibujan sinuosas curvas hasta llegar a su trasero, que se alza por unos vaqueros ajustados. Derek se pasa la lengua por los labios, humedeciéndolos. A primera vista es sin duda una chica deseable.

La muchacha acarrea una maleta enorme, y detrás de ella hay un hombre y una mujer que deben ser sus padres, con las manos cargadas de cajas, paquetes y bolsas. Así que viene para quedarse.

Spike silba y Owen se frota literalmente las manos. Derek vuelve a mirarle con reprobación y el novio de su hermana se cruza de brazos, molesto.

-Creo que no vas a tener que pegarte un tiro –apunta Axel en referencia al comentario anterior de Spike.

-Un mes –dice de repente Derek.

Sus amigos lo miran, sin comprender exactamente a qué se refiere.

-Como mucho tardo un mes en conseguirla –hace un gesto con la barbilla hacia la chica, que ahora espera en recepción a ser atendida.

-Otras veces lo has hecho más rápido –se mofa Owen.

-Prefiero dejarme algo de margen con esta –se acomoda en el sillón, sabiendo que controla perfectamente la situación.

-Como quieras, pero después de un mes nos dejas paso –Spike se echa hacia delante como un depredador observando a su próxima presa.

-Dudo que eso sea necesario –Derek esboza una sonrisa de autosuficiencia.

II

Ayleen Miller camina insegura hasta la recepción de la residencia. No hay nadie atendiendo, así que tiene que esperar. No sabe muy bien por qué, pero se siente observada. Se gira para sonreír con nerviosismo a sus padres. Entonces un hombre calvo de unos cincuenta años se identifica como el conserje y le pide el documento de identidad a Ayleen. Introduce algunos datos en un ordenador que descansa en el mostrador y mira a la muchacha de forma tranquilizadora.

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