—Despierta, bello durmiente.
—Déjame en paz... —cubre su cabeza con una almohada.
—Ya te dejé dormir mucho tiempo. ¿Tienes idea de qué hora es?
—No...
—Las dos de la tarde.
—¡¿Qué?! —Patrick se levanta de golpe, y luego hace una mueca mientras se lleva una mano a la cabeza —. ¡¿Por qué no me despertaste?!
—Traté al menos cinco veces, y en ninguna me hiciste caso, así que me di por vencido —repongo tomando asiento a su lado.
—¡Pero es muy tarde! —se desviste de inmediato y corre a ducharse.
Suspiro. Ni siquiera hoy puede estar de buen humor.
—De todos modos, tu secretaria llamó hace rato. Le dije que llegarías tarde porque estabas enfermo del estómago. Y no mentí; toda la madrugada estuviste vomitando. Incluso me dio tiempo de desayunar con Jason y llevarlo a la escuela.
—¿En serio?
—¿No recuerdas nada?
—No.
—¿Nada? ¿Ni... de anoche?
—Que no.
—Mmm... ¿Estás frente al espejo? Mira tu trasero.
—¡Ah! ¡¿Qué es esto?! ¡¿Es real?! ¡¿Me lo hice anoche?! ¡No puedo tener esto! —sale empapado y desnudo, y mis mejillas se pintan de rojo.
—A mí me parece lindo. Déjatelo y yo me tatuaré un oso en la nalga derecha.
—¡Voy a matar a Tim! —hurga en el clóset luegi de secarse—. ¿No fuiste a trabajar? —se abotona la camisa.
—Me dieron el día.
—¿Por qué?
Acaba de herir mis sentimientos.
—Dije que estabas enfermo y que cuidaría de ti —desvío la mirada.
No responde y termina de vestirse frente al espejo. Luego se coloca las gafas y toma su portafolios.
—Debo irme.
—¿A qué hora volverás?
—No lo sé. Te veo en la noche. —Besa mi mejilla, para después marcharse.
No me gusta celebrar mi cumpleaños, pero Patrick jamás olvida hacerme un detalle; aunque sea mínimo. Creo que me malacostumbró, pues esperaba algo de él hoy. Y a final de cuentas creo que ni recuerda que en la madrugada me felicitó. Además, se portó grosero.
Ni siquiera le reclamé por haber llegado ebrio o algo por el estilo.
Creo que este será un día triste y aburrido.
Decido acostarme y cerrar los ojos, pero segundos después escucho a alguien tocar la puerta, así que bajo de inmediato para atender.
—¿Niel? —digo al verlo plantado afuera.
—¡Señor Briton! Qué sorpresa. No me imaginé que hubiese alguien en casa, pero siempre toco por si acaso.
—Oh, sí, hoy me dieron el día libre. Como estaré en casa, puedes irte si quieres. Tómate el día.
—¿Seguro? Podría ayudarlo en lo que sea, si quiere. ¿No le gustaría algo de compañía? ¿Ya almorzó? Puedo prepararle algo.
—De acuerdo... adelante —le cedo el paso, y después cierro.
—Por cierto —hurga en su saco y me entrega una tarjeta—, feliz cumpleaños.
—Oh, Niel... muchas gracias —sonrío, pero se me borra la sonrisa al ver el enorme número cuarenta y seis en el papel—. ¿Cómo lo supiste?
—Me lo dijo un pajarito de doce años. ¿Qué le regaló el señor Blacked?
—Creo que no se acordó... O quizá como sabe que no me gusta celebrarlo, respetó eso.
—Oh, qué pena... ¿Por qué no le gusta celebrar su cumpleaños?
—Un paso más a la tumba —bromeo.
—No diga eso; yo lo veo como una celebración por sobrevivir otro año. Más experiencias, conocimientos, enseñanzas...
—Canas.
—¿No le gustaría dar un paseo como regalo?
—¿Paseo?
—De compras, a comer algo... no lo sé. Yo invito. A esta hora sale Jason de la escuela, ¿no? Podemos pasar por él y llevarlo con nosotros.
—De acuerdo —sonrío.
El tatuaje de Patrick:
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Dos enamorados en patrulla 2
Roman d'amourPatrick y Walter se casaron y tuvieron un hijo; entonces ¿por qué su matrimonio peligra, si eran tan felices juntos? ¿Por qué su hijo está metido en problemas que no les cuenta a sus padres? Y ¿en qué andará metido Norman esta vez? ▪️Novela ligera...