Parte sin título 4

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Finalmente era sábado. Y estaba siendo un día tranquilo en Urgencias, cosa que no era buena señal, pero el viernes había sido también un día tranquilo. Algunas personas con huesos rotos, algunos quemados y una apendicitis. Emma estaba liada con su mudanza a un edificio cerca del hospital, pero ya estaba casi acabando. Tendría el domingo libre y esperaba terminar de colocar las cosas pronto.

Emma ya no estaba aguantando estar de pie, así que decide ir al pasillo más alejado que Regina le había mostrado, se echa en una de las camillas y se duerme.

La rubia despierta con su móvil vibrando avisándole de que tenía un mensaje. Lo coge para ver quién era.

"¿Aún está en pie lo del bar?-Regina"

Emma sonríe y responde a la morena

"Claro, necesito despejarme un poco la cabeza y beber algo (algo fuerte incluso). ¿Solo seremos tú y yo?-Emma"

Envía el mensaje y el móvil vuelve a sonar

"Zel y Glinda también vienen, ellas escogieron el sitio. No tengo la más mínima idea de a dónde nos van a llevar estas locas-Regina"

Emma ríe bajo leyendo el mensaje y mira el reloj.

"Está bien, vuelvo a Urgencias. Menos mal que me has mandado el mensaje, porque si no, me despistaría con la hora. Ja ja ja- Emma"

"Te veo más tarde. XoXo-Regina"

Emma envía y se levanta, ya había pasado una hora, pero estaba mucho mejor ahora y se fue a atender sus deberes en Urgencias.


Regina estaba en casa recogiendo sus cosas y haciendo limpieza en su cuarto cuando mira el reloj y ve que aún era temprano. Va a ver cómo está Henry, pero lo ve durmiendo profundamente y sale sin hacer ruido.

Baja y ve la cesta de frutas sobre la mesa, coge una manzana y la muerde. La manzana era su fruta favorita, pero a veces precisamente por falta de tiempo se pasaba tiempo sin comerla. Coge el móvil y decide mandar un mensaje a Emma.

"¿Aún está en pie lo del bar?-Regina"

Regina teclea y se lo manda a Emma, deja el teléfono sobre la encimera mientras termina de comer la manzana y va en busca de algo más a la nevera. Al regresar, lee la respuesta de Emma y ríe bajito mientras le contesta.

Al terminar de enviar el mensaje riendo, alguien llega a la cocina.

-¿Alguien ha visto un pajarito de amor?

Regina se asusta y mira a la madre

-¡Qué susto, mamá! ¿Quieres que me dé un infarto?

-Claro que no, hija- Cora sonríe –¿Ahora me vas a contar quién es la persona que te estaba haciendo reír?

Regina mira el móvil rápidamente y ve la respuesta, y sonríe de canto discretamente y solo le manda un XoXo como respuesta.

-No es nadie, mamá- responde Regina calmadamente

-Hija...no sirve de nada que me mientas. Conozco esa sonrisa, es la misma de cuando estabas enamorada de Daniel.

Regina resopla y mira a la madre. La morena ya había superado lo de Daniel hacía años, pero aún dolía cuando lo recordaba.

-No es nadie, mamá, de verdad- dice Regina seria

-Está bien, hija, estoy feliz de que sonrías y rías por alguien de nuevo

Lo imprevisibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora