Parte sin título 22

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Emma, finalmente, había acabado de montar los muebles del cuarto de Henry y sonríe satisfecha. Regina se para en la puerta al ver que Emma por fin había acabado la tarea y sonríe.

-Ahora falta poco...- dice Regina entrando en el cuarto y abrazando a Emma

-Ahora solo faltan los gatos- bromea Emma

-Verdad- Regina ríe y le besa el cuello

-Amor...Deja que limpie todo esto y entonces podemos, después, estar a gusto las dos...- susurra Emma, pasando sus manos por la cintura de la morena

-¿Quién te ha dicho que tienes permiso para tocarme?- susurra Regina seria al oído de Emma

-¿Necesito permiso?- Emma la mira sin entender

-Estás castigada, Miss Swan- Regina dice las dos últimas palabras cerca del oído de Emma, en un susurro ronco y sexy y la mira seria -¿Te crees que he olvidado lo que me hiciste el otro día?

Emma se estremece entera ante la forma en que Regina la llama, la agarra e intenta besarla, pero Regina aparta el rostro.

-Estás castigada, Miss Swan- repite seria -¿O tendré que hacer lo mismo que hago con Henry, mandarte al cuarto a pensar en tus acciones?

Emma resopla y suelta a Regina, coge la escoba y comienza a barrer el cuarto.

-Sé una buena chica y quizás deje que me beses- dice Regina antes de salir del cuarto riendo

Emma respira hondo y arrastra los muebles para barrer y pasar la fregona por el piso, después pasa el paño por los muebles, colocando todo en su debido sitio antes de recoger y salir del cuarto.

-Mañana solo será traer las cosas de Henry- dice Emma entrando en la zona donde guardaba las cosas de la limpieza

Regina sonríe al escuchar aquello. Va a coger un vaso de agua, pero enseguida nota el cuerpo de Emma presionando el suyo contra el fregadero y susurrarle al oído

-¿Qué tal si lo celebramos tomando un baño juntas?- propone Emma

-¿Quieres que aumente tu castigo?- dice Regina controlando la voz para no dejar ver lo excitada que estaba ante la forma en que Emma la presionaba contra el mármol frío de la encimera y le susurraba al oído.

Emma sonríe y le da un beso en el cuello, provocándola cada vez más.

-Te espero en el baño- susurra Emma antes de soltarla

Regina bebe agua, respira hondo, controlándose para no invadir el baño de la rubia. Sin éxito, se pasa la mano por el cabello, cuenta hasta cien y se dirige al cuarto, se quita la ropa y entra en el baño, en silencio, abre la puerta de la cabina mientras Emma estaba terminando de enjuagarse el pelo, y la abraza por detrás, sorprendiendo a la rubia.

Emma se asusta y casi resbala, pero siente los brazos de Regina sostenerla. Al girarse, una sonrisa maliciosa surge en sus labios.

-¿Decidiste cambiar de idea?-dice Emma apoyándose en la barra

-¿Sobre?- dice Regina fingiendo no entender, prensando a Emma contra la pared, colocando las manos de ella en lo alto, inmovilizándola mientras le daba algunas mordidas en el cuello, pasando la lengua por su nuca, causando escalofríos en Emma.

-Mi...castigo- dice Emma estremeciéndose entera con lo que estaba haciendo Regina, emitiendo quedos gemidos.

-No, aún estás de castigo- susurra Regina al oído de Emma, mordiéndole levemente el lóbulo. Pasa una de sus manos por los pechos de Emma, juguetea con los pezones, los aprieta ligeramente, arrancándole gemidos de placer a la rubia –Pero eso no significa que yo no pueda tocarte- dice Regina descendiendo su mano por el abdomen de Emma, arañándola con sus uñas, hasta llegar a su pelvis.

Lo imprevisibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora