Parte sin título 18

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Algunos días después...

Zelena se recuperaba poco a poco, su estado emocional aún estaba roto, pero la amistad creada entre ella y Ruby se hizo más fuerte, ambas estaban más juntas que nunca, ya que la morena y la pelirroja eran casi inseparables. Estaban sentadas en el sofá del apartamento de Emma, viendo una película en la tele, Zelena en los brazos de la morena, con la cabeza en su hombro, abrazada a la cintura de Ruby cuando decide quebrar el silencio.

-Ruby- susurra Zelena cerca del oído de la más joven

-Sí, Zel- Ruby pone su atención en la pelirroja, mirando a los ojos

-Quiero presentarme voluntaria para trabajar en el ejército cuidando niños víctimas de la guerra- revela Zel –Siento algo inquietante, algo que me angustia dentro de mí

-Zel, si eso es lo que quieres, habla con Emma para ver cómo lo puedes hacer- Ruby acaricia el cabello de la pelirroja –Y si eso te hace bien, tendrás mi total apoyo

-Gracias- susurra Zelena

Las dos se dan una sonrisa tímida, sin apartar sus miradas en momento alguno, sus respiraciones se van mezclando, los rostros cerca uno de otro, labios entreabiertos. Zelena siente su respiración acelerar, así como la de Ruby, sus labios se rozan con delicadeza y suavidad, dando inicio a un beso suave, tranquilo, como la calma tras un día agitado, sin prisa. Ruby coloca una mano en la nuca de Zelena y la pelirroja hace lo mismo en Ruby. La lengua de Ruby pide paso con delicadeza, aunque con una ligera urgencia, paso que le es concedido por Zelena, las lenguas comienzan a explorar cada canto de ambas bocas y cuando las lenguas se tocan es como si una explosión de nuevas sensaciones se produjera. Era un beso sereno, sin exigencias. Dan por cerrado el beso con piquitos, sus miradas se encuentran con naturalidad y sonríen la una a la otra, y Zelena se acurruca de nuevo en los brazos de Ruby, volviendo a centrar su atención en la película, pero siempre intercambiando caricias, piquitos y besos.


Aún no habían pasado dos días desde el entierro de Glinda, y Emma y Regina ya estaban de vuelta en el hospital, intentando recuperar todas las horas no cumplidas la semana anterior debido a todos los acontecimientos. Las dos solo se veían rápidamente a la hora de la comida, Regina hacía una operación tras otra, mientras Emma se dividía entre Urgencias y el quirófano, intentando no acumular más horas. Emma estaba prácticamente viviendo en el hospital, pero Regina no podía darse ese lujo, tenía que cuidar de Henry, Cora y Zelena, porque, aun con la ayuda de Ruby y August, las cosas estaban algo raras y además presentía que había algo extraño con Emma.

La semana pasa lentamente y finalmente llega el sábado para Emma y Regina, tras una exhausta semana, ambas estaban destruidas, solo deseando echarse en la cama y dormir el fin de semana entero. Se paran en las puertas de los apartamentos, abrazadas, dándose algunos piquitos.

-¿Duermes conmigo?- susurra Emma mientras distribuía pequeños besos por el cuello de Regina

-Hummm...¿Solo dormir?- pregunta Regina de forma infantil

-Algunos besos...- dice Emma dándole ligeras mordidas en el cuello

-¿Solo algunos besos?- Regina suelta un quedo gemido

-Quizás haga más cosas- Swan sonríe y aprieta los muslos de Regina.

Regina sonríe y besa a Emma, mordisqueándole de forma sexy el labio inferior, y parando con piquitos. Se sueltan y cada una entra en su casa.

Emma entra y sonríe al ver a Ruby y Zelena dándose algunos besos, se queda parada observando hasta que finge toser, asustando a las dos.

-¡Dios! ¿Quieres matarme del corazón, Emma?- Ruby se asusta, y le da una mordida en el labio a Zelena. Las dos estaban extremadamente sonrojadas.

Lo imprevisibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora