La posibilidad de un error... ¿Alec Vulturi en mi cuarto?

17- Recuperando el tiempo perdido.

Dios, juraría que esto era un sueño, pero uno de esos sueños tan reales que… prefieres pellizcarte hasta dejarte un cardenal y aun así sigues sin creerlo.

-¿Sabes cuánto te extrañe?- le dije recostada en la cama.

-Lo mismo que yo te extrañe a ti, tal vez yo te extrañe mucho más- me dijo Alec quien estaba en mi cama recostado, mirándome de frente.

-Sí, esta vez yo no te llevare la contraria, los vampiros son extremadamente sentimentales, bueno, al menos tienen todos los sentimientos demasiado altos, ya sea de odio o de amor- sonreí mirándolo.

-Eso está muy bien, que sepas todo eso, aunque creo que eso no te sirve de nada, sigues siendo la misma chica cabezota que conocí, que nunca sigue las reglas y que nunca hace lo que le dicen-

-Sabes que odio que me den órdenes- le dije.

-Lose, y por eso me encantas- rodee los ojos y el sonrió divertido.

-Quiero que me digas una cosa- le dije ya más seria mente.

-La que quieras- me miro esperando la pregunta.

-¿Qué estuviste haciendo todo este tiempo?- tenía esa curiosidad.

-Nada importante, pero es mejor que duermas, es tarde y necesitas descansar- me dijo evadiendo la pregunta.

-Alec…-

-¿Si te cuento, te dormirás sin rechistar?-

-Lo prometo-

Él se paró y se puso a un lado de mi cama de pie, tomando mi mano y arrodillándose para estar a la altura de mi cara.

-Cuando llegue a Vulterra de nuevo estaba confundido, no sabía si lo que había pasado era real o era solo un sueño de mi imaginación, cuando los años pasan para un vampiro puede llegar a un punto donde este alucinando, pero la verdad es que había vivido todo tan real, además de que el collar que me dejaste era una prueba más de que era real - se tocó suavemente donde estaba mi collar, en vez del Vulturi. - Cuando Aro me pregunto qué haba pasado no tuve el valor de contárselo, así que solo le ofrecí mi mano y el vio todo, al principio pensó como yo, era solo algo de mi imaginación, pero después de unas semanas el empezó a investigar y llegó a la conclusión que todo fue real, yo si estuve contigo y si existías, cada noche deseaba que llegaras, quería verte de nuevo, quería sentirte -

Guardo silencio por unos minutos, él acariciaba mi mejilla con mucha suavidad y delicadeza.

  -Después de un mes llegado a Vulterra, yo solo cazaba lo necesario, casi no salía de mi cuarto, cualquier cosa me recordaba a ti, no quería estar con la demás guardia, sentía que ellos dirían una cosa y yo les saltaría al cuello y los mataría, la verdad es que yo había estado de muy mal humor, creo que me conoces-  me dijo sonriendo.

-A la perfección- asentí atenta.

-Todo este tiempo lejos de ti fue una pesadilla, tarde me di cuenta que tú eras parte de mí, que no podía estar en un lugar donde no estés tú, y también tarde me di cuenta que… yo te amo-

Me quede en silencio, las palabras me faltaban o no querían salir de mi boca. Me amaba, me había dicho que me amaba.

Me pare de mi cama sentándome, lo mire a los ojos y me abalance a su cuello, lo bese como siempre había querido hacerlo, creo que el ser una chica inquieta se me quedaba corto, siempre había hecho lo que sentía y cuando sentía esto, nadie me paraba.

Él al principio estaba sorprendido, pero no tardó en responderme el beso, siguiendo el beso suavemente también.

Al separarnos me sonrió tan tiernamente.

-Para la otra deberías de cuidar un poco eso, no siempre voy a estar tan tranquilo, aun me tienta tu sangre-

-Lo siento- me disculpe sonrojada.

-No te preocupes, por ahora, tienes que cumplir un trato, yo conteste tu pregunta y tú tenías que dormir-

-Pero…-

-Pero nada, a dormir, o me iré de aquí-

-¡No!, está bien, ya me duermo, pero quédate aquí conmigo- esto era denigrarse, mira que suplicar… pero para una buena causa.

Él se acostó de nuevo a mi lado y yo me acomode en su pecho, las sabanas nos separaban pero era porque él me congelaría con su temperatura.

Estaba tan feliz de estar en sus brazos así como estábamos, lo había extrañado demasiado pero… Nah, todo estaba mejor de lo esperado.

Al instante me quede dormida entre los brazos de Alec, me sentía tan relajada y sentía como nunca antes había sentido, ahora es cuando podía dormir más tranquilamente. Me sentía en las nubes, y todo gracias a este príncipe de la noche.