La posibilidad de un error... ¿Alec Vulturi en mi cuarto?

25- Apuesta. Celos.

Un día más amanecía en este castillo, creo que siempre pienso lo mismo de "Un día más en este castillo" creo que ahora debería decir, un día más en este lugar tan aburrido y absurdo lleno de vampiros con vicio a la sangre… si, suena mejor.

Me levante de mi cama ya sin ayuda de las odiosas muletas, y me fui directo al baño, tenía que peinarme no quería andar por ahí con los pelos de punta, creo que la mayoría de nosotras siempre amanecíamos así.

Toc, toc, toc.

-Adelante-

-Buenos días, ¿Ya estas despierta?-

-No, que bah, estoy dormida y es mi gemela la que esta parada aquí- le conteste sarcásticamente.

-Claro, entendí con eso- rodó sus ojos.

-Bien, ¿Qué necesitas, Carlos?-

-Venía a ver si ocupabas algo hoy, por cierto también venia a invitarte a salir, estás aburrida aquí y quiero ganar una apuesta-

-¿Apuesta? ¿Con quien?- le pregunte enojada.

-Bueno… es con Félix y…-

-Te ayudo, si es contra Félix te ayudo, ¿Qué tengo que hacer?- sonreí feliz de poder vengarme.

-Solo salir conmigo… tengo que sacarte del castillo  hasta que den las doce de la madrugada-

-Echo, ¿A qué hora vienes por mí?-

-Hum, ¿Te parece a eso de las siete?-

-Claro, entonces para estar lista a esa hora-

-Claro, me voy que le presumiré a Félix que estoy apunto de ganar una apuesta-

-Está bien-

El salió de mi habitación dejándome sola, acepte esta salida por dos razones… la primera; por venganza a Félix y la segunda… Alec, no quería estar aquí con él.

En lo que me quedo de tarde me dedique en andar en mi cuarto, limpiaba un poco y tendía mi cama, leía libros o me ponía a dibujar, dieron las cinco y media y me dirigí al baño donde me di una ducha relajante con agua tibia.

Al salir me dirigí a mi armario de donde saque mi ropa que consistía en un vestido hasta medio muslo de flores y color azul, un cinturón café, una chamarrita de mezclilla y unas sandalias de color café, me hice rulos y me deje flequillo, casi no me maquille solo un poco de rubor y labial rosita.

Con todo lo que me hice se dio la hora, ya eran las seis cincuenta y cinco, así que ya no tardaría, me ponía de mientras mis aretes de plumas.

La puerta empezó a sonar así que la fui a abrir.

-Veo que la puntualidad es algo característico en los vampiros-

-Al menos lo es en mí, ¿Estas lista?-

-Claro, salgamos a ganar la apuesta-

Tome su brazo y empezamos a caminar por el pasillo, él iba de una forma… más normal, pantalón de mezclilla y una camiseta negra, creo que ni con ropa normal dejaran de usar ropa obscura, llevaba zapatos de vestir que lo hacía ver genial.

Estábamos apunto de salir del castillo cuando…

-¿Adónde van?- esa voz sonó enojada, fría, de todo un poco.

-A salir, ¿Qué no vez?- contesto Carlos.

-Ella no puede salir, apenas se está recuperando- frunció las cejas evidentemente molesto.

-Para eso voy yo, yo la cuidare-

-No puede salir, Aro no lo ha permitido- se notaba que estaba buscando cualquier argumento para que yo me quedara.

-Claro que si, yo mismo se lo pregunte- Carlos lo miro con burla y yo estaba apunto de hablar cuando el hablo de nuevo -¿Qué pasa Alec? ¿Estas celoso?-

-¿Qué?- su cara había perdido el enojo y apareció otro sentimiento que no describí, ¿Estupefacción?

-Lo que escuchaste, ¿Celoso Alec?- yo me le quede viendo, el no tenia porque estar celoso, el ya tenia a su mitad.

-No… solo no debe salir, es por su salud- ahora su mirada era fría y sin ningún sentimiento.

-No iremos lejos, es una apuesta y lo aré ganar, ahora… si no te importa nos retiramos- interferí yo, sin más yo empecé a  caminar y le di un tirón suave a Carlos para que caminara conmigo.

Al salir del castillo sentí ese peso encima de mi, como si estuviera haciendo algo malo, pero en verdad yo no hacía nada malo, solo me divertiría sanamente… ¡Pero que rayos! ¡Yo me divertiría hoy!