La posibilidad de un error... ¿Alec Vulturi en mi cuarto?

53-¿Te casarías conmigo?

Estábamos ya mucho tiempo fuera del castillo y lejos de mis niños, he de aceptar que me preocupaba dejarlos solos pero… tenía que confiar en que Jane los cuidaría muy bien.

-¿Pensando en lo mismo de nuevo?-

-Ya te lo dije, me es difícil separarme de los niños- lo mire a los ojos.

-Tranquila que todo estará bien, ellos están bien cuidados así que no te preocupes-

-Hum, ya, claro-

-Mejor ven, te invitare a cenar- bueno ahora que era hibrida podía comer algo, además de que extrañaba los pasteles de chocolate.

Caminamos aun pequeño restaurant, que rezaba un nombre extraño 'la pasta sottile' estaba en italiano claro, pero lo único que entendí fue la pasta, creo que eso era como sopa o algo así. Bueno eso no le importo a Alec y el me llevó, me pidió algo de comer con algo de postre, hum, algo delicioso porque ya tenía mucha hambre, si, tener mi parte humana me daba mucha hambre.

-¡Dios! Parece como si los días que fui… ya sabes, se me juntaran en un rato y me cobraran factura- me queje.

-Tranquila, puedes comer lo que quieras, aunque te comas un tanque repleto de comida jamás perderás tu hermosa figura-

-Gracioso- entrecerré mis ojos, divertida.

La señorita que nos atendía nos trajo, bueno me trajo mi plato, y junto a este una bebida, por el olor era vino tinto.

-Aquí está su plato señorita… ¿Desean algo más?- pregunto, pero más bien miraba a Alec.

-No gracias, todo está bien así-

-Si quiere algo, solo pídalo- ¡Ja, zorra a todo lo alto de la palabra!

Me le quede mirando a la tipa esa, ¿Cómo se atrevía a verle a si a Alec? MI Alec.

-Si sigues así pensaran que te la quieres comer- se burló Alec.

-Ganas no me faltan de matarla… ¡No te burles!- me queje cuando soltaba unas risitas.

-Anda, tranquila, mejor come que… bueno tengo algo que decirte- su mirada paso de burlona a algo más seria.

-Claro, pero si viene la tipa esta, te juro que la espero en la salida y será mi postre- le señale con mi cuchara.

-Como quieras, pero no cometas tonterías por celos-

-¡No son celos!... son poquitos nada más - termine susurrando y agachando la cara como a una niña regañada.

-Tranquila, me encanta que te pongas así… pero recuerda que solo te amo a ti, a ti y a nuestros niños-

Le sonreí, tenía razón y también yo le amaba con locura.

Empecé a comer tranquilamente, platicando con Alec de todo y nada, reíamos felices y aun platicábamos sobre la chica que nos había atendido.  

Todo era genial, claro que teniendo en cuenta que tenía a Alec Vulturi de compañía tenía que ser genial una cena con él.

-Quiero decirte algo muy importante- me dijo cuando estaba solo comiéndome el postre, un plato con frutillas y jarabe de chocolate, súper delicioso.

-Claro, ¿Qué es?-

-Quiero decirte que tú y los niños son muy importantes para mí, son mi vida entera… pero quiero hacer las cosas bien y que no piensen que eres una madre soltera… lo que te quiero decir es que… ¿Quisieras casarte conmigo?-  se puso a un lado de mi silla arrodillándose y enseñándome una cajita de color negro de terciopelo que había sacado de su saco.

Un precioso anillo de compromiso, la piedra era de color rojo en forma de una gota de agua, y a su lado dos piedras de color tornasol en cada lado, era más que precioso.

No espere más y me lance a él, tumbándolo en el suelo y besándolo con pasión.

-sí, sí quiero, si, si, si y mil veces si- afirme emocionada y con lágrimas en los ojos.

Aplausos, eso fue lo que se escuchó. Algunas cosas como "Felicidades" "Que hermosos" "Que tiernos se ven" y muchas cosas más se escucharon, pero no me importo y seguí tirada en el suelo encima de Alec y sonriendo feliz.

Estaba tan feliz, mi Alec me había pedido matrimonio, aunque ya era algo muy tardado, ya éramos padres, habíamos adelantado nuestra luna de miel, vivíamos juntos, y apenas nos casaríamos.