40- Un día a solas.

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—   ¿Cómo te sientes?- me pregunto Alec entrando a nuestra habitación.

—   Estoy bien, solo necesitaba un poco de descanso-  le dije acomodándome en mi cama, y tapándome un poco con mis cobijas.

Estábamos en la casa de los Cullen, y en nuestra habitación. Ayer habíamos llegado de mi rescate y Carlisle me había echo un chequeo, me puso suero y unas franelas para tomar calor, pero Jacob me había ayudado mucho, claro que teníamos que tener en cuenta la cara de enojo de Alec.

Jacob me había abrazado para darme calor y reponerme, Esme me había preparado comida calientita y deliciosa, cosa que con mucho gusto había comido, parecía una chica que jamás había probado comida en años.

—   Alec… lamento lo que paso ayer- empecé a hablar  yo.

—   No te disculpes, era necesario-

—   Sé que no fue fácil tener que estar viendo eso-

—   Y tienes razón, no fue fácil, pero tu salud es mi prioridad-

—   Entiendo, ¿Dónde están todos? Se escucha muy silencio todo-

—   Fueron de cacería, me dijeron que regresaban después de un día o máximo dos, y Jane y los demás fueron a alimentarse fuera de estados unidos, según ellos estaban aburridos- rodo los ojos.

Yo solo reí ante sus muecas, me quite mis cobijas y me pare de la cama buscando mis zapatos, Alec me las tendió al ver que no las encontraba.

—   ¿A donde vas?-

—   Tengo hambre, así que iré a prepararme algo de comer-

—   No te preocupes, yo puedo…-

—   Alec cariño, la verdad tú y la cocina no se llevan muy bien que digamos- reí al recordar la ultimas vez que lo deje prepararme algo de comer, la cocina había terminado echa un caos y la comida no era muy… buena qué digamos.

Él solo rodo los ojos pero asintió, nos dirigimos a la cocina.

Me prepare huevos fritos con tocino, mientras preparaba eso yo hacia el jugo de naranja, natural sabía mejor. Alec solo me observaba como me movía de un lado a otro y me ayudaba a pasarme algunas cosas que yo no alcanzaba.

Él estaba sentado en un taburete de la cocina observándome, pero después se paro de ahí, yo seguí haciendo mi desayuno. Estaba sacando los tocinos ya hechos y los ponía en un pedazo de papel.  Él se acercó a mí por detrás abrasándome y besando mi cuello suavemente, yo solo reí y deje el sartén en la estufa.

—   ¡Alec, derramare el jugo si no me sueltas!-

El me ignoro y siguió dándome suaves besos en el cuello, solté un suspiro cuando el beso mi lóbulo y me susurro "Te amo" en él.

Me acerco más a él y me siguió depositando besos en el cuello. Pero no llego a más nada, deposito un último beso en mi hombro y después me soltó.

—   Tienes que comer-  lo voltee a ver a la cara, fruncí las cejas y suspire, tome mi plato y mi vaso y me fui a la mesa.

—   No te enojes preciosa, ¿Quieres?- yo no le conteste y empecé a comer  mi almuerzo.

¿Cómo quería que no me enojara?  Sentía tan bien cuando hacia eso, pensaba cosas que… no debería pensar, echaba a andar mi imaginación, pero todo terminaba en nada.   Era como subirme a lo más alto del cielo, disfrutar unos minutos…  y después caer de un solo golpe.

Comí mi almuerzo seria, no hable con Alec pero el intentaba que hablara, no lo mire, mis ojos fijos en el plato que debía terminar.

Cuando termine de comer me levante y me fui a la cocina donde empecé a lavar mi plato y mi vaso que había usado. Cuando termine me fui a nuestra habitación, en todo el camino  no le dirigí la palabra, él me seguía también en silencio, cuando fui a pisar el ultimo escalón él me tomo en brazos y me llevo a nuestra habitación.

—   ¡Bájame!- empecé a patalear, sabía que esto no resolvería nada.

—   No lo aré, a no ser que no te enojes más-

—   ¡Bájame de una buena vez!-

—   No lo aré, así que mejor cálmate-

Seguí pataleando, pero él solo camino muy tranquilo hasta llegar a la habitación, donde entramos; más bien el entro, y me deposito en la cama para después cerrar la puerta con seguro.

—   ¿Qué haces?- le pregunte, pero no obtuve respuesta alguna.

—   Terminare algo que empecé, se perfectamente lo que pasa-

—   ¿De qué hablas?- me hice la desentendida.

Él no me respondió pero a cambio se acercó lentamente a mi, desabrochándose su saco yo me empecé a poner  nerviosa,  él  tiro su saco al sofá y se posó encima de mí. Me beso suavemente los labios.  Yo le respondí el beso también, cerrando los ojos y recostándome en la cama, dejándome llevar…  

Nos entregamos el uno al otro por primera vez, el probo mi cuerpo que hervía de pasión entre sus brazos. Era como toda la magia del mundo y el éxtasis, pero mejor, hacer el amor con la persona que más amabas en el mundo era algo… que no tenia ninguna explicación, solo pasaba sin palabras.

Las carisias suaves en mi cuerpo que me daban sus manos era lo más hermoso que jamás había sentido, no sabia si esto era sueño o realidad pero… me daba igual, yo solo me dedique a disfrutar del ahora.

Si me preguntaban si me arrepentiría de algo como esto, yo siempre les respondería con un definitivo no, no me arrepiento de entregarme a mi amor verdadero, sabia que lo que había pasado antes con Jacob había sido solo una confusión repentina, pero nada grave, ya que yo amaba a mi Alec, y en este preciso momento me lo estaba demostrando.

 Nuestra primera vez y había sido de lo mejor, nuestro día solos lo aprovechábamos a lo máximo.

La posibilidad de un error... ¿Alec Vulturi en mi cuarto?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora