26- El amor.

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Fácilmente, no me sentía a gusto, era como engañar a mi novio, claro que yo no lo tengo… teníamos que regresar al castillo, no me sentía bien haciendo esto y no sabia el porqué.

—Carlos… ¿Crees que podamos regresar ya? Ya pasan de las doce y… tengo sueño-

—Claro que si, ya ganamos la apuesta, además creo que no estas a gusto ¿Cierto?- sonrió cálidamente.

—Lo siento, pero es verdad, siento como si estuviera engañando a alguien, pero no tengo a nadie a quien engañar-

—Tranquila que se de lo que hablas, también se… lo que sientes por Alec- me confeso con una sonrisa.

— ¿De qué hablas? Yo…-

—No te mientas pequeña, no te mientas a ti, lo quieres o tal vez más que eso, lo amas-

Tenia razón, yo amaba a Alec y eso estaba más que claro, pero no podía decírselo a el ya que seria en vano, el ya tenia a su mitad.

—Si, si lo amo, pero el ya no es para mi-

— ¿De que hablas?- me pregunto confundido.

—Hablo de que él ya encontró a su Tua Cantante y… en eso yo no me puedo meter-

— ¿Pero de que rayos hablas?- él estaba estupefacto.

—Tal vez no lo sabias, a lo mejor nadie lo sabe, pero él me dijo que había encontrado a su Tua Cantante-

—Claro que lo se, todos lo saben ya, la situación es… que tú estas confundida-

— ¿Por qué lo dices? Él me dijo que…-

—Sí, te dijo, ¿Pero te dijo quién era?-

—No yo… no lo deje hablar- acepte avergonzada.

—Oh niña, es que ese es el problema, no sabes quien es- ahora estaba divertido, ¿Pero que le pasaba?

— ¿Tú sabes quién es?-

—Por su puesto, pero no soy el indicado, si lo quieres saber, puedes preguntárselo ahora- me señalo con la cabeza que ya habíamos llegado al castillo.

Mientras hablábamos, caminábamos para regresar al castillo.

Entramos y llegamos a la recepción, donde la chica nueva trabajaba, pero ahora estaba dormida.

—Gracias por aceptar la salida-

—Todo sea por vengarme de Félix- le sonreí.

—Si, creo que Félix se merecía eso, pero bueno, ve a descansar y gracias-

El desapareció de mi vista y me dirigí a mi habitación, tenia razón estaba muerta de cansancio.

— ¿Y qué tal la fiesta?- salte del susto, no me esperaba esto.

—Pues… bien, ¿Qué haces aquí?- me observo de pies a cabeza, analizándome.

—Solo quería ver que llegaras bien- sabia que mentía, algo me lo decía.

—Claro- me acerque a abrir la puerta y entre, la deje abierta para que él entrara.

— ¿Te divertiste?-

—No mucho, pero Carlos si me divertía con sus tonterías-

—Claro… Carlos- celos, se le notaban en la cara.

— ¿Estas celoso Alec?- pregunte divertida con una sonrisa cansada por el sueño.

— ¿Qué tienen todos que me preguntan eso? ¿Acaso no me puedo preocupar por tu salud?-

—La verdad no, no te debes de preocupar ya por mi, mejor preocúpate por cuidar a tu cantante- me quite el cinturón y me senté en la orilla de la cama.

—Eso hago- susurro, casi no lo pude escuchar.

— ¿Qué dijiste?-Solo se quedó en silencio, se quedo parado en medio de mi habitación sin decir palabra.

— ¿Vas a hablar?-

—Que eso hago, cuido a mi cantante como dices tú-

—Pues no lo veo, te noto más preocupado por mi salud que la de ella-

—Por lo mismo, yo cuido a mi mitad-

— ¿De que… hablas?- estaba estupefacta, no sabia o más bien, yo entendía otra cosa.

—Estoy cansado de ocultarte esto, te lo conté ayer pero me cortaste y te fuiste así como así, ahora quiero aclarar todo porque sé que tú malentendiste todo-

—Solo entendí lo que querías decirme, que tu ya tenias a tu mitad- el voló literalmente hacia a mi, y tomo mis mejillas entre sus manos, su tacto era frio pero agradable.

—Y sigues sin dejarme explicar —el me sonrió con ternura y me miro a los ojos— Déjame explicarte todo, y deja de hacer lo que siento cuando estas con Carlos-

—Yo…-

—Solo déjame hablar, si, encontré a mi tua cantante, pero esa persona especial para mi eres tú … tú eres esa persona, desde que estuve contigo lo supe, solo que no lo aceptaba, pero cuando regrese a Vulterra y estuve sin ti fue… devastador, me sentía solo, cansado de todo, tú, te habías quedado con todo mi ser; mi corazón muerto, te pertenece a ti y solo a ti-

No sabia que decir, esto era… sorprendente, pero era lo que yo quería saber, lo que yo esperaba escuchar.

Sin mas… acorte la distancia y lo bese, esto era lo que tanto anhelaba, nuestro beso, mi beso. Pensé que seria diferente por ser el vampiro y yo humana, pero ahora sentía lo que Bella sintió cuando por primera vez Edward la beso, ese mareo que sientes cuando estas tan emocionada y las cosquillas en el estomago como una adolecente enamorada.

El me besaba con suma delicadeza, pero aun así era un perfecto beso, mi primer y hermoso beso. Nunca había sido besada y ahora entiendo el porqué, mis labios solo le pertenecerían a una sola persona, mis labios y mi corazón solo le pertenecerán a él.

Él se separo de mi, dejando que yo respirara, me dio un último beso, que fue más bien un pequeño rose en mi labios y después beso mi frente.

—Tienes que dormir ya, mañana saldremos temprano-

— ¿A dónde?-

—Saldremos rumbo a Forks, Aro lo decidió hoy en la tarde-

—Está bien- el hizo el amago de retirarse de la habitación pero yo lo frene.

—Quédate conmigo Alec, por favor- el me miro con esa sonrisa tan encantadora.

—Lo que tú quieras princesa-

La situación se tornaba tal cual la vi en la película de Crepúsculo primera parte, donde Edward se quedaba a dormir con Bella, solo que el mío era un vampiro de ojos rojos y no uno de ojos dorados, pero eso no lo hacía menos guapo.

El cansancio se apodero de mi, el peso del sueño me empezó a embargar y fue así como me quede dormida, abrazada a mi perfecto y elegante vampiro de ojos rojizos, su aroma me arrullaba y su tacto me tranquilizaba, solo tenia esa emoción de viajar mañana a Forks.

La posibilidad de un error... ¿Alec Vulturi en mi cuarto?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora