La posibilidad de un error... ¿Alec Vulturi en mi cuarto?

20-¿Él está aquí? ¿Cómo?

Nos quedamos mirando, él estaba en frente de mí, estábamos muy cerca… demasiado cerca. No se si él se daba cuenta que nos acercábamos, al menos yo sí y no quería hacerme  para atrás, ansiaba tanto este momento…

Un brillo me llamo la atención, así que me separe de Alec para poder observar mejor.

Al darme cuenta de lo que era me asuste, ¿Qué hacía aquí? ¿Por qué el? ¿Cómo llego?  Mil y un preguntas se agolparon en mi mente, pero aun así no pude evitar soltar un gemido del miedo.

-Elizabeth, ¿Elizabeth?- Alec pasaba sus manos por enfrente mío, pero cuando esa persona voltio al lugar donde nos encontrábamos, y poso su mirada en mi. Sentí escalofríos y las imágenes de cuando llegue a este lugar llegaron a mi, me miro, era como un video en cámara rápida, todo lo veía en mi memoria, truenos, oscuridad, la lluvia, él, todo.

-Es… Alec, él… él, yo lo vi, Alec-

-Tranquila, por favor, tranquila dime que pasa-

-Damián, él está aquí, yo lo vi, él…-

-Vamos a fuera, tranquila-

Alec me ayudo a ponerme en pie, tome mis muletas y salimos a la calle. Tenia miedo, mucho miedo.

No sabia lo que me esperaba afuera, además el… Damián no era igual a como lo recordaba… su apariencia era muy diferente, e incluso le daba un parecido a un vampiro.

Caminamos hacia la plaza que queda enfrente del castillo, así estábamos más cerca.

El me ayudo a tranquilizarme, distrayéndome con tonterías, incluso me hablo un poco de sus aficiones. Me hacía reír y me sentía a gusto y protegida.

-Así que ahora me cambias por… ¿Esto?-

Esa voz, esa voz que tanto me frustraba. ¿Por qué el tenia que estar aquí?

-¿Qué haces aquí?-  pregunte sorprendida y… asustada, como pude me pare y Alec a mi lado.

- ¿Quién es él?- me pregunto Alec, su entre cejo estaba fruncido y se notaba molesto.

-Es él… Damián, ¿Te acuerdas lo que te platique la otra vez?-

  - Si-

-Bueno…-

-No puedo creerlo-

La furia de Alec se hizo notar más, él se puso delante de mí, me tapo de la vista de Damián.

-Oh vamos, solo quiero hablar con ella- su sonrisa era sínica e hipócrita.

-No dejare que te le acerques ni un centímetro mas-

-Si me acercó… ¿Qué me aras? ¿Usaras tu don con migo? Vamos, eh estado observándote Vulturi-

-Como…-

- ¿Cómo pude observarte sin que te hayas dado cuenta? Es fácil, yo también tengo un don, tengo un perfecto escudo, así que… soy inmune a ti-

Oh dios, esto era un gran problema. ¿Qué se supone que se hace cuando se es inmune a un poder como el de Alec? O si, nada, porque es inmune.

-Vete de aquí, no hace falta que utilice mi don contigo, podría acabar contigo en cualquier momento-

-Adelante Vulturi, no te tengo miedo-

Alec dio un paso adelante y yo lo sujete de un brazo, claro que, eso me valió que perdiera un poco el equilibrio y termine colgada a su brazo.

-Vete Damián, vete de una vez-

Él se lo pensó por unos instantes y después me sonrió.

-Claro preciosa, me iré… por ahora, solo ten en cuenta que no te dejare sola mi amor-

- ¡Vete, ahora!-

Sin más, desapareció. Ahora tenía mucho más miedo que nunca. Jamás me dejaría sola nunca estaría en paz. ¿Por qué ni en mis mejores sueños me dejaba sola?