62- Reuniendo amigos para acabar con los enemigos.

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Mire de nuevo la hora del reloj, quería estar segura de la hora, Marcus y yo estábamos en la entrada del aeropuerto, eran las nueve y pico de la mañana, ambos estábamos cubiertos con gorras de sudadera negras, ambos estábamos completamente con ropas oscuras por si acaso.

— ¿Estás segura que llegaría en este vuelo?— me pregunto Marcus mientras estábamos de pie y yo estaba con los brazos cruzados mirando hacia la entrada.

—Sí, me dijo que llegaría por aquí, no quiero problemas Marcus— lo mire de re ojo.

—Es un Vulturi, ellos no me dan buena espina, la verdad tú tampoco pero no tengo de otra más que ayudarte—

—Te lo he dicho, se te agradecerá tu cooperación hacia nosotros, los Vulturis, tú y Mariana serán inmunes ante nosotros yo los protegeré a ustedes por si acaso, además de que les deberé una buena grande a ustedes, a ti— corregí lo último.

—Muy bien— termino diciendo y después giro su cabeza para mirar de nuevo hacia el frente donde salían pasajeros del avión.

Mire con atención como pasaba gente, pero lo que me dio curiosidad y casi me hizo sonreír de lado, de hecho lo hice, fue que un grupo de chicas miraban hacia una parte, y la gente dejaba paso a una persona que se acercaba a nosotros.

—A llegado— avise a Marcus.

— ¿Te ha costado llegar?— le pregunte cuando lo tuve enfrente de nosotros y lo deje que inspeccionara a Marcus, se que Alec no era de esos que confiaban a cualquiera.

—Esas niñas de ahí no me dejaban de mirar, y la azafata no me dejaba en paz, me tuve que hacer pasar por que dormía todo el vuelo para que no me molestara, estúpidas niñas— murmuro esto último fastidiado, además de que me hablaba en italiano, sé que no quería que Marcus escuchara.

—Alec, él es Marcus, tiene información que nos servirá, Marcus, el es Alec Vulturi, mi esposo y el padre de mis hijos— le dije orgullosa y entrelazando mi mano a la de Alec.

—Un gusto— respondió Marcus incomodo pero con un acento francés envidiable para cualquiera.

Alec solo asintió y después me miro a mí.

—Sera mejor que vayamos a un lugar seguro, así empezaremos a buscar a los niños, los demás están buscando, además de que están en contacto con los Cullen y con los perros— sentí nostalgia cuando dijo eso, Jacob…

—Iremos al lugar donde se que estaremos bien— sentencie.

(********)

— ¿No pudiste haber encontrado algo mejor?— se quejo Marcus quien miraba con asco el lugar.

—Es el mejor lugar que encontré, además conozco este lugar como la palma de mi mano… si pones la mano aquí y aquí… guala— les dije cuando lo hice y pude encender algunas lámparas.

—Esto se esta cayendo además… está lleno de polvo—

—Pero es seguro, es lo que importa, este lugar fue creado como fortaleza hace milenios, además de que con el tiempo fue renovado con capas que evitaban la interferencia y no se escucha nada de ruido de aquí adentro hacia afuera, pero nosotros si podemos escuchar todo de afuera, el mejor lugar del mundo…— hable sin más.

—Quiero que me pongan al día, necesito saber lo que ya saben así estaremos al día todos y sabremos que hacer— me dijo Alec serio, no lo decía por mi era por Marcus, era como un macho marcando a su hembra, lo sabía.

Con cuidado y suavidad y también con detalles fui contando todo lo que había encontrado y Marcus afirmaba mis sospechas con algunas cosas o así, además de que también nos pusimos a mirar el lugar a arreglar un poco para hacerlo un 'fuerte' Marcus dijo que necesitaríamos a más gente que se quedara aquí si nosotros íbamos a salir para investigar, por primera vez estuve de acuerdo con él, él me dijo que conocía a personas que podrían ayudar, pero que lo pensaba por el hecho de que los Vulturis estaban involucrados.

Marcus hizo un par de llamadas pero sin contar detalles solo hablaba algunas cosas, Alec hizo lo mismo y yo hice lo mismo, un tiempo conocí a algunos amigos, eran unos vampiros que andaban por el mundo sin que les atraparan, se que ellos si me ayudarían.

Teníamos que juntar a todos los que se pudieran, tal vez así podríamos tener la suerte de nuestro lado, tenía que hablar con Aro para que pidiera apoyo a los clanes conocidos, si nos enfrentaríamos a esas bestias se que tendríamos que usar al menos tres vampiros completos para matar a uno, si una cosa si me había especializado fue en eso, las especies mitológicas y sabia que esos eran peligrosos.

(*****)

Los días pasaban y nosotros cada vez nos estábamos acercando a una teoría completamente acertada, la ayuda fue llegando poco a poco, los Cullen, los Denali, los lobos que vivían en una casa algo grande dentro de las hectáreas de la propiedad y con el mismo material que estaba hecho este edificio, así ellos no estarían con vampiros que no quisieran, solo algunos se pasaban por aquí, Seth y Sam, ellos eran los únicos.

Con los rumanos no contábamos, Benjamín y su pareja si, algunos más clanes que nunca había visto, los Vulturis estaban aquí, no todos, solo los estrategas, que eran Félix, Demetri, Jane, Carlos, uno que otro novato y mis amigos que llegaron haciendo de las suyas.

—Se escuchan ruidos— había comentado uno.

—Son vampiros, pero es diferente a uno— dijo otro.

—Son dos vampiros, parecen que… ¿Vienen jugando?— eso sí que hizo que prestara atención, que quitara mis ojos del mapa y que le hiciera una seña a Jasper quien estaba en la mesa dirigiendo algunas zonas al igual que Marcus, quien conocía el lugar, Alec y yo.

—Iré a verlos yo, pero por favor, escuchen lo que escuchen no se metan— les avise a todos en voz neutra, todos asintieron y otros solo se limitaron a voltear a sus cosas.

— ¿Qué vas a hacer?— me pregunto Alec.

—Solo mira… ¿Quién tiene las flechas de plomo?— pregunte.

—Raven… — dijo alguien, hice un tronido de dedos y alguien me lanzo un par de flechas y el arco.

Alec me sigue hasta la salida de la puerta y me prepare para acomodar el arco y la flecha en su punto medio, entrecerré uno de mis ojos y espere señalando a un lugar, cuando estuve segura solté la liga del arco y la flecha salió zumbando.

A lo lejos se escucho un grito de dolor y después aparecieron dos hombres que no pasaban más de veinte y pico.

—Bienvenidos, Raziel y Adze, como no— sonreí un poco de lado.

—Elizabeth, como siempre de hija de pu…— me contesto Raziel, quien era el que más se le iba la boca, pero eso le valió que le tirara la otra flecha pero esta vez le cayó en el muslo.

— ¡Hija de perra, ¿Crees que es sencillo curarme?!— me grito enfurecido.

—Pareces nena—Susurre.

—Elizabeth— me saludo Adze, él era un caballero, era muy mono además de muy educado, siempre tranquilo y era el opuesto de su hermano.

—Adze. Tiempo sin. saber de ustedes, me alegro que se hayan animado a venir a ayudar un poco—

— ¿Cómo no hacerlo? Se metieron con nuestra hermanita, además de que se llevaron a mis sobrinos antes de… ¡Conocerlos!— grito cuando se saco la flecha del muslo. —Esto te costara caro— me dijo Raziel quien me señalo con la flecha.

—Claro, sean bienvenidos, solo no causen una guerra que no estoy de humor, quiero a mis hijos de vuelta y entre más rápido trabajemos, mejor—

Me gire y tome a Alec del brazo para caminar dentro del edifico, barios me miraron pero no dijeron nada, Raziel y Adze caminaron detrás de mí.

Con ellos tenía seguro que encontraría un buen plan que no tuviera fallos ni nada, por lo menos tendríamos algunas cuantas coartadas antes de atacar, teníamos que ser sigilosos para por cualquier cosa.

La posibilidad de un error... ¿Alec Vulturi en mi cuarto?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora