A altas horas de la madrugada, en la quinta planta del colegio de magia y hechicería Hogwarts, dentro del baño de los prefectos todo estaba oscuro y en silencio. Más al cabo de unos segundos la bañera, que había allí a modo de piscina privada, se llenaba de agua cristalina y brillante que emanaba una luz que iluminaba por completo la estancia. El agua llegó a desbordarse y acabó cubriendo un palmo de todo el baño, llevando su luz hasta el último rincón, pero como había pasado la anterior vez no salió de allí. Todo aquel fenómeno se centralizaba solo en el baño de los Prefectos.
Quedando toda la superficie tranquila, como si estuviera como un plato, no había ni una ondulación y la luz que emitía venía de muy al fondo. Al inicio de aquel cuarto pareciese que alguien caminara por allí. Las perturbaciones en el agua, a modo de ondulaciones, se iban produciendo a medida que llegaba hasta la zona de la piscina.
De debajo de la superficie comenzaba a aparecer un personaje que, al no haber nadie allí que lo reconociese, no se podría identificar. Este o esta, salía por arte de magia de debajo del palmo de agua que cubría el suelo y a medida que llegaba hasta la piscina adoptaba su forma total.
Allí, delante de la fuente de agua, se sentaba en la orilla sumergiendo sus pies dentro. Todos los destellos que emitía el fenómeno cambiaron de radiantes a todo color y sobre la superficie del agua comenzaba a adoptar una forma concreta. Cual pantalla, que le dejaba ver lo que acontecía fuera, una imagen que iba sobrevolando el cielo se dirigía hacia el norte del planeta, justo a la Atalaya de Hielo. El lugar donde estaban los cuatro magos.
A pesar de estar rodeados por casi un centenar de espías internacionales, que se colocaban a una distancia que les permitiera sobrellevar el intenso frío, estos no podían detectar como tres de los cuatro magos salían y entraban de la torre sin que nadie les percibiera y aunque lo hicieran no podrían detenerlos. A demás del hecho de que como un mar de capas negras rodeaba la torre, tampoco podrían percibir si había alguien o no allí dentro.
Acercando su visión a lo más alto de aquel edificio, atravesó el ejército de capas oscuras y divisó a Tiffany Tuner. La bruja, con su varita en la mano y una expresión maquiavélica, iba lanzando una bruma violeta que impregnaba toda el área del piso más alto y salía al exterior por sus doce miradores. Aquellos entes oscuros, Los Dementores, estos se iban moviendo para que todos ellos la recibieran y la energía violeta se fundía en ellos. No se sabía que era lo que estuviera pensando, pero hiciera lo que hiciese no quería que se enteraran sus compañeros. Su vista, de vez en cuando se desviaba hacia la entrada de lo más alto, indicando que lo que estuviera haciendo, lo hacía en secreto y no pareciera ser nada bueno. Cuando terminó con lo que estuviera tramando se trasportó de allí a algún lugar.
Desde la corona de la atalaya descendía en su proyección muchos pisos hacia abajo. Desde una visión ventajosa, ahora lo contemplaba todo desde el techo de la sala donde se encontraba William Wood. Este en concreto, aunque el resto de sus compañeros ya habían empezado las cacerías, este seguía inmerso en un mar de carpetas y seguía localizando objetivos. Por alguna razón él no tenía el permiso para participar en las intercepciones.
Aun manteniéndose en aquella sala, la imagen que se podía ver reflejada en el agua se fijó en la carpeta que habían separado, aquella que no estaba volando. La misma que estaba sobre una mesa y que ninguno de ellos se atrevía a abrir.
Alejándose de esa planta, divisó en otra como Amanda Parker llegaba portando un prisionero. Era un antiguo mago de una época pasada que, de alguna forma u otra, se había logrado perpetuar en el tiempo pasándose de su ciclo vital. Aquel personaje, que se trataba de un hombre de origen asiático de aspecto juvenil, no fue ejecutado al instante. Por algún motivo lo llevaron a una amplia sala, tan grande que ocupaba casi toda la superficie posible de uno de los pisos de la torre. Allí había al menos quince personas encerradas en un recubrimiento de cristal.
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Las Cinco Varitas.
Mister / ThrillerSoplan viento de cambio en el mundo mágico. 19 años han pasado desde que la historia terminó y una nueva aventura está cerca de comenzar. Las cinco varitas han sido creadas. Cinco portadores, cinco historias, cinco leyendas y un misterioso jugador m...