Durante la mañana del 24 de Diciembre, en el Ministerio de Magia y más en concreto en la tercera planta del edificio de los Aurores, toda la plantilla estaba reunida allí desde primera hora de la mañana. A medida que se aproximaba el final del año, los nervios entre el cuerpo de seguridad se acrecentaban. Pero no solo en ellos, la población en general estaba a la expectativa de que podría acontecer después de año nuevo y la tensión se hacía latente entre ellos.
Como todo lo que tuvieran reservado los cuerpos de seguridad del Mundo Mágico era asuntos clasificados, ninguna noticia se filtraba a los medios de comunicación y estos se centraban en realizar conjeturas y análisis de que podría ocurrir cuando los magos fueran libres. Había opiniones de toda clase: desde la instauración de un Nuevo Orden Mundial dictatorial por aquellos tres brujos, hasta una posible guerra mundial, con consecuencias apocalípticas, por si se ponían a pelear entre ellos.
Al menos, en lo referente a la prensa escrita, era lo más nefasto que podrían poner pues la completa disolución del senado pasó sin pena ni gloria. Harry Potter había realizado una jugada maestra, aprovechando el afán por demostrar a la ciudadanía sus formas por parte de nuevos aspirantes políticos, que estaban más que cualificados para que estos se ocupasen del completo funcionamiento, básico, de todo el Ministerio.
También, en lo referente a las noticias de política exterior, fue el mismo Comandante el que, después de multitud de reuniones, logró apaciguar los ánimos con los gobiernos muggles. Toda la prensa, tanto nacional como internacional, lo alababan por ello. Había logrado forjar un frente común para lo que tuviera que acontecer en el futuro.
En la enorme sala de reuniones no cabía más gente. No solo estaban allí todo el cuerpo de Aurores de la capital, habían acudido los máximos representantes de las diferentes regiones de todo el Reino Unido e inclusive de Irlanda. Todos esperaban la llegada del comandante Auror.
Tras unos diez minutos este hacía acto de aparición en el graderío circular y se produjo un silencio sepulcral al verle llegar. No hubo aplausos, ni comentarios sobre el cansancio que trasmitía Harry en su físico. El hombre tenía aspecto de estar agotado después del ajetreo de las últimas semanas.
Dos asistentes, que nadie podría imaginar que eran Ronald y Hermione Weasley bajo otra apariencia, con sus varitas en la mano comenzaron a repartir unas carpetas entre todo aquel gentío. Cada carpeta tenía nombre y apellido y en ella, después de una información general para todos, se detallaba la función a cumplir por cada miembro del cuerpo.
—Buenos días a todos. Lamento que tengamos que vernos la víspera de la navidad, pero tenemos que estar preparados para lo que nos está por venir —Abría la carpeta que tenía él, en la que llevaba unos folios idénticos a los de los otros informes, era algo de información general y nada personalizada—. No sabemos donde están dos de nuestros enemigos, el tercero lo tenemos localizado al norte del planeta.
— ¿Aun está acompañando a la bestia moribunda? —Uno de los grandes representantes Irlandeses, de los pocos que tenían la autoridad para interrumpir al comandante, habló.
—Sí, aun permanece allí y creemos que estará allí un tiempo más. Inteligencia cree que no puede matar a la bestia, tampoco salvarla, así que la acompaña hasta que fallezca.
—El Leviatán es un ejemplar único en el mundo, las leyendas cuentan que ha protegido la Atlántida desde su hundimiento. ¿Qué hacía al norte del globo?
—Creemos que acudió allí por su llamamiento. Hemos perdido a una de las criaturas más míticas de la historia porque, al brujo de varita verde, se le antojó que protegiera la Atalaya.
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Las Cinco Varitas.
Mystery / ThrillerSoplan viento de cambio en el mundo mágico. 19 años han pasado desde que la historia terminó y una nueva aventura está cerca de comenzar. Las cinco varitas han sido creadas. Cinco portadores, cinco historias, cinco leyendas y un misterioso jugador m...