41. Bala perdida

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STILES

Freno y miro a Lydia. Ella miró al frente analizando el sitio. Desvió su mirada y nuestros ojos conectaron.

-Es aquí- asiento y nos quedamos callados.

Estábamos en frente del depósito, tenía muchos mensajes y llamadas perdidas de Scott pero los ignoré. Si Lydia quería meterse en ese infierno no lo iba a hacer sola.

Aprieto mis manos en el volante y dejo salir un suspiro enorme que hace que Lydia acaricie mi pierna.

-¿Va a morir gente?- pregunto y ella desvía su mirada- lo suponía.

Salgo del coche y me detengo unos segundos para observar que en el asiento trasero se encontraba el bestiario.

Podríamos usarlo a nuestra favor si se tuercen las cosas.

-Escucho disparos así que esto ha empezado- le abro la puerta y Lydia tiembla cuando oímos un disparo.

Tomo su brazo y la paro.

-Podemos irnos- sugiero y ella niega.

Voy detrás suya hasta que llegamos a la puerta de hierra que nos impedía seguir con nuestro camino. Empleo un poco de fuerza y la muevo lo suficiente para entrar. Nos adentramos y escuchamos más disparos en la última planta.

-¿Cúal es tu plan?- pregunta y me mira con el ceño fruncido- no vas a golpear a los cazadores así que intuyo que algo tendrás en mente para arriesgarte y venir aquí.

-Intentaré dialogar- largo una risa ronca.

-Lydia, no quieren dialogar, lo sabes- terminamos de subir las escaleras

-Pues al menos a intentarlo- me mira enarcando una ceja y me sonríe juguetona- venga vamos.

Abro los ojos sorprendido por su acción. Lydia había cambiado pero no deja de ser sexy y juguetona, algo que me encanta.

Los disparos se escuchan más fuertes y agarro del brazo a Lydia para que vaya más despacio.

Lo que nos separa de los chicos es una simple puerta. Tomo el pomo y miro a Lydia, me asiente y largo un fuerte suspiro. Abro la puerta.

-¡Stiles, agáchate!- tome a Lydia de la cintura y nos tiramos al suelo casi al instante. Nos habían disparado- te dije que no vinieras- me grita Scott.

Andamos agachados hasta una de las vigas donde nos sentamos para cubrirnos. Miré donde se encontraban los chicos, detrás de un muro destruido. Los cazadores estaban detrás de las vigas y observé que justo estábamos en uno de los extremos.

-¡Stiles!- Lydia me toma del brazo y la observo por unos segundos, estaba aterrorizada.

-Tranquila- sonrío para tranquilizarla y acaricio su mejilla.

-¡Dadnos lo que es nuestros!- la madre cazadora gritó y Malia le rugió.

-Si te lo damos no vamos a parar a la Kánima- le contradice Ethan.

-¡Habéis robado algo que es nuestro! ¡Habéis robado a los Argent!- ruedo los ojos.

Allison ha sido quien nos lo ha dejado prestado pero si es feliz cargándonos el muerto, allá ella.

-¿Qué has averiguado del Kánima?- me pregunta Lydia.

-Poca cosa, ¿por?

-Si le damos el libro nos van a dejar en paz, al menos por ahora.

-Sólo he averiguado como parar a la Kánima si conocemos quien es- suspiro y escucho disparos- a pesar de que la Kánima es un títere no deja de ser una persona, y si Scott está en lo cierto y es Jackson...- gruño de solo pensarlo- creo que puedes pararle.

At Night (Teen Wolf Fanfiction)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora