Capitulo 28

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☆Maya☆
Giré la llave de mi taquilla casi sin ganas. "Puf, que asco de día".- Pensé mientras sacaba mi libro de Física y Química. Cerré la taquilla y apoyé mi espalda en la pequeña puerta de metal. Cerré los ojos unos segundos, sosteniendo el libro entre mis manos. Mi cabeza era un torbellino de pensamientos. Un desordenado y caótico mar de ideas que no me dejaban tranquila. Sentí una mano en mi hombro. Una chica morena de pelo largo, me sujetaba de un hombro con su flaquito y delgado brazo.

-¿Por qué estas tan plof?.- me echó una mirada triste.- Si a ti te encanta la química.
Suspiré y volví a cerrar los ojos.
-Queda menos de una semana de curso Clara, necesito vacaciones.-se notaba que no tenía ganas ni siquiera de hablar. Toda mi energía vital se había esfumado.
-Ya.- Suspiró.- Oye, puedes sentarte con Víctor si quieres.- Abrí ligeramente un ojo al escuchar aquello.
-¿Qué intentas decirme?.- La interrogué. Ella empezó a mover las manos nerviosa.
-Nada.- Puso las manos en alto como si la estuviera aountando con una pistola imaginaria.- Solo digo que sois muy amigos, ¿no? Antes te sentabas siempre con él y desde luego se te veía mucho mas feliz y animada.
Hice un movimiento brusco con la cabeza hacia adelante provocando que mi pelo me cubriera la cara.
Empecé a caminar en dirección al aula sin decir nada.
-¿Debo tomarme eso como un quizas?.- Escuché como Clara me hablaba a lo lejos pero pase de ella. Me apoyé en una de las paredes de azulejos junto a las aulas del laboratorio. Todos estaban empezando a entrar. Vi a Sonia. Un extraño calambrazo recorrió mi cuerpo. Luego vi a Víctor. Era de los últimos. Vestía de negro. Se que le gusta el negro pero últimamente vestía mas de negro que lo habitual en él. Se le marcaban las ojeras en la cara, aunque disimulaba su cara de cansado con su pelo, el cual le había crecido tanto que le cubría ligeramente la cara cuando agachaba la cabeza. Parecía triste. Desde el incidente en la playa había estado muy distante con él y eso parecía estar afectandole mucho.
"Y aún así, con esas pintas me sigue pareciendo tan dulce y adorable como siempre". Era mi Víctor. El mismo que había conocido a principios de curso, en esa misma aula. El mismo al que he visto madurar poco a poco y del que, por mucho que intente negarlo, he acabado enamorandome.
"Que asco de palabra".- Pensé mientras me acercaba a un rincón y me sentaba en el suelo.
El pasillo estaba completamente vacio y en silencio. Todo era tan silencioso que podía escuchar mis propios pensamientos.
"¿Por qué estoy haciendole esto?", "¿Por qué estoy haciendome a mi misma esto?" Él me dijo que me quería y yo...como una idiota le dije que necesitaba tiempo para asimilarlo. ¿Para asimilar el qué Maya?, ¿Qué por una vez un buen chico se te ha acercado y se ha fijado en ti?, ¿Pensar que tal vez puedas ser feliz? ¿O quizas es que tienes miedo? ¿Miedo a que te hagan daño? ¿No eras la chica dura, fuerte y decidida?
-Sabes que en el fondo solo soy una tonta.- Susurré. Odio hablar conmigo misma. Esto no va a seguir así. Me niego a que siga así. Me niego a seguir haciendole daño a Victor y mucho menos a mi misma. He tomado una decisión.

Me puse en pie y me aparté el pelo de la cara peinandolo ligeramente hacia un lado. Con decisión empecé a andar hacia la puerta del aula. La abrí y entre dentro. El profesor me indicó que me sentara advirtiendome que tenía un aviso de retraso. No suelo llegar tarde asique no le dio mayor importancia.

Pasé por delante de la mesa de Clara. Luego por la de Sonia.
Y así fuí pasando poco a poco a varios alumnos de la clase, hasta encontrarme cara a cara con la mesa en que estaba Víctor sentado.

-Disculpa.-Le dije en voz baja tocandole el hombro. Él levantó la cabeza para mirarme.- ¿Esta libre ese sitio?.- Le sonreí.
Tal como la vez en que nos conocimos, él me sonrió de vuelta. La expresión de su cara parecía haber cambiado al verme allí de pie a su lado.
-Claro, puedes sentarte.- Apartó su silla y me cedió el asiento de al lado.

*Dilan*
-Vamos Collado, ¡Concentrate!.

El entrenador me gritaba a un lado del tatami.
Mi oponente se movía con agilidad, con la guardia en alto. Yo estaba empezando a distraerme.
Le di un derechazo a mi rival, el cual esquivo sin problemas. Traté de concentrarme.
"Vamos joder". Me lancé contra mi rival sin pensarlo. Los golpes volaban sin sentido. Conseguí acertarle con una patada en el estomago, pero olvide cubrir mi punto flaco. El chico fornido que tenía delante me dió un puñetazo que me dejó algo desorientado. Aprovechando la distracción, me dio una patada rápida en el costado, seguida de otra en mi pierna izquierda. Perdí completamente el equilibrio y mi cuerpo entero besó la lona.
Me quedé tumbado mirando las brillates luces del techo del gimnasio. Ignorando los gritos de mi entrenador que me decía que me levantara. Apenas era un sonido que caía sordo en mis oidos. Por mi mente solo pasaba un nombre, "Evelyn". Ella y nadie más era la dueña de mis pensamientos. Cerré los ojos unos segundos. Mi respiración se volvió lenta y pausada. Sentía que el mundo giraba mas lento a mi alrededor. Que el tiempo se iba deteniendo poco a poco, de pronto estaba en esa playa, esa noche.

H de Justicia (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora