INFIELES

CAPÍTULO #31

CAPÍTULO #31

El viernes llegó antes de lo que me esperaba, en un abrir y cerrar de ojos. Me encontraba en la recámara de mi pequeña ayudándole a armar su maleta cuando Emmanuel llegó.

—¡Hola, papá está en casa! -grito desde la entrada, mi hija soltó el puño de ropa que tenía en el regazo para salir corriendo hacia su padre, le solté un grito pero no escucho, resignada me propuse a terminar la maleta y a recoger un poco su cuarto antes de irnos.

Cuando salgo de mi habitación con la enorme maleta Emmanuel abre los ojos como platos pasando su mirada de la maleta a mi.

—¿Si sabes que es solo por un fin de semana? -niega con la cabeza caminando hasta mi, trae un pantalón de mezclilla y una playera tipo polo, haciéndolo ver relajado y cómodo.

—Para tu información aquí -le señale la maleta  —está la ropa de los tres, no tenemos maletas chicas. -no tenía maletas chicas porque él se las había llevado todas.

—Si claro, solo son dos cambios de los niños y lo demás es tuyo eso seguro -el tarado se está burlando de mi.

—Ja ja que gracioso -lo fulmine con la mirada mientras le pasaba la enorme maleta. Emmanuel la tomo y salio de la casa para acomodarla en la camioneta, después de asegurarme que los niños tengan su cinturón correctamente abrochados y la casa esté bien cerrada salimos con dirección a la carretera, todo el camino la pasamos en silencio yo no quería hablar con él ¿por qué? Porque creo que él está manipulando la situación con mis hijos, siento que se está aprovechando de sus tiernas mentes metiendoles ideas erróneas.

Salimos de la carretera para tomar un camino empedrado y después de 10 minutos logré ver el espejo de la laguna, una cabaña de madera de una sola planta nos daba la bienvenida, era sencilla pero hermosa.

—¡Bienvenidos a la casa “áak'al” !

O mejor conocida como la laguna de los amantes. -señala con su mandíbula hacia unas estatuas de una pareja abrazados observando en atardecer —existe una leyenda -mi princesa como una pequeña enamoradiza da brinquitos en su lugar ansiosa por escuchar la supuesta leyenda que su padre le va a contar, a él se le da muy bien eso de inventar historias; si lo sabré yo que dure 10 años escuchando y creyendo todas sus “verdades a medias”. ¡Mentiroso!

—Cuenta la historia papi, ¿puedes? ¿puedes? -mi príncipe solo rueda los ojos y se acomoda en una piedra lisa a un lado de mi, como diciendo esto será largo.

—Si mi amor ven, -toma de la mano a la pequeña acercándose a la estatua —Mira cuenta la leyenda que hace muchos años aquí existía un pueblo llamado Yuritzi (Diosa del rayo de luna) y en él vivía  Xareni la princesa quien estaba enamorada del joven guerrero Yunen y él de ella. Sus padres los reyes veían con orgullo su unión. Pero Ixchel quien estaba llena de odio y envidias y no soportaba ver el inmenso amor que Yunen profesaba por la joven princesa. Así que al sentirse rechazada por el guerrero ideó un plan para separarlos para siempre. Con engaños y artimañas hizo creer a Xareni que Yunen estaba herido en el lugar de caza y aprovechándose de su inocencia la hizo caer en una de las trampas. Cuando Yunen encontró sin vida el cuerpo de Xareni pidió a los dioses le ayudarán a estar en la eternidad al lado de su amada dando su vida en sacrificio. La diosa Rayo de luna le escuchó apareciendo en forma de una luz brillante, con dolor observó la sangre corriendo del cuerpo de Yunen y lo convirtió en un hermoso e inmenso lago y a Xereni la elevo convirtiéndola en polvo el cual esparció alrededor de lago convirtiéndola en la princesa de un frondoso y fértil bosque. Uniendo sus almas por la eternidad. Los padres de Xaremi ordenaron hacer una estatua en memoria de la pareja y su inmenso amor, desde entonces este lugar se convirtió en “áak'al” o mejor conocida como la laguna de los amantes. Todas las parejas que saben la historia llegan aquí para ser bendecidos por ellos. Dicen que cada noche de luna llena se les puede ver caminando tomados de la mano.