INFIELES

CAPÍTULO SIETE

-Es cumpleaños de mi abuela y es la oportunidad idónea para presentar a Katrina como mi prometida. -Miguel ve a su padre mientras toma una copa del Mini bar de la oficina de su padre. Su padre asiente orgulloso de único hijo, el futuro heredero de toda su fortuna. Miguel gira para ver a su padre y a su futuro suegro, desea saber si le entendió en sus deseos.

-Por mi no es un problema, si ustedes gustan ella estará ahí. -se apresura a comentar con una sonrisa el señor Gustavo, al ver que no era una sugerencia sino una exigencia de su parte.

-Muy bien el día de mañana pasare por ella... Digamos a las 7:00 pm, quiero que vaya vestida formal pero por favor discreta mi abuela es muy conservadora. -exige a su suegro, le gustaba que las cosas salieran según sus deseos. Era un amante al control.

-Mi esposa ya se encargara de eso... Estar linda para ti. -asegura Gustavo mientras sale, llega a su oficina y toma el teléfono. En el segundo repique su amada y perfecta esposa contesta.

-¿Diga? -contesta con una voz firme y educada.

-Hola, solo llamaba para darte una buena noticia...

~•~•~•~•~•~

-Katy querida -mi madre entra a mi habitación, le pongo mala cara, pero a ella parece no importarle en lo más mínimo los sentimientos de su hija.

-¿¡Qué se te ofrece!? ¿a que debo el honor de tu visita? -sí estoy de pésimo humor y el hecho que mi madre no me haya visitado, vamos es que ni si quiera se a pasado para ver si respiro, no le importo mi cara amoratada que el animal de su esposo me dejo, desde que me soltaron la noticia de mi sorpresivo compromiso se comportan peor... Se supone que soy su minita de oro ¿no? Tendrían que cuidarme más, mínimo hasta que me case.

Veo un destello de tristeza reflejado en sus ojos, tan fugas que creo haberlo imaginado. Eso es imposible esa mujer es de piedra. No tiene corazón, así que debí de haberlo imaginado.

-¡Katy! ¿estas de mal humor? -me dice con sarcasmo.. No me provoques madre.... "No me provoques"... Entra como si le hubiera dado permiso. Va directo a mi armario abriendo las puertas de par en par. Hay no ¿otra fiesta? Mi madre rebusca sacando con rapidez cada prenda que va a parar al piso.

-¿Que haces? -trato de detenerla pero mi "querida hermana" nótese mi sarcasmo entra a mi habitación con el teléfono de la casa pegado al oído y no puedo evitar poner los ojos en blanco. Esas dos acabaran con mi habitación

-Trina, teléfono -señala el aparato y me lo extiende, es muy raro. No suelo recibir llamadas y menos ahora que me cambiaron de colegio.

-¿Quien es? -le preguntó mientras me acerco con la desconfianza reflejada en mis ojos.

-Ay no se, no soy tu maldita secretaria. -me dice con ganas de fregar, mi madre suelta una risita por el comentario de su hija
"como siempre".

-Tienes razón para eso se necesita tener materia gris en la cabeza no tinte... Lastima hermanita -le contesto a lo que Ángela me ve extrañada.. Nunca respondo a sus ataques pero es que estoy de un humor de perros..

Tomo el teléfono inalámbrico y camino alejándome de ellas, logró escuchar que mi hermana le dice a mi madre que una monja del colegio preguntaba por mi..
¿Monja?
Ya que estoy en el pasillo lo bastante retirada de ellas me permito contestar

-¿Bueno? ¿Bueno? - hay un largo silencio, que creo que me han colgado seguro fue una broma de Ángela para sacarme de mi habitación y hacer algo con mis "trapos" como dice mi madre.
Estoy a punto de colgar cundo una voz me lo impide, una voz que calma mi mente borrando cualquier señal de mal humor instantáneamente, y es que él era el causante numero uno de mis emociones tan voluble, me sentía abandonada por él.