CAPÍTULO 28

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INFIELES #29

Desde que Ina  está en reposo  me he tenido que hacer cargo de todos los clientes, no está tan mal de hecho me di cuenta de mi capacidad, y me gusto.

Alberto por su parte no se ha despegado de la oficina y me ha puesto a uno de sus hombres de seguridad, aunque me reuse totalmente y le exigí que me dejara en paz no lo hizo y ahora tengo una enorme sombra a mi lado…

<< No está tan mal>> me digo a mi misma mientras lo escudriño con la mirada.

<<Mínimo es fuerte puede cargar cosas pesadas>> sí, mínimo.

<<Y puede servirte de chofer>> bueno ya me está gustando más esta sombra. Sonrió mientras le tiendo las llaves de la camioneta de Irina.

—Vamos a casa de los Betancourt. -le señalo el vehículo con la mandíbula, él asiente y me abre la puerta para después rodear la camioneta y colocarse al lado del conductor.

Llegamos a la casa para confirmar la lista de invitados. Es increíble que queda un mes para el acto y todavía no me dan la lista de invitados… Esa gente rica es incorregibles.

—¡Katrina! Hola. -Marco me saluda con una de esas sonrisas de comercial de pasta dental, en ocasiones siento como si montara guardia para verme.

<<Tonterías él tiene otras cosas que hacer>> pero es que cada vez que vengo a esta casa siempre lo encuentro… no más bien él me encuentra a mi ¿casualidad?

—Señor Betancourt. -le saludo, saco mis cosas del vehículo y caminó hasta él. José “el chico sombras “ se coloca atrás de mi. Marco lo ve extrañado y me siento obligada a explicar. —Mi asistente José  -prefiero no decirle la verdad sobre José y evitarme la fatiga en explicaciones. Marco asiente y le dedica un movimiento con la cabeza.

—¿Qué vas hacer hoy?  -nos encaminamos a la capilla donde ya tengo a un grupo de gente trabajando en el jardín.

—Necesito la lista de invitados… Me urgen la invitaciones y saber la colocación de los mismo.  -le sonrió, extrañamente Marco se convirtió en el vocero de la pareja, su hermana es Artista y tendrá una exposición en N.Y.

—No tengo tiempo para esto… Por eso precisamente las contrate a ustedes… Nos mantendremos en contacto por el móvil… Y mi hermano estará a cargo… Él me conoce bien y confió en su buen gusto.

—Katrina… -me detiene con su mano en mi codo. Yo lo veo extrañada y mis ojos no pueden dejar de ver su agarre.  —hay un restaurante nuevo de comida Argentina…. <<No por favor>>, me encantaría que… <<No lo digas>>  -lleva su mano a su cabeza para rascar nerviosamente su nuca, se le ve frustrado.  —Lo siento, hace mucho que no salgo con nadie y no se como hacer esto. -dibuja una media sonrisa tan tierna que me derritió por completo y no pude más que aceptar su intento de invitación.

—Esta bien vamos a ese restaurante, aunque tengo que confesar que no conozco la cocina Argentina. -me encojo de hombros mientras paso por su lado, logró ver cómo él sonríe abiertamente.

—Te va a encantar. -me aseguró —¿Paso por ti? -levanta su ceja tupida. -eso no suena bien.. Mis hijos ¿qué pensarían si ven que otro hombre entra a mi casa?

—¿Nos podemos ver ahí? -le pregunté con la esperanza a que se arrepintiera y cancelara nuestra cita, pero no. Él asiente brevemente con su cabeza y me dice:

—Te veo a las 8:00… Te paso los datos por un mensaje -agita sus manos en forma de despedida para llegar a su vehículo.

<<Ok, puedo aprovechar esta reunión para adelantar el trabajo y poner en claro unos cuantos puntos>>

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