INFIELES

CAPÍTULO #29

CAPÍTULO 29

No sé cuánto tiempo me quede ahí observando a la nada..

<<Te juro que ya no te voy a molestar>>

<<Que seas feliz>>

Todo eso sonó a una despedida… pero eso no me importaba… No tiene porque importarme.

El viento fresco de la noche me besa la cara y los brazos logrando sacarme de mis pensamientos, pronto recuerdo la visita de Juan el médico de la familia, entró a la casa no sin antes volver la vista en la dirección donde se alejo Emmanuel… Él volverá ¿cierto?

—¿Que paso? -le pregunté a la niñera que se veía agotada y estresada.

—Su hijo se sentía mal… Disculpe… Yo intente comunicarme con usted… Pero me mando al buzón… Y yo… Estaba tan nerviosa que no supe qué más hacer y su pequeño marco a su padre. Lo siento mucho señora. -seguía disculpándose la joven, supongo que sabe por lo que estamos pasando Emmanuel y yo.

—Tranquila, no importa. Las cosas se solucionaron y eso es lo importante. ¿Como esta? -dejo las llaves en la mesita más cercana a la puerta de salida.

<<No pudo localizarme porque apague el móvil>>

<<Estúpida>>

—Esta dormido, el medico dejo la receta médica y las indicaciones. -la chica se acercó al sofá para tomar sus cosas. -pobre se veía realmente cansada.. Es lo peor que te puede pasar como niñera.

—Te pediré un taxi. -le pago y me despido de ella, el taxi no tardaría en llegar. Necesitaba ver a mi hijo, estar con él.

Su cuarto está tenuemente iluminado por la lámpara de noche y él ya dormía, el cuarto todavía olía a Emmanuel y eso extrañamente me dolió.. La idea de nunca volver a oler su perfume… su presencia..

<<Me cambié de casa>>

¿Cuando? ¿donde vivirá? ¿vivirá solo?

<<Te veías radiante>>  

¡El me vio!... Nos vio… Juntos a Marco y a mi.

Me acerco a mi niño para dejarle un beso en la frente y salgo disparada hacia la sala donde está mi bolso. Meto la mano en busca de la tarjeta que me dieron del restaurante.

Restaurante Argentino Mauros

Como no me di cuenta antes

<<Un amigo va a inaugurar su restaurante >>

Mauro.. La pareja de Edgar.

<<Trina este restaurante es de un cliente.. Edgar Benavides >>

Estaba tan concentrada en mi misma que nunca me di tiempo de pensar… Atar cabos.

¡Mierda! Ahí estaban todos nuestros amigos… Juan y Milagros su esposa. Fue por eso que se portó así conmigo.

¡Mierda! Emmanuel estaba ahí…