CAPÍTULO #33

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CAPÍTULO #33

salí de la ducha envuelta con la bata de la pijama, por debajo de ella tengo un short de encaje rojo y una blusa de tirantes del mismo color.

La toalla que tengo sobre mi cabeza haciendo el trabajo de secadora se mueve al compás de mis pasos, la acomode para que no se fuera a caer. Como no traje mi senadora y al no lograr el efecto deseado, tire la toalla hacia la silla cerca del tocador, la mujer que se encuentra al otro lado del espejo me escudriña con la mirada, pude notar las marcas violetas por debajo de sus ojos. Últimamente no he podido dormir bien, necesitaba de una excelente noche de descanso y dejar de pensar en todo este asunto con Emmanuel, asqueada de mi aspecto cansado me dirigí hasta la cama levantando las sábanas, acomode las almohadas y me metí sintiendo como las sábanas frescas acarician mi piel.

Con el baño y la copa de vino que tomé con Emmanuel hacen efecto en mí, enviándome directamente a los brazos de Morfeo.

***

Un ruido me saca de mis sueños a mitad de la noche, espere un momento despierta tratando de escuchar más allá para identificar el sonido, al no volverlo a escuchar y al no sentirme segura de si realmente lo había escuchado o era producto de mi imaginación trate de volver a dormir.

Otra vez ese ruido me despierta y esta vez sonó más fuerte, fue como un… ¿quejido ahogado? Eso me  dejó claro que algo o alguien había entrado a la casa. ¡Mierda! Si tuviera a Emmanuel a un lado lo mandaría a él; no claro que no, él no lo hubiera escuchado. Y ¿si él era el causante de ese ruido? Y ¿si está herido?  Con mi corazón acelerado me levanté de la cama poniéndome mi bata y salí de la habitación con cuidado de no hacer ruido, recorrí el pasillo con largas zancadas hasta detenerme en la habitación de los niños, abrí la puerta con el terror apoderándose de mí, en sus camas los niños dormían tranquilamente, una vez más el quejido volvió y no sé si es porque estoy concentrada en el lo cual hace que lo escuche mejor y así lograr reconocer de dónde proviene, recorro el corto pasillo hasta situarme enfrente de dónde proviene el sonido, giré el pomo de la puerta entre mis manos despacio para no poner en sobreaviso a quien sea que esté al otro lado de la puerta, solo esperaba que Emmanuel estuviera bien.

La ventana abierta de par en par y con cortinas corridas dejan entrar la luz de la luna permitiéndole ver con su luz todo el interior de la habitación incluyendo al cuerpo masculino que se encuentra en la cama ¡Completamente desnudo! Tratando de no enfocarme en su cuerpo desnudo me acerqué con sigilo, Emmanuel se removía en su cama. Pase mi mirada por todo el lugar asegurándome que estuviéramos solos

—Emmanuel -le llame una… dos... tres veces y al no contestar me atreví a acercarme un poco más. Emanuel giraba su cabeza de un lado a otro dormido, perdido en quién sabe qué pesadilla; soltaba uno que otro gemido doloroso. Su cuerpo más trabajado y Atlético estaba descubierto, la sábanas estaban en el piso, era fácil adivinar cómo llegaron ahí, no recordaba que tuviera esas piernas o ese pecho duro… Todo su cuerpo estaba bañado en sudor, nuevamente recorrí su cuerpo con mi mirada sintiendo como una corriente eléctrica acariciaba todo mi cuerpo

<<No pienses en eso>> Me obligue a concentrame  en su cara que mantenía una mueca de agonía y salir del trance

—Emmanuel -subí a la cama quedando de rodillas cerca de él, giraba su cabeza de un lado a otro, su respiración agitada hacía que su pecho subiera y bajara violentamente. Sino lo despertaba podría asustar a los niños o provocarle un paro cardíaco, bueno eso no lo sabía. Recordé de repente que cuando recién vivíamos juntos estas pesadillas lo asaltaban noche tras noche.

<<Tú eres mi luz personal, la que espanta mis miedos y pesadillas>> me había dicho en una ocasión. ¿Desde cuando volvieron las pesadillas? Recordando todo también llegó la respuesta a mi cabeza, sólo había una forma de calmarlo... sacarlo del trance en el que se encontraba.

Me quité la bata junto con mi blusa, di varias respiraciones profundas buscando el valor necesario para lo que tenía que hacer, nunca antes me había resultado tan difícil <<Sólo hazlo>> me animé a mí misma y sin pensarlo tanto me lancé encima de su pecho, tome su cara húmeda de sudor y lágrimas entre mis manos —Emmanuel -le llame sin respuesta por su parte, tome su mano acercándolo a mi cara —soy yo -me acerque más a él quedando completamente arriba de él tratando de no pensar en las sensaciones que su cuerpo duro y caliente despertaba en mi cuerpo. Mi respiración estaba irregular, mi cara la notaba caliente y mi garganta... mi garganta estaba seca —Emmanuel, cariño, despierta -logré decir sin que saliera un gemido de mi boca. Hace tanto tiempo que no tenía contacto con otro hombre. Emmanuel pasa su mano por mi espalda desnuda estaba reaccionando —Emmanuel escúchame cariño, soy yo katrina- acaricie su pecho recostarme más en él, respiraba rápidamente y tenía su corazón acelerado, poco a poco Emmanuel se fue calmando dejando de removerse en la cama cosa que agradecí ya que con cada movimiento aumentaba mi deseo por él

—K-Katy... -la voz ronca y todavía exaltada de Emmanuel me sacó de mis pensamientos, estaba tan cómoda que no me permite levantar mi cabeza así que sólo hice un sonido con mi garganta. —qué ¿Qué pasó? -su mano en mi espalda nunca se detuvo en su placentero masaje

—Una pesadilla -dije en un susurro, mi voz no me respondía. Su pecho con cada respiración acariciaba mis senos era placentero tanto que ya podía sentir cierta humedad en mi vientre bajo

—Y…-carraspeo deteniendo su mano a mitad de mi espalda, me queje al respecto y él al entenderlo continuó con su labor <<chico listo>> —Y eso significa que… -una pausa... una demasiado larga para mi gusto —que... ¡Katy estás desnuda! -por fin lo dijo se había dado cuenta; con molestia me senté sobre mis talones sin bajarme de sus piernas él bajo su mirada a mis senos qué orgullosos y llenos lo saludaban con descaro

—No, no lo estoy... aún -sonreí con malicia y promesas, me dejé llevar por mi cuerpo sediento de sus caricias y besos, levanté mi trasero y haciendo una gran maniobra me quité las bragas rojas junto con el pequeño short de la pijama, él me estudiaba embelesado con la boca abierta —ahora sí, estoy desnuda ¿vas a hacer algo al respecto? -le reté sin dejar de mandarle miradas lascivas, mordí mi labio para calmar mis ansias sólo esperaba... no, rogaba a los dioses que Emanuel reaccionara positivamente a mis insinuaciones —Sí -fue su única respuesta, me tomó por la cintura bajandome de él <<Mierda estúpida katrina>> me reprendí mientras veía como salía de la cama con dirección a la puerta, luche contra la decepción que se estaba acumulando en mi pecho destrozando a mi lastimado corazón...

Holaaaaaa!!

Aquí un capítulo más

¿Emmanuel la va a rechazar?

Y esa Katy ¿sera que por fin está cayendo?

Espero que te haya gustado

Te espero en otro capítulo más

Con mucho cariño

Anny💋

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