CAPÍTULO #34

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INFIELES #34

EMMANUEL

Estoy hecho mierda, sudoroso y adolorido. Después de que Katy Me abandonará en el patio me di cuenta que necesitaba salir a correr y así pensar en lo que quería hacer, el ejercicio siempre me ha ayudado para aclarar mis ideas.

Una hora de caminata bastó para relajarme y terminar lo bastante cansado como para no tener pesadillas esta noche, habían llegado con tanta intensidad noche tras noche siempre eran los mismos personajes en situaciones horribles y con un lamentable final, necesitaba dormir bien una noche.. sólo una noche pedía.

Entré a la casa subiendo las escaleras de dos en dos, pasé por la habitación de los niños para asegurarme que estuvieran bien; acomode el aire hacia el techo para que no les llegará directo a sus caritas y no se fueran a resfriar, contento con el resultado me retiré haciendo una parada más antes de llegar a mi recamara, esta vez me detuve en la habitación de la mujer de mis sueños y de mis pesadillas. Abri la puerta despacio sólo para verla profundamente dormida. Aun sabiendo que era algo estúpido de mi parte entre quedando cerca de ella, lo bastante cerca como para que su olor me noqueara, ese olor que muchas noches me acompañó

>>¿Qué haces aquí?>> mi conciencia me reprendió y me sacó de ahí ya en mi habitación entré a la ducha y después me metí en la cama completamente desnudo.

***

Poco a poco voy cayendo en un agujero oscuro sin fondo, unas pequeñas esferas llenas de imágenes pasan frente a mí, una de ellas comienza a hacerse grande conforme se acerca estrellándose en mí y transportándome a otro lugar…

Estoy cerca de mi madre vestido de negro con mis mejillas húmedas... todos los pequeños detalles de su entierro aparecen poco a poco hasta detenerse cuando estábamos en el cementerio.

Me acerque a ella para despedirme... verla por última vez. Todo cambió, la luz del sol de una tarde de verano se ve ocultada por unas nubes grises, cuando mis ojos se colocan en el cuerpo inerte y sin vida de mi madre ella abre los ojos y me tomó del brazo —Fue tu culpa -me acusó con voz rasposa de ultratumba —tú me mataste, no me supiste cuidar -me señaló, con un esfuerzo enorme me alejé de ella liberándome de su agarre, mi sueño avanza con mi madre persiguiendome a mis espaldas por todo el cementerio. Cuando logré salir del lugar el escenario cambia y ahora yo ya no soy un niño, sino un joven estudiante de universidad, Katrina está en el piso ensangrentado y un hombre viejo de estómago abultado y grotesco está arriba de ella tocándola sin ningún pudor. Katy me ve con esos ojos hermosos apañados por los moretones y sangre seca

—Ayúdame -me pide y extiende su mano hacia mi, corrí para lograr llegar hasta ella, corro mientras veo como ese miserable la desnuda poco a poco, corri más rápido hasta que mis piernas dolieron. Pero el pasillo se hace más largo no logró llegar a ella; cuando creo acercarme el pasillo se alarga más y más y más

—Por favor Emanuel -Katrina grita mi nombre con dolor y lágrimas en sus ojos, el hombre la golpea cuando ella se resiste a su toque —¡Basta! dejala -le grité al hombre, él sólo se burlaba de mí. Soy un espectador de cómo agrede física y sexualmente a Katrina cuando por fin logró llegar hasta Katrina me encuentro con sus ojos cristalinos y sin vida de la mujer que amo —No, no, tomé entre mis manos su rostro amoratado —Katy, mi amor -busqué con la mirada al hombre culpable, pero es muy tarde. Él se ha ido; lloro aferrándome al cuerpo frío y desnudo de mi mujer —¿Papi? -la voz de mi hija se escucha, mi corazón se detiene como si me hubieran dado un golpe en el pecho.

—¡Papá! -Connor se escucha aterrado, el pánico me paralizó. No sé qué hacer dejar a Katrina solá o ir en busca de mis hijos

<<Katrina esta muerta>> me recordé con dolor. Así que la deje en el piso con cuidado y me pongo en pie adentrandome en el oscuro pasillo interminable. Mientras más me interno en el pasillo katy va desapareciendo en la oscuridad; cuando ya no es visible algo en mí se activa con una fuerza renovada dando marcha a mí búsqueda, puertas van apareciendo en mi camino abro cada una buscando alguna señal de mis niños

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