Solo tuya

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"Haerent"

S.M Guzmán

Capitulo VI

Draco se limito a besarla ante las palabras de la castaña, se dio vuelta sujetándola con firmeza para posicionarse sobre ella, y fue capaz de mirarla directamente a los ajos. Tratando de encontrar la calma que ella le brindaba con cada beso, y cada caricia.

La recorrió lentamente, él no le había respondido verbalmente pero tenía que demostrarle que la necesitaba con devoción. Así que se dedico a besar lentamente cada centímetro de su cuerpo, acariciar sus labios, morderlos, degustarse ante ese sabor dulce que esa boca le brindaba. Y cuando se introdujo en ella  se percato de sus movimientos sutiles, el vaivén lento que era una caricia para su alma, como para su cuerpo comprendió que le estaba haciendo el amor por que su cuerpo le exigía demostrarle sentimientos.

Fue tierno y delicado sorprendiéndose así mismo, aunque él quería más de ella, tenía urgencia por someterla y penetrarla con rudeza pero se lo impedía cada fibra de su cuerpo, esa noche él la necesitaba con calma.

── Ésto es una locura. Está mal ── Razono ella aun en la cama desnuda, cada uno reposaba en lados diferentes. Estaba recostada dándole la espalda.

── ¿Qué quieres decir? ¿No te gusto? ── Se atrevió a mirarla después de lo ocurrido, sabía muy bien que había sido muy diferente a lo que él tenía acostumbrado hacerle a las mujeres.

── Si ── Contesto ella de inmediato incorporándose en la cama. ── Me gusto lo de hoy, lo de días atrás. Pero no lo entiendo. Está mal. Nosostros mismos nos declaramos enemigos por naturaleza, somos completamente distintos, pese a la situación actual. Tú nunca dejaras de ser él elitista sangre pura y yo la chica sangre sucia ha quien solías humillar.── Declaró en un susurro débil pero audible ante los oídos de Draco.

── Olvídalo por hoy, por mañana por el tiempo que está situación dure. Seamos nuestro propio escape de esta locura.

── ¿Y si llegamos a ser la locura?  ── Cuestionó con cansancio. Jalo la sabana que los cubria ha ambos para envolverse mientras se levantaba de la cama.

── Es estúpido que hagas eso a estas alturas.

Le dijo mientras se acomodaba mejor en la almohada y cubría sus ojos con el antebrazo, ella lo miro buscando respuesta.

─ ¿El que?

── Cuestionarnos y cubrirte con la sabana. Hoy conocí cada centímetro de piel, cada lunar que se esconde en tu cuerpo. Me atrevo a jurar que lo conozco mejor que tú

No se inmutó se mantuvo en el mismo lugar, mientras a la castaña la invadió una ola de calor profunda, más no dijo nada comenzó a vestirse sin dejar su desnudez al descubierto.

── No te lleves la sabana.

La castaña se giro hacia él y sonrió de lado.

── No lo haré ── Hizo una bola con la tela para después arrojarla sobre el rubio, cuando su mano llego al picaporte de la puerta sintió la presencia del ojigris detrás de ella.

El calor que emanaba logro afectarla, hundió su cara entre el hueco del cuello de la joven y aspiro haciéndola estremecer.

── Tengo que irme ── Le recordó.

── Falta mucho para que amanezca, quiero que te quedes.

El estomagó de la castaña se presiono con fuerza y no tuvo de perder el aliento, la giro encontrase con la mirada de una niña asustada y sonrió de lado para después devora su boca como solo él sabia hacerlo. La restregó contra su cuerpo, la necesitaba ¡Malditasea! La necesita como al aire y ella a él.

HaerentDonde viven las historias. Descúbrelo ahora