Haerent

Culpable

"Haerent"

S. M Guzmán

Capitulo XXIX

La noche los abatió unos no evitan sonreír porque por fin se había acabado la zozobra diaria a la que era martirizados podían respirar aires frescos sin huir como ratas ni que tener que refugiarse. Podrían tener hijos los cuales vivirían en plenitud sin regímenes algunos, disfrutarían del don otorgado por la vida que los puso en ese mundo peculiar con brillo propio.

Pero para otros el costo de la libertad era sumamente alto, las perdidas eran fuertemente dolorosas. Se perdieron luchadores ejemplares que dieron su vida a cambio de un nuevo mundo.

Nadie más pudo entrar en la habitación donde se encontraba el cuerpo de Theodoro Nott. Draco, se negaba a ver a su amigo en esas condiciones se tachaba así como cobarde al verse parado frente a la habitación con la mano suspendida incapaz de girar la bendita manilla.

Sonrió sin ganas una línea en sus labios que quedo en una mueca torcida en su intento. Era rabia pura la que se esparcía en su sistema así que no dudo en descargarla con quien él creyó culpable.

Bajo de dos en dos las escaleras buscando en su bolsillo la varita y poniendo en posición de combate apenas llego al salón. Lo diviso rodeado por algunas personas sin embargo eso no le importo. Lanzo un alarido de rabia al mismo tiempo que de su varita una luz violeta impactaba el pecho de Harry, quien por el impacto bajo guardia solo atino a sostenerse de los respaldos del sillón donde se hallaba. Podía sentir como algo en su garganta se rasgaba dándole pasó un torrente líquido que empezó a salir de sus comisuras y al mismo tiempo lo ahogaba pues no podía abrir la boca para escupir.

Los gritos de horror no tardaron en esperarse. Sirius, se alzo encima de Malfoy, pero un campo invisible alrededor del rubio lo detuvo. El animago maldijo volviéndose para tratar de hechizar a su ahijado para evitar lo que Draco, quería hacer sin embargo sus intentos eran nulos.

Se asombro de la capacidad del menor de los Malfoy, para manejar la magia antigua a pesar de la desesperación por tratar de ayudar a Harry, el control de Malfoy, era esplendido al canalizar su magia de esa forma.

Draco, aumentaba el castigo en cada milésima de segundo. Harry Potter, había apresurado los hechos de guerra únicamente porque sabía la unión que contraerían sus amigos. Había actuado con premura en obediencia a sus celos. Cancelo el hechizo dejando que el pelinegro escupiera su propia sangra y tosiera por la fatigaba solo segundos después bajo otro grito de horror de Sirius, volvió a su tortura.

── ¿Qué se siente morir ahogado por tu propia sangre Potter? ── El susurro heló a los presentes la mueca lasciva en los labios de Draco, desprendió la calma que había tratado de mantener Harry.

── ¡Basta! ¡Basta! ── Sirius junto a Lupin, trataban de sacar alguno de los dos de la burbuja de magia que se había creado.── ¡¡Lo mataras joder!! ── Chillo el licántropo con impotencia.

Draco, esta sumergido en su trance vengativo repitiendo su tortura con más profundidad, soltaba la presión del hechizo para darle una serenidad tortuosa que era incluso más insufrible que la misma asfixia. Harry, ya no se aferraba a los respaldos su rostro había perdido el color natural al igual que sus labios resaltaban entre la sangre que los cubría.

── Draco ── La voz de Hermione, se coló en sus oídos pero aun sí mantuvo su varita firme sin eje de inseguridad. ── ¡Draco por favor! ── Suplico al ver a su amigo rindiéndose.── ¡¡Draco!! ── Grito cuando se dio cuenta que muchos lanzaban hechizos contra él sin poder tocarlo ── Draco ── Susurro al ver la intención de Sirius, hacia a ella.