Segundas oportunidades

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"Haerent"

S.M Guzmán

Capitulo XXXIII

El gran portón se alzo frente a sus ojos con la imponente M sellando las cerraduras. La mansión Malfoy, había sido rediseñada por petición de su futuro heredero y su novia.

Al transcurrir dos años desde los hechos de guerras sus participantes buscaron la forma de rehacer sus vidas. Algunos miembros de la orden rearmaron el gabinete de ministros y aunque suene insólito Draco Malfoy, fue postulado por la propia orden para ser el jefe de Aurores. Sorpresivamente para el mismo rubio este le fue otorgado.

Para Harry Potter, las cosas resultaron contrarias a lo que muchos pensaron poseía fama de héroe de guerra, le fue postulado para ser auror, tuvo beneficios otorgados por algunas viejas familias y su propia herencia para su disfrute, pero aquello sencillamente no le bastaba. Perdió a Ginny, desde el primer instante y cuando tuvo felicidad él busco los medios para arrebatársela, perdió a Ronald y a su vez a Hermione. Le quedo lo material para derrocharlo en lujos que la vanidad había ganado en su ser, su única amiga para aquellos instantes era Luna. Sirius, seguía a su lado porque familia es familia como solía decirle en algunas ocasiones.

Los patriarcas Weasley, se instalaron en la mansión Nott, por petición de Draco y para que Haerent, creciera en los pasillos por los que corrió alguna vez su padre. La pequeña fue el bálsamo para Arthur y Molly, que reían con ella y el pecho se les llenaba de orgullo nada más al verla sonreír. Draco y Hermione, formaban parte indiscutible en la vida de la niña.

Los hermanos restantes de la familia Weasley, rehicieron sus vidas a excepción de Fred, quien no abandono la madriguera no pudo dejar atrás los recuerdos de Ginny, ni mucho menos de Ron. Solía sentarse en cada estancia de la casa de forma ida escuchaba con atención las pisadas y las risas que dejaron los fantasmas del pasado en aquella morada que alguna vez fue llamada casa. Anuqué Molly, quiso rescatar a su hijo este no se lo permitió y sus únicos instantes de lucidez venían cuando Haerent, le pedía que jugara con él pero su mente en ocasiones fallaba y él le hacía promesas a su sobrina.

—Cuidare de ti Ginny, esta vez cuidare de ti — Susurraba acariciando su melena rojiza y la pequeña le sonreía con felicidad absoluta sin comprender sus palabras del todo y enamorando con el brillo heredado de sus ojos avellanas.

Lucius y Narcissa prefirieron quedarse fuera de Londres, Luicius se encontraba aun indignado con su hijo por lo que llego hacerle y cada vez que peleaba en voz alta Narcissa, sonreía escondida alabando mentalmente la valentía de Draco.

A muchos de los muggles con habilidades mágicas caídos en guerra o asesinados se les conmemoro con un paseo lleno de mensajes donde la igualdad de la sangre era la prioridad y el nombre de Anne, era uno de los resaltados.

Draco, a pesar de sus ocupaciones se encargo de buscar los medios para que amantes atados dejara de tener algún efecto en ellos porque la duda siempre permanecía de día pero en las noches era disipada por la sonrisa de Hermione, y su parloteo histórico de alguna criatura mágica.

 Poco a poco el mundo mágico fue sellado las hendiduras que le causaron tanto mal, no podían dejar a un lado los recuerdos de lo que lo llevaron a ser lo que actualmente podía mostrarse pero ahora tenían una cara distinta ante nuevas generaciones. Esta vez no había bandos o ideales que los separaba.

Tres pisadas lo dejaron en la línea de un futuro incierto pero del cual quería explorar con prisa y cautela al mismo tiempo, con la misma audacia con la que armo todo ese plan del cual Theodoro, alagaba él era digno de un pabellón en San Mugo con su nombre. Tres pisadas lo hicieron soltar una carcajada seca porque nunca espero que unas ideas nacidas bajo desesperación, bajo la locura de un amor tuvieran tal resultado.

No para nada porque aquello solo ocurre en los libros de amor, porque aquello significa que su tía Bellatrix, tenía razón al decir que existen las segundas oportunidades y es ahí justo ahí donde se deben aprovechar con más ferocidad posible, porque los sueños pueden esfumarse dependiendo de tu anhelo hacia él.

Entonces la miro de nuevo cuando sus pies comenzaron a andar pisando con precisión el terreno que sus pies conocían pero del cual su corazón debía descubrir de nuevo, entonces la sintió aferrar su mano pequeña con más fuerza y quiso hablarle decirle que él también tenía miedo de lo que pudiera pasar.

Quería asegurarle que la protegería como siempre lo había hecho, que le llenaría el alma como ella lo hizo con él al decirle que lo amaba pero aquellas letras no salieron de su boca, no por miedo o por pena. No salieron porque ella simplemente lo sabía por ese mismo motivo esta sosteniéndole la mano, por ese mismo motivo estaba a punto de abrir las puerta de la mansión donde fue secuestrada por él.

El pomo fue girado por él y antes de que sus pies tocaran el suelo con un nuevo comienzo por fin su voz escapo con muchas promesas y una sola pregunta.

— ¿Crees en las segundas oportunidades Hermione?

Ella se giro hacia él encarándolo soltó su agarre y dirigió ambas manos hasta acunar el rostro del rubio ¿Qué si creía en las segundas oportunidades? ¡Por supuesto que sí! Quiso gritar pero sus labios simplemente se entre abrieron porque además de la euforia de esa respuesta su mente armo de forma lógica y racional otra seis contestaciones más. Aunque ya no tuviera caso ni lógica responder ella había sido capaz de amarlo porque Draco, le demostró que ese sentimiento puro e inefable es de valientes, que gracias a eso que él sentía por ella fue capaz de no sucumbir ante sus demonios.

Lo obligo a inclinarse un poco más y cerró los ojos cuando sus alientos se mezclaron llenandola de un sentimiento inexplicable que cada vez era más indescriptible. Sus labios se rozaron en pequeños toques hasta volverse más apasionados dándole libertad a sus lenguas de acariciarse con la misma pasión que sus corazones desenfrenados mostraban y en un jadeo cuando el oxigeno faltaba la respuesta fue <<Sí>>.

Fin

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