Purificación

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"Haerent"

S. M Guzmán

Capitulo XII

Todo su ser le pedía a gritos que lo matara pero su raciocinio querían escucharlo lamentarse, surco su rostro una sonrisa gélida al contemplar sus manos bañadas de la sangre de su hermano, se sintió orgullosa de si misma pero luego el asco la invadió, se contuvo para no vomitar, él le producía el hastió más profundo que alguien pudiera explicar.

Contuvo sus sentimientos y con la mayor de sus fuerzas se sentó a horcadas encima de él, quien mantenía sus ojos cerrados con algunas lágrimas resbalándole por la mejilla.

── ¿Qué piensas hacer? ¿Matarme? ── Interrogó en un suplicio el muchacho.

── Abre los ojos cobarde ── Le incitó ella ── Quiero ver que tan hombre te comportas ahora que no tienes fuerzas para someterme ── Se inclino encima de él pasando el filo de la daga por un costado. ── ¡Vamos Ron, dilo! ── Le apoyo. ── Di "Por favor ya no más Ginny" ¿Qué haces Ginny? ── Su voz apenas si era audible aunque bastaba para erizarle los vellos a Ron.

Al no escuchar ninguna palabra del muchacho recobro su postura, arremetió contra la vieja camisa del pelirrojo dejando su abdomen al descubierto, contemplo la pequeña daga entre sus manos de forma avariciosa como si esta se tratase del mayor de los tesoro.

Acaricio el cuello del mucho con el filo de la daga cerrando sus ojos y viéndose así misma en aquella habitación de baño, sintió la repulsión invadirla al recordar como él lamía su cuello y senos, así que por instinto fue rasgando desde la base de la garganta hasta los pectorales de Ron, oyendo sus gritos de dolor como un coro de ángeles para sus oídos. Se detuvo cuanto sintió la sangre del pelirrojo llegar a sus pantalones humedeciéndolos, abrió sus ojos topándose con el pálido rostro del muchacho que mantenía los labios apretados en una línea recta, la frente sudorosa y los ojos aun cerrados.

Tenía conciencia que el corte no era lo suficientemente hondo para haber causado algún corte de vena, pero si lo suficientemente dañino para rasgar vasos sanguíneos en la piel. Recordando que la sangre en efecto era demasiado escandalosa.

Prosiguió con la daga hundiéndola la punta en cada centímetro de piel expuesta lo suficiente como para que él comenzara a rogarle que se detuviera, pero ella más que eso quería escucharlo pedirle que lo asesinara así ambos podrían encontrar paz en la purificación del sacrificio.

── No puedo más, detenten ── Jadeo exhausto, sudoroso, temeroso porque ella consiguiera lograr el propósito de matarlo. Aun así no se había arrepentido de nada, había disfrutado penetrarla, saborear en su paladar los fluidos de la vagina virginal que él se había encargado de rasgar.

Ella hizo caso omiso a sus palabras, y busco hacer incisiones en los brazos del pelirrojo hasta llegar a sus manos. Se detuvo con una sonrisa en su rostro, con su lengua acaricio sus labios.

── No sé como Hermione, pudo estar con alguien como tú ── Escupió su rostro, haciendo enfurecer a Ron, por un instante. ── Con toda razón escogió a Malfoy ── Ron por fin abrió sus ojos. ── ¡Oh Ronald! ¿No lo sabias? ── Pregunto con inocencia fingida.── Todos en esta casa estamos más que claros que hay entre ellos ── Relajo el agarre de la daga viendo el rostro desorbitado que tenía frente a ella.── Ese puede calificarse como un hombre, él la hizo gritar desesperada porque la penetrara ── Hizo un mohín con su cara al verlo protestar.

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