Uno para todos

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"Hearent"

S.M Guzmán.

Capitulo XXVII

No lo previno su cuerpo reacciono de forma casi involuntaria atravesándose entre Voldemort y Harry Potter, cuando el primero quiso atravesar a Potter, con una espada que le fue lanzada por uno de sus seguidores. Siempre supo que había llegado a este mundo con el propósito de cuidar de alguien, al principio supuso que era de Draco, ese rubio de mal genio a quien tuvo la fortuna de conocer más bien le había otorgado la sabiduría de lo que era capaz de hacerse por amor.

Ese amor desmedido que incluso él llego a reprocharle mientras Draco, se ataba a el con esperanzas de un mañana hasta conseguirlo. Sintió el golpe contra el suelo, escuchando agudamente como la hoja de la espada era retirada terminando de abrirse paso entre la carne ya abierta, cerro los ojos soportando el dolor más desagradable que no podía explicar o medir con simples palabras.

Escucho el grito de Potter, con impotencia desatando nuevamente el combate mientras él llevaba las manos a su herida con los ojos aun cerrado. La sonrisa de Ginevra, invadió el interior de sus párpados, mientras empezaba a saborear la sangre que se a galopaba en su boca como un torrente abierto. El siempre supo que en algún momento moriría, pues uno tiene la vida prestada, siempre dedujo que el trámite pendiente que tenía en ella era hacer feliz ha alguien más, y cuando Ginny, llego a su casa con la ropa ensangrentada y la mirada vacía. Su corazón subió hasta su garganta indicándole que se trataba de ella.

Abrió los labios con una pesadez súbita liberando el liquido rojo que empezaba ha ahogarlo, abandonándose nuevamente en sus recuerdos. No dudo ni un instante en acompañarla, ni en hacer algo para que ella pudiera soñar de nuevo llevándolo a él mismo a un mundo onírico que solo imaginaba mientras sus ojos se cerraban. Él le había mostrado el idealismo de lo que sigue después de pasar por el dolor, basado en sus pensamientos porque jamás atravesó algo tan mísero. Aunque sus ojos se llenaran de amargura y su pecho se oprimía al ser testigo y participe de tal desasosiego en el mundo.

Pudo oír con claridad el hechizo que salió de la boca de Harry, indicando que había matado al mestizo más miserable que pudo existir en el mundo mágico.

Escucho su nombre distorsionado por gritos guerreros en medio de ese campo de lucha que años más tarde se convertiría en terreno santo para quienes lograron ganar la batalla dándole la tranquilidad al mundo mágico. El nombre sonó con más fuerza, reconoció a la perfección la voz de Ginny, acercando a donde estaba, quiso protestar para que ella no bajara la guardia porque si algo le sucedía en esos momentos, su muerte entonces no valdría la pena y se habría fallado así mismo.

A su cuerpo la fuerza ya lo había abandonado, así que como mejor pudo volvió abrir los labios tratando de escupir la sangre para no ahogarse antes de tiempo sin poder despedirse de los seres a quien amo en esa vida.

── ¡¡¡THEO!!! ── Ginevra, sintió perder el sentido de la cordura cuando lo encontró tirado en el suelo, con sus manos en el abdomen tratando de sellar una hendidura honda que botaba sangre a cantaros. Quiso morir el mismo instante que al ver su rostro se encontró con esos ojos marrones, que le devolvieron las ganas de vivir cerrados, desfalleció interiormente cuando se percato de esa boca que le arranca suspiro de felicidad, rebosada en sangre. ── Theo ── Pronuncio en susurro desgarrado que le estaba haciendo saber que él se iría dejando sola.── ¡Theo! ── Sentencio con furia e impotencia acercándose a él, porque no se permitiría dejarlo morir, cuando él la había salvado del limbo donde su alma había caído.

Se agacho a su altura sosteniéndole las manos, gimió con fuerza cuando el liquido baño las suyas, las primeras lágrimas fluyeron cuando él sonrió a duras penas tratando de pronunciar su nombre.

HaerentDonde viven las historias. Descúbrelo ahora