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"Porque créeme cuando digo que son muy capaces"

Cuando Luhan era tan sólo un bebé ya había comenzado a preocupar a sus padres. No, no era porque era una criatura enfermiza o porque había salido con alguna anomalía rara en su anatomía, era mucho mes que eso y eso preocupaba a los familiares de niño.

Se dice, las malas lenguas y especialistas, que los únicos que pueden ver cosas son los animales y los niños siendo estos últimos los que más experiencias tienen, la mayorías de las personas dicen que sólo es producto de la imaginación de ellos al crear amigos imaginarios y otros dicen que ven lo que nosotros nunca vamos a ver en nuestras vidas. Que lo niños, hasta cierta edad, tienen un sexto sentido desarrollado y que con el paso del tiempo son los padres quienes, al no saber como tratarlo, hacen que el niño pierda esa capacidad pero este no es el caso de Luhan.

El recién nacido lo primero que hizo al nacer no fue llorar o gritar, fue observar al doctor y enfermeras para luego pasar su mirada a su alrededor notando que habían más personas además del personal que nadie más veía, entonces les regalo una mirada de curiosidad como si quisiera preguntarles por qué había un señor con el tórax abierto dejando ver sus entrañas y eso lo había asustado porque aquel tipo lo miraba tan siniestramente que le provoco el llanto más doloroso de su corta vida y que los doctores nunca antes habían escuchado en todos sus años de trabajo. Pero lo dejaron pasar porque un bebé debe llorar, porque es normal.

¿Es normal que un pequeño niño se ría en la madrugada mientras que todos duermen y la oscuridad abunda en la casa? La respuesta siempre fue negativa.

La primera persona en notar que Luhan no era normal, fue su abuela: ella notaba la forma en la que su nieto actuaba cuando pisaban en cementerio o su casa, notaba como se ponía algo tenso y miraba a todo a su alrededor con nerviosismo y pánico como si supiera que había alguien ahí, pero era normal porque aún era un niño pequeño que no entendía porque hay personas en cajas y enterrado en el suelo, y para ella era normal ese actuar pero todo tomo un giro cuando Luhan, de ya tres años, le pidió que no vaya a aquel viaje a Tailandia porque le habían susurrado que iba a pasar algo malo y lo peor que pudo haber hecho era preguntar quien se lo había dicho.

-Ella. –murmuro tranquilo y señalando una esquina de la sala en la que no había nada solamente una vieja mecedora que después comenzó a moverse lentamente como si el viento la estuviera haciendo actuar así, la señora observo a su alrededor y vio como no había ninguna ventana o puerta abierta pero el frío que después empezó la dejo pasmada porque estaban en verano y el viento no había aparecido desde hace mucho tiempo. –Por favor.

No le hizo caso, solamente era la imaginación de un niño y nada malo pasaría pero no se espero que al día siguiente su alarma nunca sonara haciéndole despertar tarde y no encontrara los boletos o que su auto se dañara sin poder llegar al aeropuerto, así que se resigno y cancelo la reservación del hotel.

Y le sorprendió cuando el avión en el que ella debía estar se había estrellado ni siquiera dos horas después de haber alzado el vuelo.

Las cosas que hacía Luhan no era normal, el niño había comenzado a caminar después de un año y cinco meses, empezó a hablar siete meses después de eso y a subir las escaleras con facilidad a los dos años. Entendía conversaciones de mayores, sabía donde las cosas estaban sin siquiera haber visto o saber que era, se dirigía muy bien en la casa a pesar de conocer únicamente la sala y su habitación y veía cosas que nunca estuvieron en nuestro plano.

Luhan no era un niño malo, no abusaba de tener esa suerte para asustar a los demás porque no lo necesitaba y tampoco quería hacerlo, pero las personas no entendían las cosas que podía ver o sentir. Cuando eres niño puedes decir que son tus amigos imaginarios pero no cuando ya eres casi adolescente, no puedes ir y decir que ves cosas que nunca están en este plano, simplemente no puedes porque te tacharan de raro. Y así se sentía Luhan: raro.

W I T C H. /KaiSoo|SooKai  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora