01: « Oh, mi amor »

12.1K 932 198
                                    

01: « Oh, mi amor »

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

01: « Oh, mi amor »

Peyton.

Alce la mano en forma de saludo cuando el vecino grito mi nombre, era un ancianito muy amable que siempre paraba cortando el césped de su jardín. Seguí caminando hasta encontrarme con una vecina quien paseaba a su perrito, me detuve un momento a jugar y otra vez, retome mi camino hacia casa. Era genial vivir en un pueblo pequeño porque se conocía a todos, casi nadie era un desconocido.

Ya estaba por llegar al frente de mi casa, ¿qué habrá cocinado mamá...? ¡Oh, pero que tenemos aquí! Un auto rojo, tan rojo como el fuego del infierno, y yo sabía quién era el dueño de ese auto, ¡y ahora mismo se encontraba en mi casa! Peine mi cabello con mis manos, dejándolo a un lado para que mi cuello se notara, acomode mi vestido, haciendo que se pegara más a mis atributos y coloque unas gotas de perfume, que suerte que había llevado un frasquito. Cuando estuve lista, introduje las llaves en la puerta y la abrí haciendo ruido.

—¡Ya estoy en casa! —grite lo más dulce que pude—. ¡Hermanitos, llegue!

—Al fin llegas, Pey.

Seguí la voz de mi hermano Frank, quien sostenía una cerveza fría, era de esperarme que se encontraban bebiendo. Entre a la sala con una sonrisa de oreja a oreja, dejando mi mochila al lado del sofá y cuando alce mi mirada, me encontré con sus hermosos ojos mieles.

—Hola, Pey.

Oh, mi amor, pero que preciosa voz tienes.

Justin Bieber, el hombre más sexy que puede vivir en el pueblo, solo me bastaba mirarlo para mojarme por completo, pero eso solo lo sabía yo. Me acerque a él, tome su mentón y bese su mejilla de la forma más sensual que pude.

Maldición, que piel más suave.

Despegue mis labios con lentitud de su rostro, pude notar su mirada como perdida en la pared, como si estuviera luchando, pero después volvió a la realidad cuando me aleje.

—Hey, Justin —reí—, ¿cómo estás?

—Uh-h, estoy bien, Pey.

Me dio una mirada rápida y volvió a girar su cabeza para beber su cerveza como si fuera el fin del mundo. ¿Por qué no solo puede mirarme y comerme? Solté un bufido, pero cuando vi el sofá frente a él vació, no pude evitar reírme, tenía un plan. Me asegure que Frank estuviera distraído con la televisión y cuando lo confirme, empece con mi pequeña travesura.

—¿Y qué hacían? Claro, aparte de beber.

Me senté frente suyo y cruce mis piernas, haciendo que mi vestido se alzara apropósito. Tuve que aguantar mis ganas de sonreír cuando su mirada cayó en mi muslo, pero nuevamente quito sus ojos de ahí y miro a mi hermano. Tenía una expresión tan graciosa en su rostro.

—Le estaba contando a Justin sobre el nuevo auto que llego.

—Ah, que genial.

Tres de mis cinco hermanos, Frank, junto a Hank y Thomas trabajaban en un taller mecánico con Justin, era desde años, aunque la verdad es que se conocían desde el preescolar, a mí me conocía desde que estaba en el vientre de mi mamá.

—¿Y los demás? —pregunte.

—Fueron por cerveza y hielo.

Solo asentí, cambie de posición en el sofá, apoyándome contra este y alzando un poco mi trasero. No es que me esté vendiendo a Justin, no, solo quiero que me mire, que se enamore de mí... y que me azote en la cama, ¡pero solo eso! Nada más. Alce los ojos hacia Justin quien parecía ni estar respirando cuando me vio, y entonces él salto del sofá.

—Yo, yo necesito ir al baño.

—Pasa, hermano —le contesto Frank.

Justin dejo la cerveza de golpee y salió corriendo de la sala, ¿habrá sido mucho mi actuación? Me levante después de unos minutos y le avise a mi hermano que comería en la cocina, pero no camine hacía ahí, en realidad fui a perseguirlo al baño. Él se encontraba apoyando contra la pared, parecía que estuviera pensando.

Retrocedí unos pasos y fingí entrar al pasillo, haciéndolo saltar un poco por el susto.

—Ops, lo siento, Justin —me disculpe.

—No, tranquila, no pasa nada, Peyton.

No pude evitar mirarlo, él cuerpo que tenía este hombre era de un Dios griego. 

—¿Te encuentras bien?

—Sí, me encuentro bien.

—No te creo, Justin —respondí.

Me acerqué a él dando saltitos y fingí examinarle el rostro, Justin se quedo quieto al sentir mis manos pasar por su rostro. Me incline un poco más hacia él, pegando mi cuerpo contra el suyo, tenía mis senos apretados contra su abdomen. Nuevamente hice un esfuerzo por no sonreír al ver su rostro ponerse rojo. ¿Qué sucede, cariño? No te avergüences, estoy segura que haríamos una perfecta combinación.

—¿Por qué estás rojo? Creo que tienes fiebre.

—Pey... —apenas dijo.

—Tranquilo, Justin.

Coloque mi mano contra su frente, su temperatura era tan normal, pero solo estaba actuando. Hice una pequeña mueca con mis labios, y luego de contar hasta diez, le sonreí para hablar:

—No, no tienes fiebre —concluí—. Tal vez sea la cerveza, ¿no?

—S-í —casi se ahogó con su saliva—. Y, y... ¡y necesito ir al baño!

Se escurrió de mis brazos como lava y corrió al baño donde se encerró. Me cruce de brazos al verlo de esa manera, ¿por qué simplemente no colabora? Estuve apunto de irme, pero mi curiosidad era más, termine pegando mi oído a la puerta y lo escuche murmurar, pero no lo entendí. ¿Acaso estará pensando en mí? Mm, sí es así, espero esté pensando en que posiciones ponerme.

Al final decidí ir a la cocina, estaba satisfecha de al verlo rojo, eso me había alegrado un poco. Me serví mi comida y me senté en comer tranquila. Cuando estaba dando el primer bocado, escuche la puerta abrirse, varias voces masculinas se escucharon por toda la casa. Mi otros cuatro hermanos ingresaron a la cocina con un montón de compras y me dieron besitos en la cabeza.

—Mamá regresará en la tarde —me aviso Kevin—. Por favor, no te olvides de hacer tu tarea.

—Claro que sí, hermanito.

—Buena niña.

Le mande un beso volado y se retiró de la cocina con la cubeta de hielo. Por otro lado, Justin todavía no regresaba, me moría de ganas de verlo. Lo bueno es que solo tuve que esperar unos segundos hasta que lo vi pasar, se detuvo a mirarme y yo le guiñe el ojo de inmediato, haciendo que en su carita se dibujara una expresión de miedo, pero al mismo tiempo de sorpresa, y después salio disparado a la sala.

Que cobarde eres, Bieber, pero no podrás escapar de mí.

Que cobarde eres, Bieber, pero no podrás escapar de mí

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Justin cobarde. 😂

Deja tu voto y comentarios si te gusto.

¡Wow! Estoy muy, muy sorprendida por la cantidad de lectoras, votos y comentarios que tiene la novela, ¡y es solo el comienzo! Muchas gracias, son las mejores, ¡las quiero mucho! 🌹

InocenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora