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29: « E-es mi cul-lpa »
Pare el auto bruscamente en el estacionamiento, ni siquiera sabía si me había estacionado bien, y no me importaba recibir una multa por ello, ¡necesitaba ver a Peyton! Sentía como mi corazón bombeaba con fuerza, estaba asustado.
Todo parecía ocurrir tan lento, eso hacía que me desesperara más.
Entre por emergencias apresuradamente y mire por todos lados... ¡Georgina! Ella estaba sentada en la sala de espera, mientras tenía el rostro apoyado en sus manos, mirando el suelo como si estuviera en otro mundo. Agite mi cabeza para concentrarme, y vi a los Fell ahí sentados también, la señora Amanda estaba llorando en el hombro de Hank, mientras los otros hermanos estaban mudos.
—Frank... —me acerque de inmediato.
Mi amigo reacciono lentamente y me vio, su mirada estaba llena de tristeza.
—Justin... —apenas pronuncio—. Hoy es un día de mierda, ¿no?
Sí, hoy es un día de mierda.
Me senté a su lado, ansioso por preguntarle cómo se encontraba Peyton... oh, mi Peyton. Sentí ganas de llorar al recordar lo sucedido antes del accidente, tenía ganas de golpearme a mí mismo porque eso es lo que me merecía, porque yo era el culpable de toda esta tragedia.
—¿Cómo esta...? ¿Ella, ella está bien?
—No lo sé... —respondió con la voz rota.
Y Frank empezó a llorar.
La última vez que lo vi así fue cuando perdió a su padre... en ese accidente vehicular. Sí, el señor Fell había muerto cuando un camión se pasó la luz roja y lo choco, no sobrevivió ni unos minutos. Todo esto me causaba temor, tenía miedo... miedo de que a Peyton le ocurriera lo mismo, todos estábamos asustados.
—El doctor Anderson dijo que no podemos verla, su estado es delicado. Su accidente fue tan fuerte que sería... sería un milagro que ella —guardo silencio unos segundos—. Sería un milagro que ella sobreviviera en las siguientes cuarenta ocho horas, Justin.
Sentí como toda la sangre se iba a de mi cuerpo, y como mi corazón dejaba de latir... por un momento pensé en desmayarme, pero me resistí contra ello, y solo deje que las lágrimas salieran.
Es todo mi culpa, es todo mi culpa, ¡es todo mi culpa!
No podía imaginarme... enterrando a Peyton, ella era tan alegre, tan llena de vida que era tan injusto que esto pasara... y todo por mi culpa. Me levante unos segundos, y me excuse con Frank para salir de la sala de emergencias.
Una vez que estuve afuera, no pude evitar soltar el llanto que había contenido desde que salí de casa. Me sentía tan débil, tan desgraciado, tan imbécil, tan culpable, ¡me odiaba a mí mismo! Yo debería estar muriéndome, ¡y no ella! Yo debería estar pagando todo y no ella. ¡Peyton no se lo merecía!
