23: « Dime que está sucediendo »
Saque el sudor de mi frente cuando termine de arreglar el motor del auto. Al fin podría tener mi descanso. Me acerque a beber un poco de agua de mi botella y me senté a descansar, mientras sacaba el celular para enviarle un mensaje a Peyton.
Era extraño, ella no me había hablado en todo el día.
Estaba preocupado. Había pensado en ir a su casa o a la escuela a buscarla, pero se veía muy sospechoso. Solté un suspiro y empecé a pulsar las teclas de la pantalla, diciéndole que quería verla, abrazarla y besarla. También la había llamado, pero no me contesto...
—Justin.
Alce la cabeza de inmediato al escucharla, ¡Peyton estaba aquí! Y no pude evitar sonreír de felicidad. Pero mi sonrisa de borro al ver que su expresión no demostraba dulzura. ¿Qué había sucedido?
—Cariño, te estuve llamando, ¿por qué no contestas?
Se acercó hacía mí e hizo una pequeña mueca. Ahora estaba asustado, no quería pensar lo peor, pero era inevitable. ¿Dónde estaban mis besos y abrazos? ¿Qué le había pasado a mi cariñosa Peyton? Sus ojos azules brillaban, y no de alegría.
—¿Estuviste llorando? —tome sus manos.
Que suerte que no había nadie hoy en el taller, era mi turno de quedarme, mientras los demás se iban a almorzar. Volví a concentrarme en mi chica, y vi como sus ojitos se llenaban de lágrimas. ¡Ahora si estaba preocupado! ¿Qué había sucedo?
—Sucedió algo... —apenas la escuche.
—Dime que está sucediendo, Peyton, ahora.
No quería sonar exigente, pero me estaba poniendo los pelos de punta.
—¿Prometes no enojarte conmigo?
—No me enojare, pero dímelo ahora mismo.
Cuando Peyton estuvo por decírmelo, escuchamos unas risas, y de inmediato me aparte de ella, me coloque al otro lado del taller como si estuviéramos hablando de lejos. Los chicos entraron, y vieron a Peyton apoyada contra la mesa de metal.
—¡Pey! Qué bueno verte por aquí —grito Frank.
—Sí... pasaba por aquí.
Frank, Hank y Thomas también la notaron extraña.
—¿Te encuentras bien, Pey? —pregunto dulcemente Thomas.
—¡Sí! Solo estoy un poco sentimental porque el perrito de un compañero se murió.
Se encogió de hombros y se acercó hacia sus hermanos, quienes no dudaron en hacerle unas cuantas preguntas hasta asegurarse que se encontraba bien, y cuando se aseguraron, la dejaron ir. Peyton se despidió de todos desde la salida, y después se marchó.
Maldije por mis adentros, no me había dicho que le sucedía, ¿qué podría ser?
Frank me llamo, haciendo que despertara de mis pensamientos y fui a ayudarlo con una camioneta que habían traído en la mañana. Intente concentrarme en mi trabajo, pero la curiosidad me estaba matando, tenía que salir pronto del taller para hablar con Peyton.
Cuando fueron las seis de la tarde, cerramos el taller, ordenamos las cosas y nos marchamos cada uno por su lado:
—¡Adiós, chicos! Tengan una buena noche —me despedí.
Apenas salí, corrí hacia mi auto y me subí. Me quede ahí para revisar mi celular, y vi un mensaje de Peyton diciendo si podíamos reunirnos cerca de la cabaña del lago. De inmediato acepte, y encendí el auto para irme hacia el lago.
Conduje durante varios minutos, hasta que llegue a la entrada de la cabaña, por suerte, nadie la estaba alquilando o pareceríamos un equipo de ladrones, y mandarían a la policía... Cuando estoy nervioso es imposible no pensar en cosas tontas, esta situación me tenía nervioso.
Solté un suspiro y cerré los ojos, mientras esperaba a Peyton. Me hubiera gustado recogerla desde su casa, pero su madre seguro se encontraba ahí.
—¡Justin! —grito Peyton, desde el otro lado de la ventana.
Salté en mi asiento, y de inmediato abrí los seguros de la puerta para que entrara. La vi rodear el auto, y se subió en el asiento del copilotó.
—Me tienes preocupado —dije, mientras me giraba hacia ella—. ¿Qué sucede, Peyton?
Peyton ladeo la cabeza, y sus ojos se volvieron a llenar de lágrimas.
—Justin, ¿tú me qui-ieres? —tartamudeo.
—Claro que te quiero, cariño. ¿A qué viene la pregunta?
Mordió su labio inferior... Dios mío, cuanto desearía ahora mismo hacer eso yo. Agite mi cabeza hacia los costados para obligar a concentrarme. No era el momento de pensamientos calientes.
—Nena, ya dime que sucede, por favor.
Le rogué antes que me diera un infarto.
—¿De verdad me quieres mucho, Justin?
—Cariño —tome sus manos y las bese—. Si no te amara, no te demostraría que cada día te quiero tanto. Mi corazón enloquece por ti, cada segundo. Eres tú quien está en mi mente la mayoría del tiempo.
Mi Peyton dejo salir unas pequeñas lágrimas, y me abrazo, mientras ocultaba su rostro en mi cuello.
—Y yo te quiero también mucho —contesto—. Por eso quería que todo fuera contigo.
Sé a qué se refiera, hace más de una semana habíamos tenido nuestra noche en la cabaña, esa maravillosa noche que todavía me seguía enloqueciendo. Me gustaría repetirlo. No pude evitar sonreí cuando recordé las escenas íntimas.
—Pey —la llame, cuando la escuche en silencio—. Cariño, ¿qué es lo que querías decirme?
Nuevamente se alejó de mí, y me miro de manera inocente. Miro hacia otro lado y lanzo un pequeño suspiro. Como si se estuviera preparando para algo.
—Peyton —la presione ansioso.
—¿Te-e acuerdas cuando te dije que no sucedería nada?
Fruncí el ceño al escuchar eso, no recordaba esas palabras.
—Lo siento, cariño, pero no lo entiendo todavía.
—Ju-ustin... —suspiro y me miro a los ojos—. Justin, creo que estoy embarazada.
Uhm, ¿lo está o no...? 👀
Deja tu voto y comentarios si te gusto.
¡Perdonen la demora! Tuve una semana realmente difícil, ahí en mi muro lo explique, y todo eso. Muchas gracias por seguir leyendo, ¡son las mejores! 🌹
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Inocente
Fanfiction« No huyas de mí, bebé » © 2017 baexkiss. #26 en Humor » 17 de Junio, 2018. #55 en Humor » 05 de Junio, 2018. #67 en Humor » 27 de Mayo, 2018. #140 en Fanfic » 25 de Febrero, 2018. #279 en Fanfic » 03 de Diciembre, 2017. #418 en Fanfic » 13 de Novi...