32: « Amor mío »

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32: « Amor mío »

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32: « Amor mío »

Solté un gran y profundo suspiro, intentando dejar salir todos los nervios de mí, pero eso no me funciono. Igual no me permití retroceder y correr hacia el auto. Tenía que hacerlo, tenía que hablar con Peyton... e intentar explicarle todo sin que se alterara.

Entre al hospital y camine por el pasillo saludando a algunas personas, era temprano, pero tenía las esperanzas de intentar que Georgina y yo convenciéramos al doctor Anderson de dejarnos entrar a verla antes de la hora de visita... Hablando de Georgina, ¿dónde está? Ya debería estar aquí.

Verifique la hora en mi reloj y saque mi celular para enviar un mensaje, mientras giraba el pasillo... ¡Joder! Retrocedí de inmediato y me escondí a un lado, ¡¿había visto bien...?! Saque un poco mi rostro para ver correctamente... ¡Oh Dios mío!

Georgina estaba ahí sentada, ¡pero no estaba sola! Hank estaba con ella... ¡y ambos se estaban tomando de las manos, mientras se acariciaban con los pulgares!

¡¿Qué está pasando aquí?! Los seguí observando: Georgina le dedico una sonrisa tímida y Hank le acaricio el rostro con... cariño. Y entonces ambos se inclinaron para: ¡para darse un beso!

Mi boca se abrió de sorpresa, ¡eso no me lo esperaba!

No sabía qué hacer, no sabía si interrumpir o seguir mirando... ¡estoy en shock! Jamás imagine a Georgina y Hank juntos, ¡ellos están juntos! Necesitaba respuestas, quería interrumpir y hacer miles de preguntas de como rayos había ocurrido todo eso... ¡Peyton iba a tener un shock emocional si se enteraba de esto! Aunque seguro después bailaría de felicidad.

Retrocedí varios pasos y tome mi celular temblando, ¡es el shock! Marque el número de Georgina, y espere a que contestara:

—Hola, Jay. ¿Ya llegas?

—U-uh, sí... —tartamudee como idiota.

—¿Te encuentras bien?

—¡Sí...! Digo sí —carraspee—. Estoy por girando el pasillo... ¡hola, chicos!

Corte la llamada al verlos separados, ambos actuando como si nada hubiera pasado. Hank me saludo con una sonrisa mentirosa, y se levantó para darme un abrazo.

—Bueno, ya llego Justin, me retiro, debo ir al taller. No torturen mucho al doctor Anderson, y cualquier cosa nos llaman. Gracias por quedarse aquí para vigilar a Pey.

—No hay de qué, Hank.

Se marchó tranquilamente y Georgina no me dijo nada... la mire lentamente y ella miraba su celular. Mi mordí la lengua para no preguntar, ¡pero joder, era inevitable, la curiosidad me mataba! Y yo sé que Georgina es capaz de matarme si sabe que yo sé su secreto... que confuso.

—¿El doctor Anderson estará por aquí? Son las ocho —comento Geo.

Tuve que relajarme y le respondí un no .

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