09: « Por favor, Justin »

7.9K 813 288
                                    

09: « Por favor, Justin »

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

09: « Por favor, Justin »

Georgina acaricio mi cabello nuevamente, mientras yo seguía llorando en su regazo. Sentía mi corazón roto, ¡mejor dicho: mi corazón está hecho trizas! Hice un puchero involuntario al recordar lo sucedido con Justin, había sido horrible.

—¡Lo quiero tanto, pero ahora mismo lo odio!

—Es un gran idiota, Pey.

Después que nos besáramos, pensé que me iba a decir que le gustaba, ¡pero no fue así! Justin simplemente se alejó de mí y se fue a encerrar en su habitación sin decirme ni una palabra. Estuve una hora tocándole la puerta hasta que me grito desde adentro que había sido un error todo, ¡nuestro beso para él había sido un gran error!

Maldito desgraciado.

¡Ni me dio la cara! Simplemente me dejo ahí sola e hizo trizas mis corazón, ¡mi corazón que yo le estaba ofreciendo!

—Es un cobarde.

—¡Pero lo quiero tanto!

Estaba triste y enojada con Justin, se supone que debía haberme dicho que quería intentarlo, ¿o habrá sido un simple juego para él? ¡No, no lo creo! Porque él no es cruel, y si dejo que lo besara fue por una razón, ¡pero como es un maldito cobarde no me dijo nada!

Pero, pero... pero yo me voy a encargar de sacarle todas sus palabras a la fuerza.

Me levante de la cama, limpie mis lágrimas, me maquille un poco y me coloque mi ropa bonita. Ese maldito desgraciado va a cantar como un pajarito por las malas. No iba a dejarlo ir tan fácilmente.

—¿Qué haces? ¿A dónde irás, Pey?

—¡Voy a sacarle su mierda!

—Caramba, ahora si se prendió esto.

Fuimos a la casa de Justin, a esperar que llegara, se supone que él salía del taller a las seis así que ya faltaba poco. Después de cantar cinco canciones de corazones rotos a todo pulmón, lo vi aparcar su auto en la entrada.

Me despedí de Geo y baje del auto, camine detrás de él sin que se diera cuenta, y cuando se giró para cerrar la puerta, me vio, y de inmediato retrocedió asustado.

—No deberías estar aquí.

—Me importa un pepino.

Empuje la puerta, entrando a la casa y cerrando la puerta detrás mío. Ahora si estábamos frente a frente, tenías muchas ganas de llorar al recordar su estúpida frase, pero me aguante, ahora mismo no era el momento de ser frágil.

—¡¿Por qué nuestro beso fue un error?!

No pude evitar gritarle, estaba enojada, enojada con su cobardía.

—Peyton...

—¡Peyton nada! ¡Justin, me gustas y...!

—¡Alto, no, no sigas, por favor!

InocenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora