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33: « Frank... »
Frank se acercó enfurecido hacia mí y me tomo por la camisa del cuello.
—¡Repite, repite lo que acabas de decir!
Mire a quien es o era mi mejor amigo, y lo enfrente:
—Que-e... la amo...
Sentí fue un golpe en mi mandíbula, y escuche a Peyton gritar asustada.
Mierda, Frank me había golpeado... ¡mierda! Sentí otro golpe en mi rostro y tuve que defenderme. Alce mi puño para regresarle el golpee a Frank, pero no lo suficiente para hacer que cayera al piso. Eso solo lo enfureció más:
—¡Voy matarte, Bieber! ¡Pedazo de animal! ¡Es mi hermana!
Frank me empujo con furia y de pronto nos encontrábamos en el pasillo del hospital. Entonces escuche otro grito: Georgina. Frank y yo nos devolvíamos los golpees. Intente no golpearlo tan fuerte, porque quería que se detuviera, pero mi ex amigo no estaba razonando. Caí al piso cuando me empujo, pero con todo el dolor: me levante como pude.
—¡Eras mi mejor amigo! ¡¿Cómo pudiste?!
Y entonces ambos fuimos alejados. Thomas, John y Kevin detenían a Frank como podían, mientras Hank me detenía a mí aunque eso era innecesario, yo no quería pelear. Me di cuenta que mi mejor amigo de toda la vida se encontraba con el labio sangrando, y todavía seguía furioso... todavía Frank quería asesinarme.
—¡Mierda! ¡¿Qué está ocurriendo aquí?! —pidió saber Hank.
—¡¿Qué ocurre?! ¡Justin está enamorado de Peyton y ella también! —grito furioso—. ¡Voy a matarte! ¡Te metiste con Peyton, ella debería ser como tu hermanita menor...!
—¡No lo es, y nunca lo será! —le conteste—. Estoy enamorado de Peyton. Y ambos tuvimos una relación a escondidas de todos... y nos amamos.
Los Fell abrieron la boca de sorpresa. Frank logro librarse del agarre y me ataco. Caí de golpe al piso con él encima con uno de sus puños, mientras su otra mano estaba en mi cuello: ahorcándome. Empecé a sentir la sangre de mi boca, no podía pasar saliva, eso me hizo ahogarme.
—¡Basta, basta! —grito la señora Amanda—. ¡Frank, para! ¡Hagan algo!
Lo quitaron, y alejaron de mí de inmediato. Empecé a toser cuando mi cuello fue liberado. Tenía que levantarme, no quería, pero lo hice con todas pocas fuerzas que tenía. Sentí como Hank me ayudaba con Geo, creo que ambos estaban de mi lado.
—¡Georgina! ¡¿Tú lo sabias?! —exiguo saber Frank.
—Yo-o... sí, lo sabía.
—¡Mierda! ¡¿Qué clase de amigas eres?!
Frank estaba rojo, no solo de la furia, también le estaba sangrando la nariz. Rayos, pensé que lo había golpeado leve.
