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39: « Esto suena a Romeo y Julieta »
Un mes después.
¿Fugarnos o no fugarnos? Ahí el dilema. Considere la idea en verdad, pero al mismo tiempo no quería empeorar la situación. Estaba seguro que Peyton aceptaría, pero... entonces no volveríamos a ver a nuestras familias en unos largos años.
Salí de mis pensamientos cuando mi teléfono sonó, y conteste de inmediato.
—Buenas noticias: Frank se quedara en el taller todo el día, es su turno de quedarse.
Sucede que Hank me estaba ayudando a ver a Peyton, también estaba ayudando a Georgina con ello, todo era a escondidas, pero algo era algo. Necesitaba ver a mi chica nuevamente, no podía vivir sin ella.
—Bien, entonces iré a ver a Peyton, gracias.
—De nada, cuñado, nos vemos.
Corte la llamada, y camine fuera de mi casa, hoy tenía el día libre... cada vez que recordaba el trabajo, recordaba que le dije a Peyton que le compraría un anillo para casarnos, y hacer una bonita boda, ¡quería hacer eso! Pero debía tener paciencia, aunque si fuera por mí, le diría que se convirtiera en mi esposa el sábado que viene.
Tome un taxi hasta la casa de los Fell, y cuando llegue, toque el timbre. Peyton me abrió y me hizo entrar de inmediato. Se escuchaba todo en completo silencio así que supongo que nadie estaba. No espere ni un segundo más, y abrace a mi dulce chica después de dos días sin verla.
—Te extrañe mucho —le dije.
—Yo también, Jay.
Escuchar que me llamara de esa manera, hacía que mi corazón se pusiera feliz. Tiro de mi mano para llevarme hacia su habitación, ahí estaríamos tranquilos. Cuando entramos, pude escuchar que estaba sonando música relajante, así que ambos nos recostamos en la cama. Amaba que demostráramos nuestro amor con tan solo abrazarnos.
—Creo que esa es nuestra canción —se rió, y se alejó un poco para subirle el volumen.
—Tú amas esa canción, así que yo también la amo.
Sí, era It's Uncanny.
Peyton comenzó a moverse hacia los costados, cantando en susurros la canción, y haciendo que me riera, y empezara a cantar con ella. Parecimos unos críos.
Es extraño, la forma que siempre me llamas cada vez que pienso en ti. Es extraño, bebé, la forma que siempre sabes justo lo que estoy pasando. A veces tú me tomas de sorpresa y no sé qué decir. Cuando no estoy solo, tú siempre me encuentras donde estoy. Cuando pronuncias mi nombre, me sacas el aliento. Eso es extraño, bebé, eso es extraño Por favor, tú no lo sabes.
Eso me hacía pensar: Peyton sabía mucho sobre mí, y yo de ella también. Y dicen que las mejores parejas son las que se conocen por completo. ¿Será que crecimos juntos? Solo que con algunos perfectos años de diferencia.
