No me mire, hyung.

7.

¿Por qué se empeñan en dañarme? ¿Por qué les molesta tanto mi presencia? Solo soy un chico normal que quiere una vida normal, creí que ese chico de piel pálida era agradable pero no. Me tomó de la muñeca y su tacto dolió, aún hay algunas que no se curan bien. Lloré frente a él, me vio débil cosa que odio. Hasta el momento no lo había hecho delante de nadie pero hoy solo sucedió, había empezado bien, mi día iba bien hasta esa clase y después de ese chico cuyo nombre desconozco. No sé porqué se quiere burlar de mí, nadie quiere conocerme. No soy bueno, no ayudo en nada a nadie.

Me salté las demás clases, escapé del instituto. No quería estar más ahí, prefería la pulcritud en la cual dejé mi casa. En cuanto llegué a esta mi llanto se había calmado y me dejé caer en la cama. Subí las mangas dejando ver mis muñecas. Menos mal solo lo hago ahí, de lo contrario en verano no podría usar camisas normales. Suelo llevar manillas para ocultar mis muñecas, las cicatrices son gruesas y algunas heridas al bañarme se abren y ahora me duelen. Al recordar el tacto de ese chico en esa zona mi piel ardió, su mano estaba fría. ¿Suni lo habrá enviado?

Confirmé mis sospechas al verlo hablar con ella al otro día en unos escalones. Ella jugaba con su cabello, hasta deben ser pareja. Yo lo sabía, no estaba equivocado. Ese chico solo se quería burlar de mí, un pinchazo más a mi corazón. Ayer no comí, un día de estos me voy a desmayar aunque a todos les dará igual, me dejarán en el suelo hasta que me levante. Caminando por el patio un chico alto de cabello castaño me sonrió y estiró la mano en ademán de saludarme. Fruncí mi ceño y seguí mi camino, eso fue raro. Luego al finalizar las clases un chico moreno alto que me asustó porque creí que quería golpearme me sonrió dejando ver un par de hoyuelos. Asentí y seguí mi camino confundido. ¿Quiénes eran esos dos?

Yoongi.

— Entiende que fue muy precipitado. Jimin debe tener miedo de todos, hay que acercarse poco a poco.

— Namjoon, me alejó. Dijo que yo era igual a todos y que me iba a burlar pero no podría hacer eso.

— Lo sabemos, Yoongi. Mira, acerquémonos poco a poco. Nam tiene razón, ese pobre chico debe creer que también le harás algo. Por ello reaccionó así.

— Tú no lo viste, Seokjin. Lloraba con tanto dolor, quise abrazarlo.

— Lo entiendo, pero dale tiempo. Por ahora no lo busques —asentí muy a mi pesar. Quería estar cerca de él las 24 horas si era posible.

—Se los dejaré a ustedes entonces. Pero esperen, necesito hablar con esa mocosa Suni —caminé hasta ella apenas la vi y toqué su hombro para que girara, apenas me vio sonrió.

— Eres el del café, ¿no? Min Yoongi, he oído sobre ti. ¿Qué quieres de mí? —empezó a jugar con su cabello y eso me molestó.

— Absolutamente nada, escúchame bien. Ten cuidado. Si te vuelves a atrever a molestar a Park Jimin te mueres.

— ¿A esa cosa?

— Persona, Jimin es una persona como tú y yo.

— No, no me compares con esa cosa aberrante.

— ¿Te has visto en un espejo? Traes más maquillaje que rostro, niña. Ten cuidado, Jimin ya no está solo.

Esta hizo una escena y sus amigas la rodearon, es una chica y no puedo golpearla. Pero donde hubiera sido un imbécil lo golpeo hasta que mis nudillos sangren. Jimin ya no está solo y eso lo dejaré claro. Busqué su salón y lo encontré. Él se sienta a fondo, suele ver mucho por la ventana y hoy me pareció ver vendas en sus muñecas. Me preocupé por eso, ojalá no sea lo que yo pienso. Igual no lo comenté con mis amigos, no creo que Jimin quiera que todos se enteren.

Namjoon, Taehyung, Hoseok y Seokjin lo han ido saludando cuando se lo encuentran. Me dice que él asiente o simplemente pasa de largo extrañado. Pero en estos días Seokjin me dijo que le sonrió y eso es un gran avance. Yo lo he evitado mucho, no quiero asustarlo de nuevo. Aunque estoy enojado con Jungkook el cual no me quiere ayudar con Jimin.

— No lo haré, no me pueden obligar. Si él tiene problemas se los ha buscado él solo. Debería hablar y ya, o cambiarse de instituto.

— ¿Escuchas lo egoísta que suena eso, Jungkook?

— Me da igual como suene, me niego.

— ¿Y si fueras tú? —Taehyung le preguntó y este mordió sus labios.

— Me cambiaría de instituto y sí es posible de ciudad también.

— Huirías, ahí lo tienes. Jimin le hace frente.

— Hyung, a usted le gusta, ¿verdad? Por eso quiere estar detrás de ese chico de aspecto enfermo.

— Se acabó. Jódete, Jungkook. No me hables hasta que cambies.

— Hyung, no... Lo siento...

— Jódete.

Dejé el grupo de mis amigos y al egoísta mocoso que dice llamarse mi amigo, ni yo pienso de esa manera. Caminé hasta mi casa y fui a tocar el piano, cuando pienso en Jimin últimamente mis notas se han hecho más suaves y dulces. Así es como veo a Jimin, como alguien dulce y asustado en este mundo. Necesito acercarme más.