32.

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Él solo está de pie junto a la puerta y tiene esa expresión de interés en él. No dice nada, está ahí como Seokjin hyung en el instituto. Ladea la cabeza y me recorre con la mirada desde mis pies hasta mi cabeza. Humedezco mis labios, su mirada fija siempre me ha puesto muy nervioso. Él sigue sin decir nada. Me está preocupando.

— Hy-hyung, ¿me dejará pasar?

— Hum... no —cruza los brazos sobre su pecho y juro que casi se me cae la quijada.

— Pe-pero, ¿por qué no? Quiero hablar con usted.

— Ah, después de seis meses quieres hablar. Podemos hacerlo aquí, ¿qué es?

— No, adentro. Tengo frío.

— Debiste haber traído chaqueta.

— ¡Hyung, hablo en serio! —frunzo mi ceño hacia él.

— Yo también. Debiste haber traído, cuando te regreses te dará más frío.

— ¿Entonces no quiere que hablemos de lo que ha pasado?

— Podemos hacerlo aquí.

— Usted sí que ha cambiado, no es el Yoongi hyung que yo conocía.

— Pues lo siento, Jimin —encoge sus hombros y niego. Bajo la mirada y luego me centro en él de nuevo.

— Lamento dañar su tarde, nos veremos luego. 

Me doy la vuelta empezando a caminar, pero lo que quería sucede.

— Jimin, espera.

— ¿Sí, hyung? —le sonrío emocionado.

— Dile a Namjoon que su madre lo busca. Me llamó hace un momento y es molesto, ¿sabes?

— Dígaselo usted —escupo con rabia y entonces él empieza a reír. Camino hasta estar frente a él de nuevo—. ¿Qué es lo gracioso?

— Lo siento, debía cobrar los seis meses. Claro que puedes pasar.

— Pues ya no quiero.

— Bueno, como tú digas —dispuesto a cerrar la puerta se adentra pero empujo y entro.

— Sí que ha cambiado mucho.

— Nah, esta es la versión especial para ti. Siéntate —busco el mueble cercano y él se sienta justo en frente—. Habla.

— No estaba listo para verlos de nuevo, espero que lo entienda.

— Pudiste avisar.

— Lo sé pero me centré en otras cosas. Mamá, enviar a Lee a prisión y estará allí muchos años para nuestro beneficio. Mamá trabaja, nos mudamos, pero creo que eso ya lo sabe...

— Por supuesto que lo sé. Te fui a buscar por un mes completo hasta que alguien más se mudó ahí y me dio la buena noticia —sonrió sin emoción. Suspiré.

— Sé que está enojado conmigo y no es para menos. Desaparecí y no dije nada, solo de un momento a otro pero entienda que primero debía acomodar mi vida.

—  Te pude ayudar, Jimin. ¿No recuerdas lo que te dije?

— Debía hacer esto solo. Hyung, tengo que superarme, no puedo depender de ustedes toda mi vida. Debo madurar —no dijo nada. Me acerqué más a él—. Lo siento mucho, los demás me han dicho todo lo que ha hecho, lo que en su vida se ha convertido y sé que es mi culpa. Pero quiero arreglarlo.

— ¿Y cómo planeas hacer eso, Jimin? Llevo esperándote casi siete meses contando el tiempo que me dejaste como a un imbécil en el instituto. Realmente estaba dispuesto a todo por ti. Pero me sacaste de tu vida sin decir nada y sé que no es tu culpa, tus miedos te llevaban a ello pero confiabamos el uno en el otro ciegamente. Dime, ¿yo no era lo suficientemente confiable?

— ¿Estaba? Es decir que... ¿ya no...? —me sitúo detrás de él, hyung hablando terminó dándome la espalda y viendo a la pared.

— Todo lo que te dije y solo te quedaste con eso.

— ¡Porque necesito saber eso! —antes de notarlo le grité, él se gira a verme con el ceño fruncido—. Necesito saber sí usted aún me ama.

— ¿Para qué? ¿Para que desaparezcas de nuevo?

— No, necesito que me lo diga. Necesito escucharlo.

— No quiero ilusionarme contigo, Jimin. No quiero decírtelo y que estemos bien y que luego desaparezcas, que me dejes —tomo sus hombros y le sonrío.

— No debe tener más miedo, hyung. No me iré, no huiré. Solo dígamelo.

— Te amo, estoy enamorado de ti y lo siento pero me he vuelto un orgulloso de mierda. Soy nuevo con estas cosas de amor pero realmente te quiero conmigo, en mi vida y siento que cuando tú no estás yo no soy nada, Minnie. Te necesito conmigo. ¿Tú...?

— También lo amo —él me sonríe y acaricia mi mejilla—. Cómo extrañaba esto, solo lo veía de nuevo en mis sueños. Fue una tortura, hyung. Soñé tantas veces que usted veía a alguien más, que ya no me amaba. Tenía miedo de venir aquí y con esa actitud suya anterior estuve a punto de perder las esperanzas pero entonces la espera de estos meses no habría tenido sentido y cuando una ama, hyung. Cuando uno ama hace todo por el otro, espera y acepta todo del otro. Por eso estoy seguro de lo que le digo. Lo amo, Yoongi hyung.

Toma mi cara entre sus manos y acerca su nariz a la mía.

— Dime algo, ¿puedo besarte? Ya no aguanto más.

— Tampoco yo... —le susurro.

Con mis manos frías y las cálidas manos de mi hyung en mis mejillas siento un leve roce de nuestros labios. Esto es el cielo, de verdad me va a besar. Deposita un beso casto sobre los míos y entonces empieza a mover sus labios, los míos le siguen sus movimientos. Él acaricia mi cuello con su pulgar mientras nuestros suspiros salen sin permiso. Finaliza con un pequeño beso y un chasquido que me hace ocultarme entre su cuello por la vergüenza.

— Ah, mi Jiminnie lindo se ha sonrojado. De verdad te he echado mucho de menos.

— Yo más, mucho más, hyung.

No me mire, hyung.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora