12.

11.8K 1.4K 331
                                    

— Llegaron, llegaron, llegaron — Tae salta en el pasillo de su casa y Hobi aparece detrás tratando de calmarlo. Yoongi hyung gruñe y yo me río.

Minutos después llegan Jin y Namjoon. Nuestros padres como los llama Tae. Los padres de Tae le dejaron la casa hoy para hacer la pijamada sin molestias. Ya saben que su hijo es alguien muy ruidoso y sale con locuras. Ayudo a Jin a hacer la cena y una vez más compruebo su rica sazón. Namjoon y Yoongi lavan los platos mientras nosotros buscamos una película.

— Terror no, siempre termino gritando.

— Hobi, tienes que ser un hombre. No puedes gritar como gata en celo.

— Así eres tú en la cama —comenta Hobi por lo bajo y su novio se cruza de brazos con un puchero.

— Asco —suelta Yoongi hyung viendo a otro lado.

— ¡Yah! Jimin es un niño, ya van a empezar de pervertidos. Vemos la película o nos vamos a dormir, así de simple —dice Jin hyung en uno de sus arrebatos de mover la cabeza al aire cuando empieza a regañar.

— No, veamos la película —comenta Namjoon mirando a su novio.

Nos acomodamos en el suelo y a medida que la película supuestamente de terror que puso Tae solo para poder escuchar gritar a su novio me dio sueño. Me acomodé en el hombro de Yoongi hyung y escuché un grito, creo que en Corea del Norte también lo oyeron. Brinqué en mi lugar y Yoongi acarició mi mano con su pulgar.

— Tranquilo, solo fue el idiota de Hoseok. ¡Calma a tu novio, Taehyung! ¡Asustaron a Mochi!

¿Mochi? No pude reprimir mi sonrisa y mi sueño desapareció. La película acabó y nos quedamos mirando entre todos.

— ¿Entendieron el final?

— No —contestó Namjoon.

— ¿Alguien me lo explica? —dijo Jin cruzando sus piernas.

— La película es basura y por eso tuvo malas criticas. Si me preguntaran antes de poner algo ayudaría —soltó Yoongi hyung aún acariciando mi mano con voz aburrida.

— ¿Ya la viste, hyung?

— Sí, Jiminnie.

— ¡Ah, Yoongi! ¿Y por qué no dijiste nada? —Tae le lanzó una almohada que el pálido desvió con la mano y subió los hombros.

— No me preguntaron.

— Bueno, ¿y ahora qué hacemos? —Namjoon apoyó su cabeza en las piernas de su novio.

— ¡Verdad o reto! —Tae corrió a la cocina.

— Cliché —Namjoon cerró los ojos.

Nos sentamos en circulo y Tae le dio vuelta a la botella sobre el suelo. Giraba y giraba, no quería salir yo. No quiero hacer algo estúpido. Se detuvo en Hobi y solté el aire.

— ¿Verdad o reto?

— Verdad, Tae Tae.

— Hum... A ver... ¡Ah sí! ¿Quién fue tu primer beso?

— Ah, Tae...

— Dijiste verdad, Hobi. Dinos, dinos.

— Te vas a enojar.

— No, lo prometo.

— En mi defensa tenía siete años, la niña me besó, yo no quería —Tae achinó los ojos y lo observó.

— ¿No mientes, Hobi?

— A ti nunca.

— Bueno... ¡siguiente!

Miré a Yoongi que negó viendo el techo y luego a Namjoon que se dejaba caer de nuevo en las piernas de su novio mientras que este consentía su cabello. Sonreí enternecido por la imagen, al parecer lo vence el sueño. La botella volvió a girar y se detuvo en mí.

— ¿Verdad o reto, Jiminnie?

— ¡Eh! Solo yo lo llamo así —Yoongi frunció el ceño a Tae.

— Tranquilo, viejo. Solo intentaba. Dinos, Jimin.

— No sé...

— Elige, tengo sueño —Namjoon se quejó y Jin dejó de consentirlo—. Ya, lo siento, bebé. Decide cuando quieras, Jimin.

— ¿Reto? —Tae brincó en su sitio y Hobi rió.

— Reto. ¿Qué le ponemos, Hobi? —este se acercó y susurró a su novio. Tae me miró y luego al pálido a mi lado, negué haciéndome una idea de lo que vendría—. ¡Veinte minutos en el paraíso!

— Más cliché —soltó Namjoon abrazando a Jin por la cintura.

— ¿Qué es eso? —pregunté confuso—. Nunca he jugado eso.

— Oh, es tan pequeño.

— Yah, Jin hyung. Debe crecer. Mira Jimin, arriba hay un armario donde si te sientas caben perfectamente dos personas. En este caso, tú y Yoongi.

— ¿Yo por qué?

— Calla, Yoongi. Porque yo decido. Ahora Jimin, debes ir y encerrarte veinte minutos junto con Yoongi allí. Vayan, ya.

Miré al nombrado y este asintió. Me tomó de la mano y nos pusimos de pie, todos sonrieron y caminé arriba buscando el armario con hyung. Abrimos y nos sentamos, solo habían un par de chaquetas. Abracé mis piernas y metí mi cara entre ellas. Me va a dar un paro cardíaco aquí solo con Yoongi y con poca luz. Escucho su respiración calmada y no me atrevo a mirarlo.

— Disculpa al mocoso, él es raro.

— N-no pasa nada, hyung. Es solo un juego y yo accedí.

— Jimin, hablemos —pasé saliva y ahora sí lo miré.

— ¿De qué?

— No te hagas, tu manga se subió —la tapé en un vano intento. Yoongi la jaló y subió la manga por completo de mi buso. Esperé un grito, regaños. Pero no esto, esa voz dulce.

— Jimin, ¿está tan jodida tu vida? No hagas esto, Mochi. No está bien.

— Usted no lo entiende. Nunca lo haría.

— Sino me lo explicas claro que no. Habla conmigo, Jiminnie.

— No me diga así ahora —mi voz se quebró—. Hyung, esto ayuda. M-me ayuda mucho, me calma. Me saca de la realidad.

— ¿Cómo es tu casa? Quiero la verdad —sorbí mi nariz y negué. Nadie puede saber cómo es adentro.

No me mire, hyung.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora