17.

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Me levanto tras oír el sonido del despertador que emite mi celular. Hace unos días al volver de clases lo compré con Yoongi hyung. Paso las manos por mis ojos y bostezo. Es fin de semana, no sé nada de mi madre y espero que este bien. Salgo de la cama, me doy una ducha. Hace frío y me pongo un gorro antes de salir de casa. Con celular en mano y audífonos me olvido de los ruidos a mis lados.

Camino a la estación y tomo el metro que necesito. Leo un libro en PDF en mi celular mientras llego a la estación deseada. Hago pucheros al ver cómo se llena y vacía el tren. Llego a la estación y salgo con mi corazón acelerado. Camino y camino hasta dar con el lugar exacto. Toco el timbre y me recargo en la puerta. Escucho un gruñido y sonrío.

— Hoseok o Namjoon, juro que los voy a matar. Qué acaso no ven la hora —abre la puerta entrecerrando los ojos al darle la claridad de la mañana. Lleva un buso manga larga negro junto con una sudadera gris. Su cabello no tiene orden alguno y me mira frunciendo el ceño—. Jiminnie, ¿qué haces aquí? ¿Y quién te dio mi dirección?

— Buenos días, hyung. Siento dañar su sueño pero, ¿me dejaría entrar? Tengo mucho frío.

— Claro, pasa —entro y el calor del lugar me abraza. Me relajo y miro a mi hyung de nuevo que ahora se pasa la mano por el cuello bostezando.

— Hoseok y Namjoon me la dieron. Además recuerdo el camino. Yo... sé que es fin de semana y lo estoy molestando pero en casa no tengo nada por hacer y he estado estudiando todos los días con ustedes. Hyung, si quiere me voy —una risa cálida sale de su boca y le miro apenado.

— No me molestas, nunca lo haces. Pero Jiminnie, suelo dormir mucho, es solo eso. ¿Has desayunado? —asiento, es mentira pero no tengo hambre y él quiere dormir, lo sé—. ¿Seguro?

— Que sí, hyung. ¿Por qué no sigue durmiendo?

— ¿Y tú qué harías? No, Mochi. Me tomo un café y quizá me ayude.

Pregunto por la cocina y él la señala con la cabeza mientras me sigue. El apartamento de Yoongi hyung es sencillo, apenas para él. No hay desorden, huele a él y me encanta. Preparo el café y lo sirvo en una de las tazas que encuentro a un lado del lavaplatos. El vapor sale de el y sé lo caliente que está. Lo paso a Yoongi que me observó todo el rato apoyado sobre la encimera con su cabeza descansando en su mano. Me sonríe al darle la taza y sopla, sus labios se ven bonitos. Bebe y me entra la preocupación.

— ¿Le gusta?

— Mucho, gracias.

Lo termina y yo lo lavo. Se me queda viendo y niega bostezando de nuevo. Me apoyo del otro lado de la encimera reposando mi mentón entre las manos y le miro. Él lleva un dedo a mi nariz y da un golpecito con cariño.

— Mochi, ¿has dormido con un peluche alguna vez?

— No... ¿por qué?

— ¿Quisieras ser mi peluche?

— ¡¿Eh?! N-no entiendo.

— Ven, dame tu mano.

La toma y me lleva hasta su habitación, la cama está revuelta y tiene muchas almohadas. Se sienta en la cama y me mira desde abajo. Paso saliva y evito mirarlo.

— ¿A qué se refería, hyung?

— Ah, Jiminnie. Sigo con sueño, no me dijiste que vendrías. Duerme conmigo.

— No puedo, hyung. No tengo sueño.

— Pero yo sí —me jaló y quedé sentado en sus piernas. Sentí mi cara empezar a hervir del sonrojo tan tremendo que esa acción me causó—. Vamos a dormir, Mochi.

Me hace levantar de sus piernas y se acuesta en la cama dándome la espalda. Imito su acción y junto mis manos, miro a los lados y también le doy la espalda. Estar aquí con él, en una cama... No es la primera vez pero igual me invaden los nervios. Yoongi suspira y se mueve, pasa su brazo por mi cintura atrayéndome a él. Deja su nariz en mi cabello y habla con voz ronca.

— Hueles tan bien, siempre.

— Usted también —digo y él acaricia mi mano.

— Jimin, gracias por venir.

— ¿Hyung? ¿Hyung ya se durmió?

Besa mi cuello y doy un respingo. Él ríe y después de unos minutos escucho su respiración tranquila y aunque lo llamo no responde. Me aventuro a tomar su mano que reposa en mi cintura y el sueño me gana. Despierto por los ruidos, un televisor, licuadora y algunos cubiertos contra ollas. Me incorporo en la cama y entonces noto que a mi lado ya no está mi hyung.

Miro la hora y ya es pasado el medio día, mi estómago ruge y salgo de la cama para ir a la cocina. Yoongi hyung vierte salsa en las verduras que sofrita en una sartén. En la licuadora reposa nuestro jugo y por un momento siento que es un sueño hasta que Yoongi se voltea, me mira y ladea su boca. Se acerca, besa mi frente y vuelve a lo suyo en la cocina.

Ese día me di cuenta de dos cosas. Yoongi hyung dijo que ahora soy peluche abrazable de su uso único y personal. Segundo que cocina muy rico, dijo que me enseñaría. Cocino para mi madre pero ella come lo mismo siempre.

No me mire, hyung.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora