9.

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Yoongi.

Día tras día veo cómo Jimin se va soltando con mis amigos. Ya no me la paso con ellos, la última vez Jimin se asustó y es lo que menos quiero. Me siento mesas más atrás y veo cómo le sacan las palabras a Jimin poco a poco junto a sonrisas, esas sonrisas que me contagian a mí y me hacen sentir feliz. Sabía que ese chico tenía una bonita sonrisa y me alegra ayudarlo, aunque no sea directamente yo. Pero aún así es bonito, Jimin es bonito.

— Hyung, ¿qué mira? —levanté la vista y mi sonrisa se borró.

— Hola, Jungkook.

— Hyung, ¿me puedo sentar?

— Da igual —tomó asiento en frente tapando mi vista de Jimin. Lo miré a regañadientes, aún no se ha disculpado.

— Hyung, yo quiero disculparme. Lo extraño... bueno, no de ese modo. Ya sabe, eh...

— Lo capto, no importa.

— Es que ese chico, no sé. Ahora que lo veo con los demás, creo que es normal.

— Jimin, se llama Jimin. Y siempre ha sido normal, Jungkook. Tú eres el que cree otra cosa, me decepcionas.

— Es que a usted parece que le gustara.

— ¿Y eso qué? Si me gusta no debe por qué importarte, solo no te comportes como un niño caprichoso. Me voy, debo hacer algo.

— Hyung, lo siento. No hago más que dañar las cosas, perdón.

— Olvídalo, Jungkook.

Me levanté y di un último vistazo a Jimin que al parecer reía de las tonterías de Taehyung. Ladeé mi boca en un amago de sonrisa y salí de cafetería. Jimin ya no es el mismo chico cabizbajo.

— Yoongi... Yoongi... ¡Yoongi!

— ¿Qué mierda quieres, Taehyung? —fruncí mi ceño.

— Vamos a ver una película con Jimin.

— ¿Qué? —di paso a la sorpresa en mi rostro—. No puedo ir, las cosas acabaron mal cuando traté de hablar con él.

— Ha estado hablando de ti, mejor dicho preguntando quién eres y eso.

— ¿De verdad? —me emocioné, aunque no lo demostré.

— Él sugirió que fueras, ¿vamos? Después de clases.

— Faltan quince minutos.

— Piénselo, hyung. Nos vemos afuera si se decide.

Película, con Jimin. Bueno, con todos. Pero él estará, mordí mi labio. Podría tratar de hablar de nuevo con él, ¿no?

— ¡Esperen! —grité jadeando, me había quedado dormido y ninguno de los idiotas me llamó. Solo desaparecieron.

— Apareció la bella durmiente. Creí que no tenías ganas de venir.

— Cállate, Namjoon. Pudiste despertarme.

— Despertarte y aguantar tu cara de culo y mal humor. Paso.

— No soy mal geniado —dije mirando a Jimin de reojo, este veía al suelo. No es capaz de verme a los ojos. Hasta se mantiene a una distancia prudente de mí.

— ¿Qué película vamos a ver?

— ¡Terror! —subí los hombros, me da igual. Hoseok miró a su novio y Jin se aferró de Namjoon. Jimin ni levantó la mirada.

— Tae, me dan miedo.

— Hobi, estaré contigo. No pasa nada, si algo te doy besitos.

— Aish, ya van a empezar ustedes dos —dije fastidiado sentándome en unas bancas fuera del cine mientras ellos hacían la fila.

Era imposible apartar la vista del rubio. Jimin miraba las películas en cartelera y formaba un puchero, no sé si intencional o qué pero se me hace muy tierno. Pareció sentir que alguien lo veía porque miró a todos lados para encontrarse con mi mirada y empezar a sonreír poco a poco para luego cubrir su cara con sus manos. Ah, me duele el corazón. Me va a matar.

— Te gusta, hyung —Taehyung aplaudió y bufé.

— Vamos a ver la película de una vez.

— ¡Vamos!

Entramos a la sala oscura con cuidado de no tropezar y no caer con las palomitas y gaseosa encima. Realmente no soy mucho de estos planes pero está Jimin así que puedo hacer una excepción. Además esa película ya me la vi, pero no dije nada. Cuando nos acomodamos en los puestos sonreí. Jimin estaba justo a mi lado y del otro lado Seokjin pero pudo ser peor, al menos no fue Taehyung. La pantalla quedó en negro y empecé a comer, los demás estaban a la expectativa de qué sucedería con la película cliché.

Mis palomitas se acabaron y me empezaba a dar sueño hasta que Seokjin gritó y se pegó a Namjoon. Me reí y miré a Jimin para hacer una broma al respecto pero este tenía el ceño fruncido y sus manos apretaban los reposabrazos. ¿Jimin tenía miedo?

— ¿Estás bien, Jimin? —negó.

— Deme la mano, hyung.

— ¿Para qué? No tengas mied-

— ¡Deme su mano! —susurró, la extendí dudoso y él la apretó—. Usted me hace sentir seguro.

Pasé saliva ante lo dicho. ¿Y entonces por qué esa vez me tuvo tanto miedo? Miré nuestras manos y a pesar del miedo de Jimin no quería que la película terminara. Disfruté las dos horas en ese lugar. No soltó mi mano en todo el rato y aveces se escondía entre mi cuello, eso me gustó mucho más. Él es una caja de sorpresas. Pero en cuanto las luces fueron encendidas y Jimin miró nuestras manos la alejó rápidamente.

— L-lo siento, hyung. No volverá a pasar.

— No estuvo mal, no te disculpes, Jimin.

— Sí lo estuvo, lo siento.

Se alejó de mí y se pegó a Taehyung que iba saliendo de la mano con Hoseok. Miré mi mano y de repente me sentí raro, la mano de Jimin es tibia y las mías siempre están frías. Por un momento tuve calidez. Gruñí extrañando ese roce.

No me mire, hyung.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora