C14

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Lily acabó de dar su ronda por los pasillos. Le extrañó no encontrarse a Lupin, el otro prefecto, en el camino de regreso a la torre de Gryffindor. Atravesó el retrato de la Señora Gorda después de decir la contraseña y entró en la sala común.

La sala común tan acogedora y tranquila como solía estar siempre con su fuego encendido parecía haber sido cambiada por otra totalmente distinta.

De las paredes, chimenea y techo colgaban miles de guirnaldas, calcetines, estrellas, bolas de Navidad... Las banderas de Gryffindor con el león y los colores escarlata y rojo decoraban cada parte de la torre. Un gigantesco árbol de Navidad se mantenía en pie en medio de toda la muchedumbre. Y en las mesas donde solían hacer los deberes, varias bandejas llenas de dulces y de comida aguardaban para la fiesta de después del baile.

¿Alguien había dicho tranquila sala común?

Los alumnos vestidos, a medio vestir, aún con la túnica de la escuela, en ropa muggle, etc. iban y venían de un lado a otro, de una habitación a otra, de los baños a las habitaciones y un murmullo incesante, por no decir gritos, que hacía inaudible cualquier conversación.

Lily miró de reojo el caos que se estaba desatando en la sala común y en vez de poner orden, se saltó sus normas de prefecta y corriendo a grandes zancadas subió a su habitación. ¿Que mas daba? Hoy era el baile de Navidad!

'¿Estais seguras de que es un buen hechizo? - Preguntó Kaienne que no se fiaba de las otras dos chicas. - '¿Lo habréis probado antes, no?

'Claro!' - Anthea apuntó a su cabeza con la varita. - 'Vamos allá!'

'Eh! Quieta!' - La detuvo Kaienne.

Anthea, Sam y Kaienne se estaban preparando para el baile. Kaienne ya estaba vestida y tan solo le faltaba peinarse y maquillarse. La chica quería un peinado bonito, algo que le cambiara el look por aquella noche y al decírselo a Anthea y a Sam estas habían tenido la magnífica idea de usar la magia. Pero Sam y Anthea juntas, podían llegar a ser peor que los merodeadores con sus bromas.

'Vamos Kaienne, no te hagas la remolona y déjanos!' - Sam le sonrió. - 'Tu pelo va a quedar magnífico y vas a cambiar tanto por esta noche que ni Thomas te reconocerá!'

'Bueno...'- Murmuró la chica aún no convencida del todo.

'Adelante Anthea!' - Gritó Sam.

Tres segundos más tarde se escuchó el gritó de Kaienne por todo Hogwarts.

'Chicas!' - Lily entró en el dormitorio. - '¿Qué ha sido ese grito?'

Sam sobre una de las camas se tronchaba de risa. Anthea con las manos tapándose la boca retrocedía lentamente con cara de "Ups..." y Kaienne...

'KAIENNE!' - La boca de Lily se deslizó varios centímetros.- '¿¡Pero que te han hecho!?

El pelo de Kaienne se había vuelto de color verde lima y se había rizado tantísimo que parecía una peluca a lo afro. Lily se acercó a la muchacha que lloraba desconsoladamente reprochándoles a sus dos compañeras aquel destrozo.

'Jamás vuelvo a dejar mi pelo en vuestras manos! Me lo habéis destrozado, arpías! Sois unas brujas!'

'Eso ya lo sabíamos.' - Respondió Sam mientras seguía riéndose. - 'Míralo por el lado bueno, Kaienne. Estas irreconocible!'

'Os odio!'

'A ver calma y tranquilidad!' - Lily le secó las lágrimas a Kaienne y la sentó en el taburete de su tocador. - 'Sam deja de reírte de una vez!'

'Como no consiga arreglar esto vais con el pelo como yo!' - Gritó enfurecida la chica de pelo verde.

Anthea se acercó con cara de culpable a Kaienne y le pidió perdón. Sam por su parte dejó de reírse y Lily sacó su varita.

Un quizás de James y Lily PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora