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Lily lo sabía, intuía que de un momento a otro algo iba a ocurrir en aquella abarrotada aula de Pociones. Que nadie, si esta vez por ahí les había dado a esos cuatro gamberros, ni Slyhterins ni Gryffindors se iban a salvar de la broma de los Merodeadores. Lo sabía porque cuando cruzaba la mirada con Peter este la abajaba inmediatamente, lo sabía porque Remus tomaba apuntes y a la vez sus labios estaban curvados en una sonrisa, lo sabía porque James y Sirius pasaban completamente de la clase y aunque eso era algo habitual, que la miraran a ella y le sonrieran al tiempo que le alzaban el dedo pulgar para indicarle que todo iba fabulosamente bien no era algo que solieran hacer.

'Sé están riendo en mi cara porque no he podido pararles.' - Lily frunció el ceño y estuvo a punto de devolverles otro gesto con la mano pero con el dedo corazón levantado.

'Lily, déjalo estar.' - Le dijo Sam con cariño. - 'Ya sabes que tienen seis años de experiencia en estas cosas y que tienen medios para escaquearse que solo ellos cuatro conocen.'

'En fin, hoy he perdido.' - Se resignó Lily enfadada. - 'Pero como yo reciba parte de esa broma...' - Dejó esa amenaza en el aire.

'Lo que yo sé seguro es que como alguna de las dos recibamos, Sirius se va a quedar a dos velas durante el próximo mes, a James le voy a sabotear los entrenos y a Remus le voy a robar todo el chocolate de su habitación.' - Dijo Sam despreocupadamente. - 'Y bueno, Peter se va a quedar sin apuntes durante lo que queda de curso.'

Lily rió bajito y Sam le quiñó un ojo.

El Profesor Slughorn había decidido dar una clase teórica de Pociones aquel primer día para empezar con calma y darle tiempo a los alumnos a habituarse de nuevo a las clases. Slytherins y Gryffindors compartían aquella clase y a pesar de que las dos casas se llevan fatal, tan solo las malas miradas habían sido protagonistas durante la clase.

'Eh, vamos.' - Murmuró Sirius con una sonrisa. - 'Estoy harto de escuchar a Slughy.'

'Solo llevamos veinte minutos de clase.' - Susurró Remus. - 'No seas impaciente.'

'¿Tu que dices, Colagusano?' - Sirius buscó apoyo en Peter.

'Pues...que Lily nos está mirando con muy mala cara.'

Sirius miró a la pelirroja y le levantó el puño cerrado con el dedo pulgar en alto, después le vocalizó a Sam un "Te quiero" y para terminar le dio una palmada a James en la espalda.

'Cornamenta...' - Le instó sabiendo que cuando James dijera todo empezaría.

'Bueno...' - James se revolvió el cabello y sonrió arrogante. - 'Demosle la bienvenida a las víboras.' - Miró a Remus. - 'Lunático, te toca.'

Remus suspiró y acabó de copiar lo que Slughorn había explicado, después sacó la varita del bolsillo de su túnica y escondiéndola bajo el pupitre apuntó hacia el techo del aula. Se concentró y mentalmente imaginó lo que quería que sucediera, después, sin mediar palabra deshizo el hechizo desilusionador. En el techo del aula, bolsitas de plástico llenas de una viscosidad marrón oscuro, excrementos de Clabbert, flotaban exactamente sobre la cabeza de cada uno de los Slytherins que había en el aula. Los muchachos se habían encargado de colocarlas estratégicamente la noche anterior. Después le tocó el turno a Sirius que mantuvo todas las bolsitas levitando cuando Peter cortó mediante magia aquellos pequeños hilos que las sostenían en el techo. Fue James quien deshizo el hechizo que habían usado para disimular el olor a excremento de Clabbert, provocando que poco a poco un nauseabundo olor impregnara toda el aula.

'Huele fatal...' - Murmuró una Slyhterin.

'Merlín...' - Anthea se tapó la nariz con la manga. - 'Entre la resaca y esto voy a acabar vomitando.'

Un quizás de James y Lily PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora