Lily, sentada en la Sala Común, miró el reloj que había sobre la chimenea: Las once en punto. Volvió a la lectura pero concentró su atención en una niña de doce años que charlaba con sus amigas al lado. Escuchó pasos en la escalera y rápidamente miró de reojo hacia allí. Anthea, como ya esperaba, hizo presencia en la Sala Común. La rubia se sentó en el alfeizar de la ventana y observó por el reflejo del cristal a Hannah Lawrence. Sincronizados a la perfección, los Merodeadores bajaron de sus dormitorios riendo a grandes carcajadas. Todo el mundo, excepto la pelirroja y la rubia, fijaron su atención en ellos, pues Sirius estaba relatando una jugarreta que le había hecho a alguien de Slyhterin.
Era el momento. Anthea sacó la varita y murmuró:
'Nox'
Las luces de la Sala Común se apagaron y hubo un momento de sorpresa y confusión. Rápidamente Remus sacó su varita y murmuró "Lumos" y Sirius aprovechó el momento para asustar a Peter y hacerle ser el hazmerreír de toda la Sala. Anthea no dudó. Se acercó en la penumbra al lugar dónde segundos antes había visto que estaba Hannah Lawrence y puso la varita sobre su cabeza.
'Imperius.' - Musitó a su oído. - 'Tienes hambre. Baja a las cocinas.'
Afortunadamente, los Merodeadores que estaban en uno de sus momentos de gloria riendo y bromeando con la luz apagada, hicieron que nadie escuchara el conjuro y que no se le diera importancia al flash de luz que acababa de haber. Anthea, aún apuntando a Hannah Lawrence con la varita, pasó por la butaca donde Lily estaba y le dio una patada al sillón. La prefecta tosió y Anthea supo que el operativo estaba en marcha. Se dirigió al hueco del retrato de la Señora Gorda y salió por el justo cuando Lily se encargaba de devolver la luz a la Sala Común de Gryffindor.
'¿Hannah?' - Preguntó una amiga de la embrujada.- '¿No has visto a Sirius dándole una colleja a Peter? ¡Te has quedado embobada!'
'No. T-tengo hambre...' - Respondió la chica morena algo confundida. - 'Voy a bajar a las cocinas...'
'Lawrence...' - Lily apareció entre las niñas con expresión severa. - '... ¿no pretenderás saltarte el toque de queda?' - Alzó una ceja.
'Es que...Tengo hambre...'
'Te acompañaré para que no vayas sola, no sea que Filch te encuentre.' - Lily pasó una mano por sus hombros. - '¿Pero que no se vuelva a repetir, eh?' - Le dijo sonriendo.
Lily salió por el hueco del retrato, no sin antes dirigirle una mirada a Remus. Él también la estaba mirando, dándose cuenta de que abandonaba la torre de Gryffindor con Hannah Lawrence.
El retrato de la Señora Gorda se cerró a sus espaldas. La prefecta se pegó lo más que pudo a la niña y junto con ella caminó hasta empezar a descender por las escaleras. No quiso buscar a Anthea, pues sabía que los ojos de la rubia no eran los únicos que estaban clavados en su larga cabellera roja.
El castillo estaba sumido en el silencio, pero podía escuchar aún las lejanas risas que salían de su torre provocadas, seguro, por los Merodeadores. Descendió hasta el quinto piso y siguió bajando las escaleras hacia el cuarto y así sucesivamente. En un par de ocasiones le pareció escuchar murmullos que subían de debajo de las escaleras, de entre las sombras de las mazmorras, a las que ella se dirigía con la pequeña Gryffindor. Sonrió y meneó la cabeza para librarse del miedo que le producía la idea de volver a ser rodeada y atacada por diez o más Sangre Pura.
'Valiente hasta el final.' - Se dijo por dentro.
Sabía que en el momento en que pisara las mazmorras, un primer grupo de Sangre Puras las asaltaría, y ella, Lily Evans era la encargada de aguantar sola hasta que el otro grupo de Sangre Puras saliera de su escondite.
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Un quizás de James y Lily Potter
أدب الهواةLily y James con sus peleas, Sirius alargando la lista de ligues, Remus tampoco se queda atrás y una amenaza que cae en Hogwarts sobre los sangre impura y los traidores a la sangre... ¡Un año en Hogwarts lleno de amistad, amor, magia y quidditch! ✨✨...