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Anthea se pasó aquel sábado metida en la Sala de los Menesteres junto a Axel. Los Merodeadores, Lily y Sam pasaron la tarde en el jardín, sentados bajo el gran haya al lado del lago, disfrutando del sol y el calorcillo de aquel día. Todos sabían que una vez Anthea volviera de la reunión, habría trabajo, problemas y se acabaría la calma y la paz. Por ello aprovecharon el día hasta que el sol se escondió tras Hogwarts.

En el Balcón de la Primavera Lily y James pasaban el rato antes del toque de queda, que al ser fin de semana se alargaba hasta las once y media. Los dos jóvenes estaban apoyados en la barandilla del balcón. Lily situada entre James y la barandilla, era abrazada por detrás por el chico. El olor de su colonia se mezclaba con el aroma de las flores que estaban a sus pies. Tenía él su barbilla apoyada sobre la cabeza de Lily.

'Lily...'

'Dime.'

'Te quiero.'

Lily, enternecida, se giró para mirarlo a la cara con una sonrisa radiante. James la besó suavemente y ella pasó los brazos por encima de sus hombros. Llevaban algo más de un mes saliendo juntos. Las peleas y los insultos de los cursos anteriores les parecían muy lejanos, aunque de vez en cuando volvían para recordarles que seguían siendo ellos dos: James Potter, el egocéntrico fanfarrón y Lily Evans la perfecta prefecta.

'Eres un cielo cuando quieres.'

'Venga ya, yo soy siempre un cielo.'

Lily estalló en carcajadas y James sonrió divertido.

'¿Así que aun crees que soy un fantasma y un egocéntrico? - James plantó sus manos en los costados de Lily.

'¿Tengo que contestarte a eso?' - Preguntó Lily riendo.

James levantó las cejas y se dispuso a hacerle cosquillas a la pelirroja. Y Lily se partía de risa y se removía inquieta, incapaz de poder aguantarlas. Finalmente tras un forcejeo lleno de risas, James acabó entre la barandilla y Lily, acorralado. Se clavaron los ojos.

James cogió a Lily por la cintura y la estrechó contra él. Se abrazaron mientras reían y finalmente se besaron. Allí, bajo la luna y las estrellas de aquel lugar se deshicieron de las túnicas y los jerséis. Las caricias recorrieron el cuerpo de cada uno sobre la ropa, bajo las camisas abiertas, mientras sus lenguas forcejeaban, se entrelazaban y jugueteaban. Ni se dieron cuenta de que la hora del toque de queda pasaba. Fue un momento que Lily abrió los ojos y accidentalmente vio la hora en el reloj de su muñeca cuando se separó bruscamente de él, cosa que fastidió enormemente a James.

'Oh Merlín!' - Lily quitó las manos de James de su cintura. - 'Ya pasa de la hora!'

'¿Y qué?' - James se bufó el flequillo negro que caía sobre su frente.

'Pues que a las doce Anthea tiene la reunión!' - Lily se abrochaba rápidamente la camisa.- 'Que son menos cuarto y deberíamos haber estado en la Sala Común hace quince minutos!'

'Bah...'

Lily recogió su jersey del suelo y cogió también el de James que estaba al lado. Al ver que el moreno seguía apoyado en la barandilla con la camisa abierta y sin tener la menor intención de moverse se lo lanzó a la cara.

'Quieres mover el culo!' - Espetó Lily.

James, haciendo gala de su reflejos para atrapar la sntich lo agarró antes de le diera en la cara

'Eh, no le metas prisas a este bombón!'

'Eres un idiota!' - Lily se mordió el labio, enfadada, recogió la túnica de James y la sacó por el balcón. - '¿Te vas a mover o no?'

Un quizás de James y Lily PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora