C25

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Había amanecido en Hogwarts. Del Bosque Prohibido salió un chico moreno, de piel pálida y con la ropa raída acompañado de un espectacular ciervo, un gran sabueso y una pequeña rata.

Uno de ellos, el ciervo, fue envuelto en una luz dorada y adoptó la forma de James Potter. El capitán de Gryffindor se tocó entre la espalda y el culo, sobre los pantalones, e hizo una mueca de dolor. Dirigió una mirada de fastidio al perro negro que había a su lado y después empezó a gritarle:

'Trazo las rutas para algo, Canuto! No preparo el camino antes de cada luna llena para que luego tú me lo vengas cambiando por que ves una luz y tu curiosidad de perro te pueda!' - Sirius movía la cola alegremente. - '¿Qué es eso? Sigamos al luz!' - Lo imitó James. - 'Una puta luz, que era un puto hinkypunk y que por tu puta culpa y por querer seguirla casi nos despeñamos por el precipicio!'

La rata se convirtió en Peter:

'Pero si tu ibas el primero siguiendo la luz, Cornamenta.'

James miró al pequeño con cara de asesino.

'Se pone así Peter por que le he salvado la vida.' - Dijo Sirius, que también había vuelto a su estado humano. - 'Pero como lo he tenido que sujetar por su colita de ciervo para que no cayera y le he hecho daño, se pone así.'

' Ha sido un mordisco a traición!' - Gritó James.

'O eso o te caías por el precipicio.' - Sirius se encogió de hombros.

Peter se fijó en que su amigo Remus Lupin se tambaleaba de un lado a otro. El licántropo estaba lleno de pequeñas heridas que el mismo se había hecho durante la transformación. El prefecto cerró los ojos y hubiera caído al suelo, si no hubiera sido por que él lo cogió justo a tiempo.

'Canuto, Cornamenta!' - Llamó a sus amigos mientras el peso del cuerpo de Lupin recaía sobre su espalda. - 'Chicos...'

'Cálla Peter, los mayores estamos discutiendo.' - Espetó Sirius sin ni siquiera mirarlo.

'Chicos...' - A Peter le flaquearon las rodillas y cayó al suelo, con Remus en su espalda, pues se había dormido.

Los dos morenos, alertados por el golpe dejaron su discusión y vieron a Peter en el suelo, con Remus dormido sobre él, chafándolo contra el suelo.

Sirius y James intercambiaron una sonrisa apenada, levantaron a Remus, lo cogieron pasando sus brazos sobre sus hombros y se dirigieron hacia el castillo. El pobre chico ya podía descansar tranquilo hasta la siguiente luna llena.

Los tres animagos, después de que Remus se transformara en Hombre Lobo, habían salido de la Casa de los Gritos y habían estado merodeando por el Bosque Prohibido. No lo conocían tan bien como Hogwarts y sabían que podía ser peligroso, pero aún así, cada luna llena vagaban por el. Además era el único lugar por el que Remus podía pasear tranquilo sin tener que temer morder a una persona, pues nadie en su sano juicio se adentraba ahí. Y así, el estrés que sufría el licantropo al estar encerrado en la casa desaparecía.

Conocían bien varios caminos que habían ido trazando desde el año pasado y no acostumbraban a salirse de ellos. Pero aquella noche no habían hecho mucho caso de la ruta trazada.

Canuto divisó cuando faltaba poco tiempo para el amanecer, una luz entre la negrura del bosque y curioso como él era, y más aún siendo un perro, se había lanzado en carrera hacia la luz. Cornamenta se había unido a su curiosidad e iban el ciervo y el perro tan ensimismados con la luz, que no cayeron en la cuenta de que era un hinkypunk que los estaba atrayendo hacia un acantilado. Cornamenta que iba el primero, notó sus pezuñas resbalar y se encontró con el vacío ante sus patas delanteras. Canuto, que se dio cuenta de lo que ocurría, agarró al ciervo por la pequeña y peluda cola y tiró de él hacia atrás. A causa de aquel mordisco, James no dejaba de recriminarle a Sirius lo ocurrido.

Un quizás de James y Lily PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora