C58

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'Lily, por favor, di algo...' - Suplicó Sam. - 'Me está matando que estés tan callada.'

Hacía tan solo tres minutos que Sam y Lily habían dejado el claro atrás. Lily tan solo había abierto la boca para indicarle a Sam la dirección y el silencio de la pelirroja estaba poniendo cada vez más nerviosa a Sam. Notaba la frente de Lily apoyada en su espalda y sus brazos la tenían abrazada desde atrás para no caer porque iban a toda velocidad, pero Sam sabía que la mente de Lily aún estaba en el claro.

'Lily...' - Repitió intentando sonar tranquila al no contestarle ella. - 'No estés así.'

'Tu no has matado a nadie.' - Replicó ella.

'¡Y tú tampoco!' - Espetó Sam mordazmente y al momento se arrepintió. Quitó una mano del mango de su escoba y la puso sobre las manos de Lily, que estaban en su abdomen. - 'Perdóname...Estoy de los nervios.'

Lily asintió contra su espalda y Sam suspiró y se dio por vencida. Volvió a poner la mano en el mango de la escoba y se inclinó un poco más para ir más rápido. Empezaba a impacientarse porque el pasillo parecía no acabar, cuando vio aparecer al fondo una descomunal y fabulosa puerta de madera.

'Creo que hemos llegado.' - Anunció Sam aminorando la velocidad para aterrizar. - '¿Tengo que saber algo especial sobre el Manantial?'

Lily levantó la cabeza y aquello provocó que Sam se alegrara al verla reaccionar.

'No es fácil llegar al Manantial.' - Comenzó a explicar y Sam sonrió. - 'Primero hay un jardín lleno de plantas que nos dificultarán el paso. ¿Llevas la varita?'

'Sí...' - Asintió Sam, pero se mordió el labio al recordar que había sido incapaz de hacer magia en el claro. - 'Pero, verás...' - Dudó un instante. No quería hacer referencia al bosque por miedo a que Lily volviera a quedarse callada. - 'Da igual.'

'Bueno, después de atravesar el jardín hay una puerta cuyo pomo es un león. No trates de abrirlo con la mano porque el león te morderá. Usa Alohomora.'

Sam volvió a morderse el labio y comenzó a aterrizar. Decidió callarse sobre lo de la magia, quizás solo había sido cosa de los nervios y el mal momento. Puso los pies en el suelo y volvió a prestar atención a Lily.

'Por último, hay que atravesar una cortina de fuego.'

'¿¡QUÉ!?' - Chilló girándose completamente hacia Lily. - 'Oh, lo siento Lily...' - Murmuró al instante otra vez arrepentida. - 'Me va a dar algo a este paso...'

'Es solo una ilusión.' - Le explicó Lily sonriendo débilmente. - 'No te pasará nada.'

Sam movió la cabeza afirmativamente y ayudó a Lily a desmontar de la escoba. En cuanto Lily puso los pies en el suelo, se tambaleó y Sam corrió a aguantarla. Pasó el brazo de Lily por encima de sus hombros y ella le puso el suyo en la cintura para ayudarla a caminar.

'¿Estás bien?' - Le preguntó preocupada mirándola a los ojos. Al momento vio que en los ojos de Lily asomaban las lágrimas y Sam le dio un beso en la mejilla.- 'Lily, te prometo que tú no has matado a nadie.' - Sabía que aquel pensamiento estaba destrozando a su amiga.

Lily cerró los ojos y se secó con la maltrecha manga las lágrimas.

'Vamos a por el agua.' - Le anunció a Sam con voz que hubiera sido firme si ella hubiera estado mejor. - 'No perdamos el tiempo.'

Juntas abrieron la gigantesca puerta. Lily oyó a Sam dar un respingo al ver el frondoso y espeso jardín que tenían delante.

'No bajes la guardia y prepárate.' - Le susurró. - 'El fuego suele ahuyentarlas.'

Un quizás de James y Lily PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora