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Sam y Anthea se levantaron de muy buen humor aquella mañana. Ambas descansadas, Anthea de la juerga y Sam de la sesión de Legeremancia, estuvieron hablando sobre Quidditch desde primera hora.

'Seguro que James ha pensado jugadas nuevas.' - Sam se estaba vistiendo y como siempre, era la última de las cuatro. - '¡Estoy deseando que llegue la tarde!'

'Pues sabes que, ¿Sam?' - Anthea peinaba su larga cabellera rubia frente al espejo y miraba a su compañera de equipo a través de este. - 'A mí, en realidad, me dan pena los de Huffelpuf. Siempre pierden de paliza.'

'Pues que entrenen más.' - Respondió Sam secamente. - 'O que se busquen mejores jugadores, así de simple.'

Anthea rió y dejó el peine en su tocador. Se miró al espejo para comprobar que estaba perfecta y sonrió orgullosa al comprobar que así era.

'¡Kaienne vamos!' - Gritó impaciente a la vez que cogía la mochila con todos sus libros. - '¡Estoy muerta de hambre!'

'¡Voy!' - Respondió la chica desde el lavabo.- 'Lily, échame una mano con el pelo por favor.'

Lily salió del baño un momento para coger su varita y entró de nuevo para ayudar a Kaienne. Anthea y Sam se miraron con complicidad y ambas se asomaron al baño. Kaienne estaba sentada en un taburete de madera y Lily se estaba pensando que hacerle a la chica en el pelo.

'¿No quieres que te ayudemos nostras, Kaienne?' - Preguntó con voz burlona Sam

'Cuando quiera ser calva ya os pediré ayuda.'

Las dos chicas estallaron en carcajadas. Mientras tanto, Lily, apuntó con la varita el pelo de Kaienne y sacudió su varita en un golpe ligero y preciso. Kaienne acabó con un bonito recogido y Anthea, muerta de envidia le dijo:

'Mañana me toca a mí.'

'Mañana te peino a ti.' - Concedió Lily con una sonrisa.

Kaienne le sacó la lengua a Anthea al pasar por su lado para ir a recoger la mochila y Anthea la siguió con amenazas de volver a ponerle el pelo de color verde lima.

'Eh, no quiero peleas.' - Advirtió Lily en tono severo saliendo también del baño. - '¡Y tú, Sam! ¿¡Que haces aún así!?'

Sam sonrió inocentemente y se apresuró en abrocharse la camisa.

'Es que Anthea me ha entretenido hablando.' - Se defendió la morena a la vez que cogía su varita de la mesita de noche. - '¡Accio jersey del uniforme! ¡Accio corbata! ¡Accio túnica de Hogwarts! ¡Accio zapatos!'

Lily se agachó para evitar que toda la vestimenta de Sam la atropellara.

'Sí, encima tendré yo la culpa de que seas una lenta por naturaleza.' - Espetó Anthea abriendo la puerta. - '¿Vamos Kaienne?'

'Vamos pesada.' - Kaienne se colgó la mochila al hombro. - '¡Nos vemos ahora!'

Mientras Sam se vestía a toda velocidad, Lily cogió su mochila, que ya estaba llena con los libros de aquella mañana. En un momento Sam se hallaba delante del espejo y con la varita se daba un toque en el cabello, el que se le recogió en una alta coleta. Usó otra vez el hechizo convocador para atraer su mochila y cada uno de los libros de la mañana, que resultaron estar esparcidos por toda la habitación.

'Lista.' - Dijo al finalizar con una sonrisa. - '¿Vamos a desayunar, prefecta de Gryffidnor?'

Cerraron la puerta de la habitación y empezaron a descender por las escaleras.

'¿Cómo lo hacías en tu casa cuando no podías usar la magia?' - Le preguntó Lily.

'Tenía una elfina doméstica.' - Explicó Sam encogiéndose de hombros.

Un quizás de James y Lily PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora