4- Cosas por hacer

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-¿Cómo me encontraste?
-Rastree tu número.
-Eso es ilegal.
-Y también que bebas alcohol con 17 años.
-¿Tu que sabes?
-Como sea niña, vine a hablar contigo.
-Habla rápido, me estorbas.
-Cuanta delicadeza- se sacó sus lentes oscuros - Mira, lo que contó ayer tu mamá, es todo cierto, solo que me subestimo.
-¿Eso es todo? Me tengo que ir - me puse de pie y tome mi bolso.
-No seas grosera, te estoy hablando.
-Tuviste 17 años para hacerlo- empecé a caminar hacia afuera de la cafetería, está situación se me hacía difícil.
-Huye, huye como lo hizo tu madre- me pare en seco, ya estaba por cruzar por la otra calle, automáticamente me di vuelta para darle un golpe, pero fue más rápido que yo y me tomo la mano.
-Suéltame.
-No.
-Muérete.
-Soy muy hermoso como para darte el gusto- me soltó despacio.
-Infeliz- me di media vuelta furiosa para largarme antes de querer quemarlo vivo.
-Megan, si no vienes conmigo justo ahora...
-Ahórrate las palabras, el papel de padre no te queda.
-Tu mamá está preocupada.
-Adiós Tony - apague mi celular y me fui, no quiero que un desconocido sepa mi ubicación.

Subí las escaleras y toque el timbre varias veces, suena algo psicópata pero no quería que Tony o mamá me encuentren, no hoy, no estoy de humor.
-¿Quien es?- escuché por el portero.
-Jesucristo.
-Que voz de niña que tienes Jesús- rio- Pasa, está abierto.
Tomé el picaporte y me adentre a la gran casa de mi mejor amigo Tom, al decir verdad, amaba su casa, era amplia, de paredes blancas y bien iluminada, muebles modernos, y piso blanco, se veía muy elegante pero simple, me encantaba.
-En la cocina- grito.
-Hola- llegue hasta el y bese su mejilla.
-Tu mamá vino más temprano.
-Me lo supuse- me senté en una silla ya que él estaba preparando algo en una olla.
-Tu, tienes que contarme algo-me miro con picardía.
-¿Que?- ¿De que estaba hablando?
-Tu y Mike- levantó las cejas.
-No puede ser, ¿Cómo lo sabes?
-Querida, somos amigos de toda la vida, es obvio que me iba a contar, siempre le has gustado, solo que..
-Alto ahí- lo mire con el ceño fruncido- ¿Acaso siempre le he gustado y tú nunca me contaste?
-Si- musitó.
-¿Sabes que eres el peor mejor amigo del mundo? ¡Sabías que siempre me gustó!- le tiré una servilleta por la cabeza.
-¡Por que siempre recurres a la violencia!- me devolvió la servilleta- Yo no iba a abrir la boca, no quería meter la pata.
-De acuerdo- rodee los ojos.
Le conté todo, bueno, no era mucho lo que le tenía que contar, pero era algo importante, como dije, nunca le oculto nada a mis amigos, así que Tom siempre estaba al tanto de todo.
-¿Te quedarás a dormir?- metió un bocado de comida a la boca- Sabes que aquí tengo una habitación de huésped, y puedes usarla la veces que quieras, pero trata de no roncar.
-No ronco.
-Algún día grabaré cuando roncas y no pensarás más eso.
-No sé si ronco, pero si se que babeo, y mucho.
-No inundes mi casa por favor- bebió su soda.
-Exagerado- me limpie la boca con una servilleta, y con esto doy finalizada la exquisita cena que hizo mi amigo- Lavaré los trastos y me iré a dormir.
-No querida, tuviste mucha acción en las últimas 24 horas- se levantó de su silla- Ve y descansa, y si no puedes, en el baño tengo unos relajantes que te ayudarán a dormir- beso mi cabeza- Te amo enana.
-Yo más gigante- musite. Me puse de pie, fui hasta la habitación que mi amigo me indico, me puse mi pijama, cepille mis dientes y cabello, para acostarme y relajarme un poco. Estaba plácidamente recostada, a punto de quedarme dormida hasta que Tom entro a la habitación sin previo aviso.
-¿Por que entras así? Que tal si estaba desnuda.
-Tienes lo mismo que todas las mujeres, no me sorprendería- se paró al lado de la cama- Mike quiere hablar contigo- me extendió el teléfono.
-Gracias- tomé el teléfono y me lo llevé al oído- ¿Hola?
-Hola, ¿Estás bien? Quiero decir, te escapaste, literalmente de mi departamento, y tú teléfono da como apagado.
-Si, estoy bien- respondí- Lo dejaré apagado, Stark me rastrea a través de el.
-¿Te encontró?
-Si, en una cafetería, pero no pasó nada importante, solo discutimos.
-Esta bien- resopló- ¿Quieres que mañana pase por ti?
-Si, claro.
-Esta bien, descansa, te quiero.
-Adiós, te quiero más- colgue la llamada.
-"Te quiero más, hay no, yo te quiero más, por supuesto que no, yo te quiero mas"
-¿De verdad me molestaras con eso?
-Es muy chistoso, creo que sí, te fastidiare con esto, toda tu vida.
-Ya, vete- le devolví el teléfono- Quiero dormir.
-¿Soñaras con Mike?
-¡Tom!
-¿Pondrás su foto como fondo de pantalla?- tome unas de mis zapatillas y se la arroje, y ¿Adivinen que? Le di justo en medio de la frente- Vuelvo a preguntarte lo mismo-dijo tomando su frente- ¡Por que siempre recurres a la violencia!
-Deja de fastidiarme- me recosté en la cama
-Dios, eres una loca.
-¿Cómo me dijiste?
-Adiós, buenas noches- se fue lo más rápido que pudo. Al fin algo de paz.

-¡Mierda!- me levanté de la cama exaltada, mire la hora en el reloj de la pared y eran las 11 de la mañana, no puede ser que haya dormido tanto y Tom no me haya despertado. Hoy es Lunes y se supone que entró a trabajar a la 7 de la mañana ¡Mierda, mierda, mierda! Sin pensar las consecuencias, tome mi teléfono y lo encendí, ignore mensajes y llamadas pérdidas que habían y marque a Aldrich, tenía que explicarle, pedir perdón y todo lo que sea para no perder el empleo.
-Mas te vale que tengas una buena excusa para no haber venido a trabajar.
-Aldrich, he tenido unos problemas en casa, y para ser sincera ahora no estoy en ella, hace unos días que no estoy ahí, se me pasó en alto, lo siento, en serio lo siento- suspire pesadamente- Y entenderé si no quieres que vaya más- se hizo un gran silencio.
-Te espero mañana.
-Gracias, muchas gracias- me tranquilice un poco- Adiós.
-Adiós Meg, y espero que todo esté bien - corto la llamada, ahora apague mi teléfono y fui hasta el baño para lavarme la cara, y vaya que si que estaba fea, tenia grandes ojeras y al costado de mi boca, algo que alguna vez fue baba, se los dije, me babeo por las noches. No mal interpreten.
Me puse ropa deportiva cómoda, y fui hasta la cocina, estaba todo en silencio, y vi una nota en el refrigerador. "Meg, me fui a trabajar, no se a qué hora salgo. Te dejé dinero y las llaves. Suerte. Te ama, tu mejor amigo ardiente Tom" reí ante la nota, para luego hacerme un delicioso desayuno.

Fui hasta la sala y puse algo de música, gracias a Dios que Tom y yo teníamos los mismos gustos musicales. Iba bailando por toda la casa mientras que "It's my Life" sonaba a todo volumen, decidí tomar una ducha, total no había nadie en casa, y si Tom llegara, no me diría nada.
Cubrí mi cuerpo con una toalla y me dirigí a la habitación donde tenía ropa limpia, creo que tendría que poner a lavar la otra ahora que lo pienso.
-¡Hola!
-¡Mierda!- me ajuste la toalla, casi se me cae del susto- ¿Cómo entraste Mike?
-Tengo una copia de la llave- se sentó en la cama.
-Mike.
-¿Que?
-Me tengo que vestir- le señale la puerta- Vete.
-Oh, perdona​- se levantó y se fue dejando la puerta cerrada.
Me vestí rápidamente para luego ordenar mi cabello e ir con Mike.

-No, claro que no, ni loca- me negaba rotundamente
-Vamos Meg, no puedes huir todo el tiempo
-Si puedo, no me subestimes
-No te subestimo, se de lo que eres capaz
-Mi mamá te obligó, ¿Verdad?
-No me obligó a nada, solo hablamos
-¿Ahora tu y ella son amigos?
-Megan deja de ser tan inmadura y presta atención- frunció su ceño, creo que se enojo- Tu mamá está mal, no le gusta para nada está situación al igual que a ti, está es la oportunidad de demostrar de que no eres una niña, es el momento de demostrar que eres madura, de que puedes sobrellevar está situación, créeme Megan, hay personas que pasan peores cosas y lo saben manejar mejor que tú
-Lo siento, pero no todos tenemos la vida perfecta como tú, lo siento por comportarme como una niña, ¡Será por que soy una!
-¿Vida perfecta? Deja de hablar estupideces.
-Tu deja de meterte en donde no te llaman.
-Me meto por que me importas más de lo que debería- abrí la boca para responderle, pero la puerta de la casa se escuchó abrir
-¡Llegué!- grito Tom, seguido de sus pasos, lo logré ver con su traje al llegar a la cocina- Hola- saludo simpático. Su mirada paso por mi y por Mike, y se dio cuenta que algo andaba mal- ¿Que ocurre aqui?
-Nada- solté seria- Tom, me voy, gracias por todo- bese su mejilla y fui a buscar mi bolso.
-Espera, Megan- sentí detrás de mi a Mike- Oye- me tomo del brazo- No quiero que estés enojada, no conmigo, solo trato de ayudarte, de que todo esté bien.
-Esta bien- relaje los hombros- Igual me iré a casa, necesito hablar con calma con mamá
-Yo te llevo.
-De acuerdo, Adiós gracias por todo- grite antes de irme.
-No lo digas, suerte- respondio.

Megan 1.0Donde viven las historias. Descúbrelo ahora