6- Genes

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El taxi se adentró en una larga entrada, rodeo una fuente para acercarme hasta la entrada de la casa. El clima estaba bien en Malibú, había mucho sol, pero corría una brisa fría. Le pagué al taxista y me baje con algo de nervios. La casa se veía gigante, bueno, no llamaría a esto casa, es como una mansión, una super mansión.
Camine algo dudosa hasta la gran puerta de vidrio, toque el timbre y ya me estaba arrepintiendo. Espere unos segundos y vi a una mujer que se acercaba a la puerta, si no me equivoco esta mujer es Virginia Pots, más conocida como Pepper, es la secretaria de Tony, trabaja con el hace años, o mejor dicho, hace años que lo soporta. Google puede ser muy eficiente para averiguar cosas de personas.
-Hola- soltó apenas abrió la gran puerta- Megan, ¿Verdad?- asentí- Pasa, le diré a Tony que estás aquí.
-Gracias- me adentre en la gran casa, bueno, me corrigo de nuevo, la mansión. Empecé a mirar cada detalle, y a decir verdad esto era hermoso, había una gran escalera que seguro llevaba al segundo piso, y al costado de ella había una cascada de agua echa de vidrio, un gran piano antiguo de cola, unos sofás y otros muebles más que al decir verdad eran muy modernos.
-¿Que haces aquí?- Tony estaba entrando a la sala, no sé de dónde salió.
-Tony, háblale bien- soltó Pepper mientras que venía detrás de él.
-Solo vine a hablar contigo.
-Esta bien, te escucho- su tono arrogante fue acompañado por una cruzada de brazos.
-Mamá me contó todo- resople- Se que quisiste hablar conmigo y yo fui algo precipitada, estaba enojada y confundida, así que vine para hablar, bueno, en realidad para que hablemos, ya escuché una parte de la historia- se quedó callado mientras que me me miraba algo pensativo.
-Pep, ¿Nos dejas solos?- la mujer de cabello rojizo me sonrió para irse- Ven, siéntate- fue hasta los grandes sofás para sentarse en uno, miéntras que yo me sentaba a su lado algo dudosa.
-No creo que tu mamá te haya contado algo que no es, como sea, no soy de muchas palabras así que te diré lo que quiero que sepas- suspiro- Yo siempre te ame, tu mamá y todo el mundo podrían decir lo que quieran de mi, pero yo siempre iba a estar para ti, por más que tu mamá se fue contigo, sin decirme nada, yo siempre pensé en ti- nos quedamos en silencio por unos segundos.
-Esta bien- le sonreí.

- Me tengo que ir- me puse de pie luego de hablar por más de una hora.
-Espera, espera, espera, no te puedes ir así como así, quédate unos días- se paró también.
-Pero no tengo tanto dinero para pagar el hotel, y el vuelo sale mañana, mamá se volverá loca, ya está demasiado furiosa por haber venido.
-No importa, quédate aquí, y cuando quieras regresar a tu casa te llevo yo o te presto mi jet.
-¿Tienes un jet?
-Tengo tres.
-Vaya- susurré.
Un hombre de traje negro entro a la sala.
-Megan, el es Happy, creo que ya se conocen.
-Ah, si- le sonreí- Lo siento por lo del golpe.
-Descuida, no sentí nada.
-Si claro- rodee los ojos.
-El trabaja para mi- explicó Tony- Dile adónde te hospedas, el irá por tus cosas.
-Pero mamá...
-Nada de peros, yo hablaré con ella.
-De acuerdo- resople- Me hospedó en el Country- le di la llave de mi habitación a Happy, la tomo y se fue.
-¿Quieres que cenemos algo?

-Me quisieron adelantar dos años en realidad, pero con uno ya era suficiente.
-La inteligencia la llevas en las venas.
-Tal vez- tomé un sorbo de mi cerveza- Pero es algo complicado, chicas a mi edad ya están pensando en que estudiar, o en otro caso, embarazadas- abrió los ojos- Tranquilo, no es mi caso- rei- Quiero decir, mis amigas, Alisson y Frida, de quienes te conté, ya están en la universidad, pero no encuentro algo que quiera pasar haciendo por el resto de mi vida- resople- Así que por ahora trabajo en un  bar.
-Y Sarah qué opina de eso.
-Sigue creyendo en que encuentre algo que me apasiona y al decir verdad, yo también- metí un bocado de mi pollo relleno en la boca.
-¿Te gustaría trabajar para mi?- casi escupo el pollo- Bueno, en realidad no para mi, técnicamente tu también eres dueña de Stark Industrie.
-Eso es una locura- termine de tragar.
-No lo es, podrás tener buen dinero para ti, y déjame decirte que hay varios ex empleados de otras cadenas de armamento que mataría por trabajar ahí- dijo algo entusiasmado- Si quieres te mudas conmigo.
-¿No crees que te estás precipitada?
-Claro que no- le dio un trago a su soda- Eres mi hija, y yo creo que tengo derecho a pasar tiempo contigo, tu mamá te ha tenido mucho tiempo.
-Lo se- suspire- Sería estupendo.
-Claro que si Meg- soltó sarcástico.
-¿Alguna vez te han dicho que eres muy fastidioso?
-Dime algo nuevo- el mesero llego.
-¿Se encuentra bien señor Stark?
-De maravillas- me miro- ¿Quieres postre?
-Helado de chocolate.
-Dos copas de helado de chocolate con crema- ahora dirigió su mirada a mi.
-Y dime pequeña, ¿Tienes novio?
-No, ni loca- negué con la cabeza- No he tenido novio, y tampoco tendría uno.
-¿Por que dices eso?
-Mis amigas ya han estado de novias, y no me dejaron buenas enseñanzas, y tampoco creo enamorarme o algo así, no soy la clase de chica que imagina la vida perfecta junto a un lindo chico, lo que si me imagino es viajar sola por el mundo y disfrutar de un rico vodka- reí.
-Me parece bien- el mesero llegó con nuestros helados- Yo solo he estado enamorado una vez, de tu madre, claro, ahora me dedico a disfrutar la vida.
-Genial- le di un bocado a mi helado.

La habitación era gigantesca, según Tony, está iba a ser siempre mi habitación a partir de ahora. Pero creo que siempre supo que está habitación sería mía, según Pepper, el estaba seguro de que yo vendría, así que ella la decoro y al decir verdad ella tenia buen gusto. En el piso había una gran alfombra rosada, paredes blancas y algunos muebles negros, y a decir verdad está habitación era el triple de grande que la mía, en el medio había una gran cama con sábanas y mantas rosadas; y la mejor parte era que tenía un baño, no, aguarden, esa no era la mejor parte, tenía un closet gigante, creo que nunca lo podría llenar.
-Es hermosa- admiraba todo.
-Jarvis, despeja la ventana.
-Como usted diga señor Stark.
-¿Que fue eso?- quedé sorprendida.
-Es Jarvis, maneja la casa.
-Así es señorita Stark, estoy a sus órdenes.
-Vaya- quedé sorprendida al ver lo que sucedió. La gran pared blanca se empezó a aclarar hasta quedar todo transparente, era una gran ventana, se veía la playa y el océano, ¿Les dije que Tony viva literalmente en la orilla del mar? Así es, sobre un gran risco, donde podías ver todo.
-Esto es increíble- solté al ver el hermoso paisaje.
-Me agrada que te guste- miro el reloj de su muñeca- Yo tengo que ir a hacer unas cosas ¿Me quieres acompañar?
-De acuerdo.
Bajamos las escaleras, ya que mi habitación quedaba en el segundo piso, fuimos hasta una puerta de vidrio.
-Jarvis, toma la huella dactilar de Megan
-De acuerdo
-Pon tu mano ahí-Tony me indico una especie de pantalla a la orilla de la puerta, le hice caso- Ya esta- saque la mano- Ahora tienes acceso a la parte baja de la casa- la puerta se abrió, para luego bajar por unas escaleras.
Quedé fascinada, era algo así como un taller, yo digo taller y se imaginarán al taller de su pueblo, lleno de grasa y con cosas tiradas por todos lados, pero esto superaba mis expectativas. Era amplio, mucho al decir verdad. Había una rocola junto a una máquina expendedora, también un mini bar con algunos sillones. Luego había muchas maquinas, algunas para ensamblar, soldar y muchas cosas más, y lo más genial de todo era que aquí Tony guardaba sus autos, motos y bicicletas, esto era fenomenal.
-Esto es muy grande, podría construir cualquier cosa en este taller- admiraba las maquinas.
-Menos mal que dices eso, por que tengo un problema para hacer algo.
-¿El señor perfecto no lo es del todo perfecto?- pregunté chistosa.
-Hablo en serio- se sentó en una banqueta- Estoy trabajando en un misil nuevo.
-Genial-vi como Tony manipulaba unas pantallas táctiles y me mostraba unos planos- Un cañón que dispara un misil, eso es trillado.
-¿Quieres que haga un cañón más grande?
-No, eso sería gastar más dinero en fabricar cañónes, más misil, y si eso encarece, no lo podrás vender.
-¿En qué estás pensando?
- Un misil que se dispare una vez y destruya como si hubieras lanzado 30 misiles.
-No estaría entendiendo.
-Por lo que veo en tu planos- ahora yo manipulaba la pantalla- Es un simple misil, pero imagina si usamos tecnología repulsora.
-Vaya- se quedó pensando.
- Sería mejor idea que esto- señale el misil en el plano- Que sea como un envase, y cuando lo dispares, a cierta distancia, se desarme, dejando expulsar 16 misiles pequeños, pero gracias a la repulsión, serán muy potentes.
- Luego de ser disparado, haría una explosión y una onda de choque.
-Exacto- concluí.
-Tienes los ojos de Sarah, pero tienes mi inteligencia.
-Gracias, creo.
-De acuerdo, trabajemos en esto.

Megan 1.0Donde viven las historias. Descúbrelo ahora