15- Creo que fue "Hot"

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-Estoy cansado- se tiro en mi cama.
-Yo también- salí del baño ya con mi pijama puesta- ¿Tu donde dormirás?
-Aquí- respondió como si fuera lo más obvio del mundo.
-Pero si tú tienes tú departamento.
-No eres la única que se mudó a Malibú.
-¿Que?- me senté en la silla que había frente a mi viejo escritorio-Pensé que el trabajo que te dio Tony es temporal, ya sabes, algunas semanas y luego vuelves aquí- comencé a jugar con un mechón de mi cabello.
-¿Te quieres deshacer de mi?- levantó una ceja.
-Claro que no- reí.
-Cuando Tony me ofreció el trabajo, se que me tendría que mudar a Malibú, le dije que no sabía solo por dos razones, número uno- levantó un dedo- No sabría si esa idea te gustaría y número dos, no quería perder mi antiguo empleo, pero ya sabes cómo es el, movió algunos contactos y lograron trasladarme a Malibú, y el día que el no quiera que trabaje para el, volveré al trabajo de siempre, solo que en Malibú o donde yo quiera que me trasladen.
-Entendí- me levanté de la silla- ¿Y te quedaras en Malibú o volverás a Chicago cuando eso pase?- me senté en el piso, crucé mis brazos y los apoye en la orilla de la cama, dejándome una perfecta vista de Mike.
-No lo se- suspiro- Eso lo veré con el tiempo.
-De acuerdo- respondí, el se puso de pie y acomodo las sábanas.
-Vamos- palmeó la cama- A dormir.
-¿Tony sabe que la persona que contrato quiere dormir en la misma cama que con su hija?- pregunté metiéndome en ella.
-Yo dormiré en el colchón inflable en el piso.
-Era un chiste, ven, acuéstate aquí- me acomode al costado de la cama.
-¿Que pasa si alguien nos ve?
-Nadie entra a menos que no tenga la llave puesta- se quedó pensando por unos segundos hasta que accedió. Apagamos las luces, ya eran más de la 2 de la mañana, la fiesta de cumpleaños de Amanda fue todo un éxito por lo que verán.
Mike se sacó las medias y su remera para acostarse, tenerlo en mi cama sin remera se vería muy mal si alguien lo ve desde afuera, pero mucho que digamos no me importaba. Yo me acosté a su lado dejando el peso de mi cabeza en su pecho; si lo sé, nos vemos muy tiernos, me atrevería a decir que esto es sexy, pero no lo es, mi pijama de Bob esponja no era muy sexy que digamos.
-¿Estás cómoda?- pregunto con la voz algo baja.
-Si, eso creo, nunca he dormido con alguien, sabes a lo que me refiero, no me mal intérpretes - yo y mi maldita bocota- No me refiero a tener sexo, a dormir, así, como nosotros- Mike comenzó a reírse.
-Se a lo que te refieres- acariciaba mi cabeza, eso sí que amaba que me hicieran, acariciarme la cabeza era como mi botón de activo a tranquilo- Entonces, ¿Era verdad lo que dijiste en el juego?
-¿De que si soy virgen?
-Si.
-Si Mike, lo soy- solté algo avergonzada, creo que agradezco que la luz no esté encendida, mi rostro se debe haber puesto de muchos colores.
-Me parece muy tierno que no te tomes eso a la ligera- pues, claro que no Mike, ¿Acaso crees que soy una zorra?
-Gracias, creo- reí y luego el también.
Levanté la cabeza y nuestras miradas se encontraron en la oscuridad, yo me acomode hasta su altura, lo tome del cuello y lo atraje hacia mi para besarnos. Amaba besarlo, era como si nuestros labios encajaran a la perfección. El me trajo más hacia el con su brazo que me rodeaba por la cintura, yo seguía aferrada a su cuello, y digamos que no se cómo pasó, pero nuestro beso se torno algo más subido de tono. El me tomo y me posiciono arriba de él sin separar nuestros labios, nuestras bocas habían comenzado un incendio que no sé quién estaría dispuesto a apagar.
Con mi sudadera tirada en el piso de mi habitación, Mike ya no traía pantalones, el beso era desesperado, el me mordía el labio y yo a el, cada vez quería más de su boca, quería más de Mike. Comenzó a bajar mis pantalones,no se que estaba ocurriendo, bueno, se a qué iba a llegar todo esto, pero no sé si dejaría que sucediera. Mike tenía puesta una mano sobre mi trasero y la otra me sostenía por el cuello, yo jugaba con su labio inferior mientras que reíamos por algunos movimientos torpes. Luego de unos minutos,mi sostén voló por los aires, dejando mi cuerpo desnudo ante el.

-¡Meg!- chillo mi hermano al verme, vino corriendo y me abrazó- Viniste.
-Claro que si vendría- bese su cabeza- Vamos, súbete- abrí la puerta de copiloto del auto de mamá que gracias a los dioses me prestó, para mi gusto hubiese preferido rentar un auto, pero no iba a desperdiciar dinero sabiendo que en casa está el auto de mamá y el de Joseph.
-¿Cómo te fue hoy?- pregunté mientras que nos prendimos los cinturones de seguridad.
-Bien- puse el auto en marcha- Hoy Mark me molestó, pero le di un golpe y no me molestó más.
-¿Lo golpeaste?- pregunté sorprendida, mi hermano era la persona más pacífica que podía haber.
-No le digas a Mamá.
-No, claro que no, sabes que puedes contarmelo todo.
-Papá me está enseñando algo de boxeo, mamá no tiene que saber, se enojara conmigo y con papá, y bueno, también contigo por qué ahora sabes.
-¿Me acabas de meter en problemas mocoso?
-Creo que si- ambos comenzamos a reír- Voy a poner música- con sus pequeños dedos tocó algunos botones- Meg, nuestra canción- chillo mi hermano, automáticamente subió el volumen y comenzamos a movernos al rito de "Low" de Flor Ida, nuestros movimiento eran muy extraños al igual que las caras graciosas que hacía Peter, hacia que la gente de los otros autos nos mirarán algo desconcertados, perdón público, pero no somos buenos bailarines arriba de un auto.

Megan 1.0Donde viven las historias. Descúbrelo ahora